La situación de Venezuela en tiempo de crisis

El empezar a ser alguien en la vida es un paso sumamente difícil, tedioso y lento, el tener que conseguir empleo o seguir con los estudios universitarios, el echo de no saber que hacer exactamente y la desesperación porque sientes que estas desperdiciando tu valioso tiempo en nada productivo... Y como a muchos lectores esto les parecerá algo típico y repetitivo viniendo de un adolescente, pero la cosa cambia cuando vives en Venezuela.
Así empieza mi historia, soy una joven Venezolana recién graduada de preparatoria, y muchas de las personas fuera de este país no les parecerá tan importante como lo es para mi o el resto de mi país, pero el ser y vivir en Venezuela es una lucha constante que es sumamente agotadora.

Muchos han oído hablar de mi país porque en estos momentos estamos pasando por una situación "difícil", pero es más que eso, es una situación desesperante.
Y todo empieza cuando me gradué, ahí supe que de verdad tengo que salir del país. Mi familia y yo lo necesitamos...

Algunas de las personas creen que nosotros los Venezolanos somo una plaga que se esta propagando por sus países, que venimos de una sociedad incivilizada, que carece de modales, valores, educación, que solo estamos en sus países para robar, prostituirnos, para aprovecharnos de su buena gentileza y provocar un caos masivo, robarles a sus parejas o empleos, entre muchas otras cosas. Pero la verdad es otra muy diferente. Nosotros en estos momento necesitamos ayuda.

Cada día más y más niños, jóvenes, adultos y ancianos mueren por desnutrición en el país, las enfermedades corren como el aire, la falta de comida, medicinas, insumos de todo tipo se hace cada vez peor, la delincuencia por la misma situación económica, la falta de liderazgo por un gobierno demasiado corrupto e inútil... ¡Son tantas cosas que en este momento se me hace imposible nombrarlas todas!

Gente, los Venezolanos nos vemos obligados a huir de nuestra amada Venezuela solo para poder vivir en paz.

Dejamos a nuestras familias, amigos, hijos, parejas, dejamos nuestras casas, autos, todas las cosas materiales que algún día compramos con el sudor de nuestra frente, con esfuerzo y trabajo duro día a día, para mudarnos a un país en donde no tenemos nada y no nos queda de otra que empezar de cero.

Por un momento, hermano extranjero, ponte en nuestro lugar, imagina que un familiar muy cercano este muriendo de una enfermedad muy grave por no tener el medicamento necesario o que el dinero no sea suficiente (por la devaluación constante de la moneda Venezolana) para costearlo, además TODOS los centros clínicos privados y público no tienen ni lo mínimo necesario para tratar a las personas. Imagina que tengas a tus hermanos y abuelos en casa y no tengan nada que comer ese día y el siguiente, tengan que ir a hurgar en la basura de las calles para solventar la comida de mañana. Imagina que la persona más importante de tu vida es asesinada por funcionarios de la policía solo por estar defendiendo su derecho de expresión. Si es trágico cuando te pasa a ti, también es trágico cuando le pasa a otra persona.

Es buen momento para pensar en algo más que nosotros mismos, sabemos que hay gente mala en el mundo, pero también sabemos que todos no podemos ser juzgados igual... Es como una caja de cigarrillos, si uno viene roto no tiraríamos toda la caja si los demás están en perfecto estado. Es algo lógico.

Esto es escrito por mi persona no como reproche, es más bien como desahogo. Como Venezolana la estoy pasando muy duro, como el resto de nosotros, pero aún estoy luchando por mis sueños y lo seguiré haciendo mientras este con vida, el convertirme en una gran escritora algún día.

Les escribe, Yoselyn Mieres, una Venezolana que hasta el día de hoy no se avergüenza de su nacionalidad, que no tiene miedo de ser juzgada por personas xenófobas, porque a pesar de todo lo que digan de nosotros, aún existe futuras promesas en el país.