Estaba cargando mi pos sobre el día de niño, al tiempo que preparaba la merienda. Se va la luz, yo miento la madre del susodicho y sigo haciendo la merienda aprovechando la luz que aun brinda el sol a las 4:35 de la tarde, mi hijo sale de la casa con sus legos a jugar en el patio y aprovechar también la luz natural.

Divagó al planear que haré primero en un rato cuando llegue la luz, burbuja que me revientan sobre la cabeza dejando caer un balde de agua fría al enterarme por un vecino que TODA Caracas esta sin energía eléctrica. Yo pienso

- De pana? Otra vez? Y ahora cuantos días serán? De nuevo?

- No puede ser, señor pero es que un venezolano le quito el jamón al pan de la ultima cena, o que es lo que pasa.

Revisó mi teléfono, lógico sin ningún tipo de señal, en la radio solo funcionaban las estaciones tensadoras de testículos del gobierno y lógico el cuento del ataque súper galáctico que me desquicio más.

Prendí mis lámparas de aceite, prepare de cena lo que conseguí más rápido de hacer, vi jugar a mi hijo en el patio hasta que la luz del sol se fue por completo, escribí este pos con la batería agonizante de mi teléfono, y me voy a dormir con la desesperanza de no saber por cuánto tiempo será esta vez.

En un lugar de la pequeña Venecia, sumidos en la oscuridad de la desidia y la ineficiencia.