sin titulo
-¿necesitas que muera, para ser feliz? Es lo que me estas pidiendo?.- ella permanecía observándolo con sus ojos llorosos, aferrándose al elegante marco de su puerta para no desfallecer en aquel preciso momento.- créame lo he pensado, no niego que la idea se me hace difícil de concebir, porque aunque siento que no podría vivir sin usted no os podría entregar mi vida de tal manera, tal concepción me abruma hasta los huesos y no porque tema a la muerte ya que en ella no veo nada por lo que sobrecogerme; solo que al cometer tal acto estaría limitando mis posibilidades de arreglar esto... ¿y qué es esto? me pregunto. Nunca pensé que tal emoción me sobrecogería a tal modo de hallarme aquí frente a usted en esta puerta donde le jure fidelidad y me deleite en sus suaves labios de seda.
Esto duele, duele lo suficiente para pensar en quitar este dolor pero la duda de que tal vez no sea lo que necesito frena mi mano. He venido hasta aquí para observar sus elegantes ojos de jade y que me mientas de nuevo… por favor hazlo.
-lo..lolo siento- fueron las únicas palabras que pudo pronunciar antes de sentir su cuerpo pesado ceder, intento huir mientras cerraba la puerta tras de sí, pero él sujetando su mano y con ojos llorosos permaneció en silencio esperando una respuesta; solo pudo mirarlo, como podría decirle que se iría a otro país para casarse con el prometido que sus padres ya habían escogido para ella. Retirando bruscamente su mano, cerrando la puerta tras de sí y cayendo al suelo, llorando con amargura en su alma, hasta quedarse dormida.