Tu escudo, tu espada.

Quien en su sangre lleva fuego y en su alma una canción, no abrazara la desolación, aunque lo embargue la soledad.

Te preguntas por lo que viene, el pasado y el presente, te preguntas por que los días y noches golpean fuerte, te preguntas tantas cosas y aun no tienes respuesta, la ansiedad y el miedo forman una extraña mezcla, se introduce en tu cabeza, pobre huésped indeseado, tratas de mantenerlo a raya mas no ves los resultados, ese huésped te succiona la sonrisa de tu rostro, forma una mueca triste, como un toro te embiste, ya no puedes aguantar, se que solo quieres gritar, gritar y gritar...

no basta con respirar una, dos o siete veces, la ansiedad sube por tu cuello, a tu garganta poniendo un sello, ya no puedes respirar ni tus manos agitar... el calor que te besa, el frío que te abraza, a través de tu cuerpo viajan en una extraña danza.

Déjame acompañarte a esa tierra agonizante, pongamos fin al miedo a fracasar y decaer, a veces se ha de perder para poder luego ganar, y es tan importante saber celebrar la victoria, como asimilar la derrota y plantar cara nuevamente, sacar al huésped de tu mente y seguir luchando hasta vencer.

Déjame ser tu escudo, o tal vez ser tu espada, siempre iremos de frente y nunca te daré la espalda, tu y yo contra el mundo, como siempre prometimos, cuidándonos mutuamente, sea cual sea el destino, por que juntos somos fuertes, a tu lado me siento fuerte... a tu lado no existen limites ni falta de voluntad, por que tengo tu amor conmigo y también tengo tu amistad.

Hoy el mar es profundo, como un ancla te sumerges, divisas entre las aguas una mano que se extiende, busca desesperada tomarte y hasta la superficie llevarte, ¿extenderás la tuya y la tomaras? o, ¿esperaras un poco más?.

"siete veces caes, ocho veces te levantas" - Proverbio japonés.

fuente

JDQ