Cuidarnos sin descuidarnos...
No, ni remotamente aquello que algunos llaman La Suerte, porque el gran peligro de ello, puede ser liberarse de la esencia vital de lo que es único realmente por querer autentificar elementos no valiosos realmente en pos de no liberarse con las costras propias de las heridas de la vida para el crecimiento real. Esa búsqueda de liberación real de las cosas que nos encadenan pero no como seguros o andamios para evitar caernos de alturas hermosas, sino como anclas que evitan el progreso de la vida misma y personal de cada uno, hacia lo que corresponde y anhela libremente y de forma sana.