las aventuras de la joven Walter

in #venezuela7 years ago

Llevábamos ya recorrido unas horas de viaje, la música sonaba a todo volumen y el aire acondicionado comenzaba a secar mis ojos; un intenso dolor en mi glúteo me recordó que ya debía cambiar de posición en el asiento, sabía que Hanna no se detendría para que yo pudiera estirar mis casi entumecidas piernas así que como pude comencé a probar diferentes modos de sentarme o recostarme todos y cada uno de ellos más incomodos que los anteriores. Nunca se me ha dado los viajes largos en carro lo cual interfiere en mis gustos por realizar viajes pero sacrificando mi comodidad por mis gustos aun así lo hago; continuo un par de minutos casi rodeando la silla mientras subo y bajo la palanca del asiento, noto que mi amiga observa entonces mi extraño ritual de comodidad, aun no desisto en encontrar la deseada posición hasta que casi inconscientemente mis piernas se elevan viniendo a recostarse en la guantera del carro. Oh!!! El cielo fue abierto y una estela de luz cálida fue a posarse en el asiento del copiloto, vi entonces querubines que revoloteaban con sus pañales a medio caer mientras tocaban hermosas melodías que nunca antes había escuchado, la gloria me fue mostrada por un breve instante me sentí entonces en un estado de catarsis, nirvana, mi cuerpo estaba en sincronía con el universo y vino a…
-BAJA LOS PIES DE ALLI¡¡¡- me espeto mi amiga volviendo su mirada de nuevo a la carretera y entonces toda la gloria que antes había mencionado vino a cerrárseme mostrándome que aún no estaba preparada para ascender a aquel amado lugar; OH¡¡¡ fortuna cruel, lo has vuelto a hacer, te has burlado nuevamente de mí, me habéis engañado y yo he vuelto a caer en tu trampa dándome a probar del agua de la vida y ahora conformándome con esta existencia terrenal que se me hace pesada y cargosa. Y a regañadientes abandone mi cómoda posición y adopte la anterior no sin antes mirar a mi malhechora que me veía por el rabillo del ojo.
Opte entonces por mirar hacia la ventana donde pequeñas gotas comenzaban a estamparse contra esta, pronto el cristal se fue llenando más y más de aquellas ligeras formas; la lluvia se hizo tan fuerte que pronto todo se tornó de un blanco neblinoso me mantuve por un rato pensativa contemplando aquel hermoso clima que tenía ante mi ojos.- me gusta la lluvia- por fin dije

-A mí también- contesto Hanna

-pero cuando digo que me gustan es que enserio me gusta la lluvia- dije volviéndome entonces hacia donde estaba ella- no solo mirar la lluvia o mirar cómo golpean contra tu ventana o escucharlas golpear contra el suelo, ver como el clima cambia y la temperatura baja.

-imagino que quieres llegar a algún punto con esto?- contesto mientras giraba su rostro y me veía con una sonrisa estilizada, ya me conocía como para saber por dónde iba mi línea argumental.

-elemental mi querido ¡¡Watson¡¡- conteste con mi dedo elevado al aire para darle mayor importancia a mi frase y volviendo mi rostro contra mi ventana volví a observar el clima y sumirme en mis meditaciones- muchas personas dicen ser amantes de la lluvia pero la verdad es que solo les gusta observar la lluvia, más exactamente el clima pero no les gusta mojarse, lo cual es tonto, es como decir que te gusta comer pero realmente solo observas los platillos. La lluvia es agua y el agua moja eso es algo inherente de su naturaleza, si te gusta la lluvia te debe gustar mojarte, pero, ¿por qué cuando llueve todos corren a refugiarse como si se tratara de un ácido? ¿Tienen idea de todo el proceso que se necesita para que una simple gota de lluvia se forme? Y tu vienes y le rehuyes como si fuera algo vil.

-a mí me gusta este clima, todo vuelve a la vida con un poco de agua y mientras llueve el ambiente se aprecia más lento y calmado, es como si todos bajaran su ritmo y se manifestara un poco de paz en el lugar, aunque también amo los días soleados en la playa- concluyo con una risa genuina en su rostro, sabía que ella apreciaba estos momentos, le encantaba dormir bajo la danza de cientos de miles de gotas y mientras yo pensaba en esto poniéndome cómoda para escuchar aquel arrullo que me ofrecía la naturaleza.

-BAJA LOS PUTOS PIES DE LA GUANTERA¡¡¡-

-oh¡¡ destino cruel no te cansas de contrariarme.