Croché: Breve apreciación de los finales

in #spanish7 years ago (edited)

Nunca he sido amante de los finales

pero me gustaría conocer

el final de tu boca,

de tu lengua también.

Aunque esos finales son imposibles de conseguir.

El final de tu sonrisa,

que se veía malévola y erótica a la vez,

era el final que más me gustaba entonces.

Y el final de la calle

que recorrimos juntos una noche

como dos “autonautas de la cosmopista”.

Dos viajeros perdidos.

El final de ese viaje

ha sido uno de los más agridulces.

Existe algo poético en el hecho

de no haber rozado el final de tus dedos con mi cuerpo,

solo porque la poesía es una hija de puta.

El final de las escaleras

significó haberte perdido de vista

para siempre.

El último libro que te recomendé,

y que quizás nunca leas,

es la parte más importante de mí.

La más desnuda

que quedó para el final.

Los últimos minutos del día

son los que más me inundan de ansiedad

porque le temo a la noche

porque no ha podido ser más oscura que yo.

Y vivir cada segundo con alguien así

es algo digno del temblor y las lágrimas.

Y el final de la lágrima que roza mi boca

siempre lo presencio

en soledad.

El final de cualquier libro

siempre será el más amargo,

“Como la vida misma”,

y por eso busco nuevamente entre sus páginas

las palabras que se me escaparon de los ojos.

Los finales felices

aún no los conozco.

El final del verso que escribo

es el que más me eriza la piel,

porque no sé con quién estoy siendo sincera:

Si conmigo,

con la página en blanco

o contigo;

y esa confusión es como un éxtasis para mí.

El final de las risas

es el que más me conmueve,

y me deja con ganas de decir

lo que nunca he dicho a nadie.

Ni diré, seguramente.

El final de las miradas a los ojos,

lo invento cuando siento

que me están cavando en el alma.

¡Y vaya ojos que tienes!

Que son déspotas y dulces.

Y el final del arco

“que bordea tu iris”

es la única ventana hacia el infinito.

La muerte es el final

que más me intriga y me aterra,

porque la he visto pasearse frente a mis pupilas,

pero no la conozco de cerca.

Nunca he sido amante de los finales

porque no sé cómo escribirlos,

porque nunca son justos ni adecuados,

porque no sé cuándo vienen

pero tengo que verlos después de haberse ido.

Los finales siempre se van

pero yo

sí quería que te quedaras.