Ayer, apenas hace unas horas decidí también dejarla ir. Comprendí que es un imposible, que no basta con amar y desear si uno no es correspondido en consecuencia. El dolor me embriaga y me carcome y se que durará asi por un tiempo porque fue un sueño que arrastro desde que nos conocimos siendo niños y creía que eran asuntos del destino que nos había reunido de nuevo después de tanto tiempo.

Hoy la lloro y me duele el alma, solo espero que el tiempo me de el consuelo que tanto necesito y que al menos el dolor termine convertido en un triste recuerdo más de esos que nos fortalecen.

Adiós Lina, siempre te llevaré conmigo donde sea que viva y respire.