Hay quien se atreve a decir que los sueños no existen, que son parte de nuestras ilusiones vagas, deseos no cumplidos, anhelos más profundos. Hay quien se atreve a creer que el despertar es un alivio certero, que olvidar lo vivido es lo correcto, que más vale no volver a soñar. Que nuestros sueños son una invención de la mente.

Existen muchos que piensan en lo inverosímil de sus pesadillas, en la rareza de las escenas, en la gente que aparece y que juran no haber visto nunca. Existen muchos que niegan la posibilidad de una realidad paralela accesible solo al dormir.

Hay quienes prefieren evadir el recuerdo, restarle importancia al mundo onírico. Hay quienes prefieren no pensar en las fantasías del inconsciente como respuesta a nuestras dudas del consciente. Hay quienes solo desean creer en una sola alternativa de lo posible.

Para otros lo imposible es posible. Para otros los sueños son parte de su realidad y la única posibilidad. Para ellos el dormir refleja las puertas a una dimensión desconocida cuyo portal se abre al cerrar los ojos: donde sienten de verdad, donde todo a su alrededor es más nítido, donde escuchan con más detalle, donde las palabras sobran.

Donde lo más improbable sucede allí, donde las personas que conocen existen también en otros planos con otro físico, con otros caracteres, con otras vidas, pero son las mismas. Donde los paralelismos no son parte de una ficción sino de una verdad universal.

Donde lo extrasensorial ya no se encuentra separado de las personas, donde ves flotar esferas de luz, donde te comunicas con seres que jamás imaginaste, donde tu intuición te habla como nunca antes, donde tu tercer ojo se abre dando paso a lo que, hasta ese momento, era “desconocido” para ti.

Pero hay quienes sí le prestan atención al mundo onírico como un medio para entenderse mejor a sí mismos, sus emociones, su mente, el área cognitiva. Hay quienes piensan que el descanso permite esclarecer los problemas de la vida cotidiana al romper la barrera del inconsciente, dejándolo andar libre y salvaje.

Ven una oportunidad en cada sueño, una respuesta a sus inquietudes no resueltas, una expresión de sus sentimientos reprimidos con una situación o alguien. Hay quienes dicen que el cerebro es tan inteligente que, si tienes problemas para organizar tus ideas e inspirarte, el dormir te proporcionará la solución.

¿Y tú qué piensas?, ¿cuál es tu percepción sobre los sueños?, ¿con cuál te identificas más? Yo soy de las que piensa que los sueños, en algunas ocasiones, son una reproducción de las cosas que nos molestaron o impresionaron durante el día y que en el momento pasamos por alto.

Pero también opino que existe todo un camino paranormal cuando nuestros sueños suelen ser nítidos y tienen una temática a la que no le hallamos una explicación lógica, sobre todo cuando tenemos la sensación de salir o volver a entrar en nuestro cuerpo.