Mi Mejor Amigo¡
No soy madre, no lo soy, pero tengo claro que el sentimiento de una madre a un hijo no se puede igualar y no puedo imaginar cómo será…
Tengo un perro, un perro al que adoro sí, pero es un perro.
A diferencia de un hijo, mi perro nunca se hará mayor mentalmente, no se irá de casa o me cuidará cuando sea viejita.
No se hará independiente ni válido por sí mismo: siempre me va a necesitar para poder comer, beber o simplemente hacer deporte.
Nunca será adolescente y como además, tampoco hablará no escucharé nunca frases típicas de un hijo/a quinceañero/a deslengüado/a como “paso de ti”, “tú es que no me entiendes”, “que pesada eres”, “no tienes ni idea”.
Al igual que esas cosas, tampoco oiré un “te quiero”, “gracias”, “te necesito”…
A diferencia de un hijo, nunca veré parte de mí en mi perro: ni física ni psicológicamente, es decir, no veré un legado.
Veré a mi perro crecer tanto que le veré envejecer, y no él a mí como lo haría un hijo.
No sólo seré quien le cuide sino seré quien le vea irse para siempre, así, de manera natural y no por una desgracia de la vida. Simplemente, ese será nuestro destino.
Mi perro es un animal, no una persona, y tampoco es mi hijo.
Sin embargo, yo sí soy su madre. ¿Irónico? ¿Cómo puede ser?
Creo que ha quedado claro lo que es un hijo, pero… ¿una madre? ¿Qué crees que es una madre?
Para mí, una madre es alguien que se sacrifica por sus hijos, cuida de ellos, cambia su vida para el bienestar de su familia.
Una madre mima, educa y quiere incondicionalmente siempre. Por todo esto, mi perro no es mi hijo, pero yo sí soy su madre...
Reflexión para Todos Aquellos que tienen un perro que saben que no es un hijo ,pero lo Aman como uno¡