Parálisis Facial periférica en el niño. Resultados del tratamiento

in #stem-espanol6 years ago (edited)
Saludos amigos, nuevamente con ustedes; esta vez para mostrarles el resultado de un tratamiento médico seguido en un paciente pediátrico con parálisis facial periférica. Cuya rehabilitación completa puede llevar desde semanas a varios meses.

La parálisis facial periférica es una entidad clínica que en un 80% de los casos mejora con tratamiento médico convencional, incluso hay algunos casos, en los cuales el paciente recupera la simetría total del rostro sin recibir medicamento alguno al cabo de unas semanas. Sin embargo, estos casos que son reportados por algunos autores como los más frecuentes, en la práctica clínica me atrevería a decir que resultaría un tanto temerario decidir cuáles de ellos dejaremos a la evolución natural y de cualquier modo ¿cómo tomar esa decisión? Dado el riesgo de que se perpetúen los cambios faciales o peor aún, que exista lesión permanente en el nervio facial. Por tanto, estos pacientes deben ser evaluados de forma más estrecha por el médico tratante, más aún los pacientes pediátricos.

El VII par craneal o nervio facial es el encargado de los movimientos de nuestro rostro. Lo que permite expresar a los demás cómo nos sentimos, esto es, si estamos tristes, enojados; es el responsable de la mímica facial, la simetría y el hecho de poder cerrar la boca al masticar o no dejar caer líquidos mientras los bebemos. Además, cumple otras funciones sensitivas, neurovegetativas y sensoriales. Sus ramas terminales inervan el oído (de allí que participa en la transmisión del sonido, por su inervación del estapedio), pabellón auricular, las glándulas lagrimales, salivales, entre otros órganos. Por ello, es un nervio tan especial y su lesión causa una profunda afectación anímica y emocional en quien lo sufre.


Imagen de Dominio Público. Head Facial nerve superficial branches. Autor: Patrick Lynch Fuente

En la evaluación inicial es muy importante dilucidar la causa probable de la parálisis facial, cuya mayor frecuencia corresponde tanto en adultos como en niños a la parálisis idiopática o de causa desconocida. No obstante, la etiología infecciosa tal como las otitis medias complicadas, bacterianas o virales, también son posibles; por ello, son de especial interés la exhaustiva anamnesis, la descripción clínica de los hallazgos al examen físico y las enfermedades concomitantes o alguna condición especial en el niño (si las hubiera). De forma tal, que se pueda presumir si la recuperación será rápida o no y qué tipo de medicamentos serán indicados, así como la necesidad de realizar estudios paraclínicos, e incluso el manejo en conjunto con otros especialistas.

Respecto a la descripción de los hallazgos, esta debe ser minuciosa, haciendo énfasis en el grado de afectación de los movimientos de la mímica facial y de otros pares craneales. Recordando que esos detalles nos van a permitir llevar el protocolo de atención en estos casos; además de evaluar la respuesta al tratamiento médico y la posible aparición de complicaciones o señales de alarma. Monge Galindo y otros en 2010, refieren que:

"El trabajo mediante protocolos y su autoevaluación, constituyen un instrumento para disminuir la variabilidad y optimizar la práctica asistencial"

En tal sentido, para el clínico es muy importante optimizar el seguimiento de estos pacientes y hacerlos partícipes de su propia recuperación, donde no solo son importantes los medicamentos, sino también los ejercicios faciales que pueden ser realizados por el mismo pacientes, con la finalidad de estimular al nervio facial.

A pesar de que un paciente con parálisis facial periférica puede ser manejado por el pediatra o por el neuropediatra, resulta aconsejable que estos niños sean evaluados por el otorrinolaringólogo máxime si se trata de menores de 2 años, en los cuales son comunes las otitis medias u otomastoiditis y estas a su vez pueden causar la parálisis. Por tanto, lo ideal es que sean referidos a la brevedad posible.

En el tratamiento se pueden usar, según el caso antibióticos, antiinflamatorios, vitaminas, lágrimas artificiales; así como ungüentos oftálmicos y agentes antivirales. Sin embargo, han sido los antiinflamatorios esteroideos, los más exitosos medicamentos para el tratamiento tanto en los adultos, como en la población pediátrica. Recordemos que es especialmente relevante el uso de medicamentos en los ojos para proteger a la córnea de la sequedad y de la posible aparición de úlceras que provocarían alteraciones de la visión.












Fuente

El paciente que les mostraré, es un niño de 10 años de edad quien presentó de forma súbita desviación de rasgos faciales a la derecha, ausencia de arrugas en la frente del lado izquierdo; así como imposibilidad de cerrar el ojo ipsilateral al máximo esfuerzo, sin otras alteraciones y sin afectación de otros pares craneales. Así, fue diagnosticado como una Parálisis facial periférica izquierda grado III (recordar que la clasificación va de I-VI, dependiendo de la gravedad). Se le indicó tratamiento médico a base de prednisona, lágrimas artificiales, ungüento oftálmico, ejercicios faciales y además se refirió a terapias de rehabilitación que no llegó a cumplir. Observen ahora a través de estas imágenes la evolución clínica:

El paciente no podía cerrar el ojo izquierdo, ni siquiera realizando un máximo esfuerzo, además no arrugaba el entrecejo a pesar de intentarlo. En la imagen del "después" se nota claramente como puede cerrar el párpado sin limitación

En estas imágenes se muestra como al intentar sonreír, los rasgos faciales se desvían a la derecha haciéndose más evidente la parálisis facial izquierda. Noten cómo en la fotografía post-tratamiento además de no existir la desviación, el paciente se muestra contento y nos regala una maravillosa sonrisa.

Una de las cosas más gratificantes para el médico es cuando su paciente responde de forma satisfactoria al tratamiento que se le indicó. Esto habla mucho también del compromiso del paciente y sus familiares con respecto a su patología. El paciente debe involucrarse con su propia mejoría, pues esto va a redundar en su mejor pronóstico y en evitar la aparición de secuelas.

Otra de los aspectos importantes a tomar en cuenta es la necesidad de un control estrecho de la evolución clínica de la patología, lo que permitirá evaluar los cambios y saber si la mejoría es la esperada, a sabiendas de que la restitución facial, puede ir desde tres semanas a varios meses. Por otro lado, esta patología puede repetirse, más aún aquellas cuyo origen es idiopático, lo que impone realizar otros estudios clínicos, que ya hemos mencionado.

  • León; A, Bruzzone; R, Scavone; C, Delfino; A. (2006). Parálisis facial periférica aguda idiopática en niños. Montevideo. Arch. Pediatr. Urug. Vol. 76. N°1. Pág: 8-12.

  • Monge Galindo; L, Mateo Ferrando; A, López-Pinsón; J, Martín Ruiz; N, Aznar; E, Pérez Delgado; R, García Mata; J, García Jiménez, M. (2010). Monitorización continua de un protocolo: parálisis facial a frigore.


Créditos de imagen @abdulmath

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Gracias por el apoyo amigos!

Excelente post Dra. felicitaciones, me imagino que trabajar con niños y ayudarles a llevar de nuevo una vida normal después de casos como este es muy satisfactorio, tal como lo comenta en su post. Un saludo!!

Gracias @angelik-a. Sí es muy satisfactoria para el médico, ver que nuestros pacientes recuperan su salud y su bienestar emocional.

Yo una vez tuve algo de parálisis facial y el doctor me dijo precisamente eso del nervio, que era por una neuritis. Parece que las neuritis me afectan mucho :S jaja. Excelente artículo, Dra @Elvigia!

Hola @eniolw, efectivamente las parálisis faciales afectan mucho al paciente, pudiendo causar además de desviación de rasgos faciales e inmovilidad del párpado y la región frontal, mucho dolor e incluso sincinesias, que son movimientos como tics nerviosos que tardan un tiempo en desaparecer. Por otro lado, la alteración emocional que produce la asimetría del rostro genera ansiedad y aumenta la frecuencia de estas molestas sincinesias.

Saludos Dra. @elvigia, sin duda debe ser gratificante ver la recuperación de los pacientes sobre todo en estos casos cuando son niños, en los que también es importante cuidar su salud emocional. Dra cuando dice que no llegó a cumplir las terapias de rehabilitación ¿es por qué luego no fue necesario o por que el paciente no acudió a ellas?

Hola @emiliomoron. Al niño se le indicaron las terapias de rehabilitación, pero la cita tardó mucho. Sin embargo, nosotros acostumbramos a los pacientes iniciar ejercicios faciales además del tratamiento médico; que consisten básicamente en cerrar los ojos con fuerza, arrugar la frente, sonreír y tratar de llevar la comisura labial al lado desviado. Con la finalidad de estimular al nervio para que recupere su función; estos ejercicios deben realizarse con mucha frecuencia y preferiblemente frente al espejo. Siguiendo estas indicaciones y el tratamiento médico, se logra la mejoría en la mayoría de los pacientes.

Saludos compañera @elvigia, estos casos de parálisis facial, he escuchado en ocasiones que puede ser ocasionado por altos niveles de estrés. ¿Que tan frecuentes pueden ser los pacientes con tales características? En el caso de los niños, imagino lo preocupante que debe ser para los padres verlos con esta patología, afortunadamente hay tratamiento, como se aprecia en las imágenes que nos compartes. Excelente publicación compañera @elvigia, saludos!!!

Hola @eliasches333, efectivamente las parálisis faciales desencadenadas por el estrés, las llamadas a frígore (relacionadas con los cambios de temperatura) y todas aquellas en la que se desconoce exactamente el mecanismo de producción, se incluyen en las llamadas idiopáticas o de Bell; y en estos casos, los episodios de pueden repetir.

Con respecto a la patología en la edad pediátrica, sí, digamos que es más difícil para la familia cuando esto ocurre en un niño, la angustia es mayor y el miedo a que se perpetúen los síntomas también.