Aveces me cuestiono como sería el mundo si tuviéramos superpoderes, ¿Sería todo como lo es hoy? ¿Habría sociedad? ¿Guerras? es obvio que seríamos mucho más avanzados, pero en este momento no es el caso. En el mundo animal existe varios casos de "superpoderes" que pasan desapercibidos, uno de esos es: la ecolocalización; propia de algunos mamíferos, en este caso del orden Cetacea. Antes de entrar en detalle en esta característica brillante, repasemos algo de lo general:

El mayor grupo de mamíferos marinos es el de los cetáceos, ballenas, delfines y marsopas. Estos animales junto con los Sirenios (Manatíes y Dugongos) son los que han logrado la transición más completa de la vida acuática; mientras que los otros mamíferos marinos vuelven a la tierra durante parte de su tiempo, estos dos grupos pasan su vida entera en el agua. El cuerpo de los cetáceos es hidrodinámico y se parecen notablemente a los peces; aunque superficialmente parezcan peces, los cetáceos respiran aire y podrían ahogarse si se quedaran atrapados bajo la superficie. Son de "sangre caliente", tienen pelos (aunque escasos o hay vestigios de que los hubo) y producen leche para sus crías.

Las ballenas sin dientes son llamadas ballenas con barbas o barbadas. En lugar de dientes, tienen filas de placas fibrosas y flexibles llamadas barbas que cuelgan de las mandíbulas superiores. Las barbas son de queratina, el mismo material de nuestro pelo y uñas. Se dice que las barbas eran usadas para hacer los corset, prendas interiores femeninas. Por otro lado, los odontocetos, poseen dientes que están adaptados a una dieta de peces, calamares y otras presas, utilizan sus dientes sólo para capturar y sujetar a sus presas, no para masticarlas.

Los mamíferos marinos dependen poco del sentido del olfato, sin embargo su visión es excelente. A pesar de esto han desarrollado la ecolocalización, un sistema sensorial basado en el oído. Esta es la versión de la naturaleza del sonar. Tal vez la mayoría, si es que no todas las ballenas dentadas, incluyendo los delfines y marsopas tienen ecolocalización. Hay reportes de algunas ballenas con barbas que también pueden utilizar este sistema. La ecolocalización no es exclusiva de los mamíferos marinos; los murciélagos, por ejemplo, la utilizan para encontrar insectos y otras presas mientras vuelan por la noche.

La ecolocalización es un sistema de orientación en el agua que se basa en sonidos. Este superpoder consiste en la emisión de ondas sonoras de alta frecuencia, las cuales, después de chocar contra cualquier objeto retornan al cetáceo, permitiéndole obtener una imagen de dicho objeto y reconocer así su entorno. Emplean un estructura llamada "el melón", estructura constituida por tejido adiposo modificado y altamente inervado, con el que emiten las ondas que son recibidas por la mandíbula inferior. El melón proporciona a estas ballenas sus frentes redondeadas tan características, como una "frente de papa".

Las ballenas con dientes, tienen una capacidad impresionante y muy desarrollada de ubicar objetos por ecolocalización. Se han capturado cachalotes totalmente ciegos y perfectamente sanos con alimento en sus estómagos. Aunque el mecanismo de producción y recepción de sonidos sigue sin comprenderse bien, se cree que chasquidos de baja y alta frecuencia, producidos en las cavidades sinuales (senos paranasales), se centran como en un haz estrecho mediante una estructura en forma de lente situado en la parte anterior de la cabeza (el melón). Los ecos que regresan se canalizan a través de senos llenos de aceite de la mandíbula inferior, ésta es hueca y rellena de un tejido graso de constitución similar al melón que se pone en contacto con el oído medio, de aquí pasa al oído interno y por el nervio auditivo al cerebro, donde se procesa la información recibida. La información sonora es enviada al cerebro, que forma una "imagen" mental del objeto o del entorno. De hecho, parece que la vista y la información sonora se procesan en el cerebro de manera semejante. Los delfines en cautiverio pueden reconocer por ecolocación objetos que han visto y reconocer de vista los que previamente han reconocido por ecolocación.

El tiempo que tardan los ecos en volver informa a estos animales de lo lejano que está el objeto. Las ballenas dentadas pueden, aparentemente, determinar el tamaño, forma, velocidad, distancia, dirección y la densidad de los objetos en el agua y saber la posición de cada ballena en el grupo. Los experimentos han demostrado que los delfines pueden discriminar, con los ojos vendados, entre objetos de tamaños ligeramente diferentes o hechos de diferentes materiales e incluso detectar alambres.

Algunas ballenas dentadas pueden también utilizar las ondas sonoras de baja frecuencia para aturdir a sus presas. Se dice que los cachalotes poseen esta habilidad, esto puede explicar sus hábitos alimenticios. Los calamares extraídos en estómagos de ballenas capturadas y varadas a menudo no muestran marcas de dientes o huellas de ningún tipo, lo que resulta bastante curioso. De hecho, se ha visto que los calamares vivos nadan fuera de los estómagos abiertos de las ballenas frescas recién capturadas. Parece que los cachalotes tienen una manera peculiar y especial de capturar calamares, inclusive calamares gigantes, sin utilizar sus dientes. Otra incógnita es la explicación de cómo los cachalotes, pesando 36.000 kg o más y nadando a una velocidad media de 2 a 4 nudos, capturan a los calamares que pueden nadar a una velocidad de 30 nudos.

Esta ingeniosa hipótesis ha sido denominada como la segunda "teoría del big bang", la captura de la presa entera y todavía viva puede explicarse si la ballena aturde a sus presas con una ráfaga de sonidos y luego simplemente se las traga enteras. La caza por el sonido puede realizarse mediante la emisión de una ráfaga de ondas sonoras de baja frecuencia con el poder suficiente para atontar a un pez o a un calamar. Aunque no es bien conocido este mecanismo, los cachalotes producen las ondas sonoras más fuertes y ruidosas de cualquier animal.

No es tan fácil tener pruebas para probar esta hipótesis. Los sonidos fuertes pueden indudablemente atontar a los peces, pero es difícil reproducir los sonidos exactos que emiten los cetáceos. Los delfines salvajes han producido ruidos como disparos de armas de fuego que pueden oír los humanos. Desgraciadamente, abordar estudios detallados de la caza por sonido en la naturaleza presenta muchas complicaciones. Los delfines en cautiverio no producen sonidos fuertes, lo que no sorprende, ya que el eco del ruido de las paredes del tanque podría ser perjudicial para ellos. La función del "big bang" en las ballenas es sólo una de las muchas adaptaciones sorprendentes de los cetáceos que esperan ser exploradas.