RE: Yo no soy un gay. A propósito de James Baldwin.
Excelente post. Creo que la premiación a este documental sobre James Baldwin, así como la premiación de Moonlight como mejor película el año pasado, y otros ejemplos, son parte del cambio global en respuesta a la discriminación racial y sexual.
Es bueno que se traigan a la plataforma, especialmente en un venue tan importante como #cervantes, escritores de la talla de Baldwin. A la par de Ralph Ellison y Richard Wright (con quien, por cierto terminó enemistado por sus críticas a Native Son, el libro emblemático de Wright), Baldwin es de las figuras más influyentes en las letras norteamericanas de mediados de siglo 20.
En lo que respecta al tema sexual (no necesariamente de orientación sexual), justamente estoy trabajando en una serie de posts en torno a los linchamientos. Ida B. Wells en su Libro Rojo hace un tratamiento magistral del tema y deja muy mal parada a la cultura blanca, especialmente a los “macho men” americanos. Balwin le añadió lo suyo en sus ensayos, que es donde más se destacó (sin desmeritar, por supuesto sus novelas, obras y cuentos). En El chico negro mira al chico blanco, Balwin escribe que “ser un negro en América es también ser un símbolo fálico ambulante; lo que significa que uno paga, en su propia personalidad, por la inseguridad sexual de otros.” En una entrevista, añadía que los “macho men” necesitaban de los “maricas” para “representar una fantasía sexual en el cuerpo de otro hombre sin hacerse responsables de ello.”
Baldwin, con la candidez, erudición y prestancia que lo caracterizó, supo decirle a los americanos que no tenían derecho a poner a pagar a los negros los platos rotos de sus ansiedades heredadas (puritanismo), manifestadas en la heterosexualidad obligatoria.
Con este aporte el apetito de seguir leyendo sobre Baldwin aumenta. Iré tomando apuntes de los otros mencionados y estaré al pendiente de sus pots.
¡Saludos, @hlezama!
Balwin era de una gran elegancia, y eso se nota tanto en sus ensayos como en sus novelas (y en el único cuento suyo que he leído, "Los blues de Sonny"), donde podía ser incisivo hasta la acidez, lúcido y brutal, pero sin perder nunca una especie de distancia irónica, aun cuando se refería a cosas extremadamente dolorosas e injustas. Por cierto, su novela ·"Sobre mi cabeza" es una de mis favoritas.
Gracias por comentar, @hlezama.
Saludos.