RE: Lamentables noticias de salud en Venezuela
Hola Alex (@humoalex). Siempre que leo reflexiones de este tipo por alguno de nuestros compatriotas, sólo puedo pensar en como la realidad que vive nuestro país, ya está allí, más presente, más cerca de todos, abofeteándonos en cada actividad diaria que hacemos; tanto así que nos hace reaccionar con un artículo como éste, que estoy seguro siempre estamos tratando evitar escribir.
Pero lo más triste de todo, no es lo que está ocurriendo justo ahora, sino la certeza inequívoca de que no hay planes, acciones ni intenciones que den la esperanza de una luz en esta gran "noche oscura".
Fuera de nuestras fronteras, creo que las personas no tienen ningún tipo de referente local del cual asirse, para medio construirse un escenario mental que les dé una percepción real de nuestra situación. Sólo nos queda simular una mueca de sonrisa ante las sugerencias de las acciones normales que deberíamos emprender para restituir todo. No entender, por qué estamos en este caos, cuando somos el mejor país del mundo en todos los aspectos y escenarios que se pueden reportar en informes y estadísticas gubernamentales.
En este loco universo local en el que nos hemos sumergido, donde no sé si un litro de leche cuesta 20 dólares según la tasa "oficial", o tan sólo 0,5 dólares a esa tasa que si nombramos nos pueden cortar las mano cual papel, donde nuestra realidad se construye discurso a discurso, donde la diplomacia se redefine de acuerdo con el "idiota" con el cual tratas, hemos aprendido sin lugar a dudas lo que son los "fake news" y la institucionalidad falsicada.
Nuestra esperanza es que la verdad, de verdad se imponga. Que el peso de las mentiras terminen por destruir a esta gran caricatura de la cual por desgracia formamos parte.
Un abrazo, y mis mejores deseos para que tú y todos podamos paliar nuestros avatares...
Hermano @rach, describir el escenario mejor que tú lo has hecho es difícil, todo este conglomerado de preocupaciones y conjunto concatenado de crisis en distintas direcciones nos han sumido en un escenario desgarrador y realmente trágico. El concurso de voluntades es difícil pero no imposible, porque cuando hay hambre y necesidad el ciudadano promedio ajusta incluso sus convicciones a paliar dichas apremiantes exigencias existenciales, hasta que todo se torna tan estéril e incomprensible que debe reaccionar y en muchos casos, no es una reacción bien encausada ni sistemática. La historia ya nos da señales de estas reacciones en cadena en sociedades arrinconadas por su situación de crisis. Esperemos en la esperanza (valga la redundancia) que haya un sacudón mental e ideológico, mas que uno de carácter social, del cual ya tenemos un triste antecedente en el 89. Que nuestro futuro esté enmarcado en una luz de progreso y bienestar a pesar de que nuestra generación esté en este instante en un terremoto de carácter moral, ético e ideológico y podamos de una vez por todas demostrar que somos una nación gigante y floreciente como deberíamos ser siempre!!!