LA VANIDAD DE LA VIDA
HOLA, AMIGOS DE ESTA EXTRAORDINARIA PLATAFORMA!!
Hoy quiero compartir con ustedes esta reflexión sobre lo efímero de la vida sobre la tierra y lo realmente importante en ella.
Aquí estoy enseñando a mis alumnos de la academia.
VAMOS:
Ecl 1:1 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
Ecl 1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
Ecl 1:3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
Así comienza el libro de la Biblia conocido como Eclesiastés, una obra que recoge los pensamientos y reflexiones de Salomón, quien se presenta a sí mismo como el “hijo del rey David, rey en Jerusalén”. Salomón es el paradigma de la búsqueda del conocimiento y está considerado como el hombre más sabio y rico que ha existido en la Tierra. Durante su reinado, tuvo todas las oportunidades para emprender esa búsqueda: disfrutó de juventud, poder, riqueza, sabiduría y amor. Él mismo declara que no negó a sus ojos nada de lo que desearan, y que su corazón no se apartó de ningún placer. Si alguien estaba en condiciones de experimentar los más variados placeres, llevar a cabo grandiosas construcciones y gozar del favor tanto de reyes como de personas comunes, ese era Salomón.
Al final de su vida, sin embargo, reflexionó sobre todo lo que había logrado y sintió que todo carecía de sentido. De ahí surgen sus desalentadoras conclusiones: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”, que son el resultado de sus propias experiencias y análisis. No habla desde la perspectiva de un mero oyente de historias ajenas, sino desde la vivencia personal de lo efímero de la condición humana. Su mensaje es desmoralizador, ya que el término hebreo que se traduce como “vanidad” hace referencia a lo vacío, lo inconsistente y lo pasajero; como un susurro, la niebla o el viento. Salomón escribió este libro tras haberlo intentado todo y haber alcanzado mucho, solo para darse cuenta de que nada, aparte de Dios, le había brindado verdadera felicidad. También desmintió la idea común de que solo los justos prosperan y los malvados sufren. No hay mayor desilusión para el ser humano que el encontrar sin sentido de tanto esfuerzo; ni siquiera la persona más favorecida por la fortuna material está exenta de días oscuros y sufrimiento.
En algún momento, todos nos vemos obligados a indagar sobre el sentido de la vida “debajo del sol”, con sus numerosas paradojas y contradicciones. Muchos han llegado a cuestionar lo “injusta que puede llegar a ser la existencia” ante los sacrificios que han realizado, observando que quienes menos se preocupan son quienes disfrutan de las cosas buenas, mientras que el hombre justo sufre y el malo vive en deleite. Por otro lado, hemos escuchado a tantas personas que, a pesar de su gran riqueza, no encuentran paz en sus vidas. ¡Todo se convierte en una punzante insatisfacción!
Aunque resulta difícil escapar de la conclusión de que "todo es vanidad y vacío", Salomón nos aconseja disfrutar de la vida. No pretende inducir a la desesperación, pues a pesar de las complicaciones que muchas veces enfrentamos, hay una abundancia de bellezas en el mundo que vale la pena disfrutar. Nos invita a vivir plenamente, sin la expectativa de que todo sea perfecto. Al concluir su obra, expresa: «El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre» (Ec. 12:13).
By @guilleoro