No estoy acostumbrado a hacer reseñas sobre temas políticos, por lo general, prefiero reservarme la política para mi, y para los que me preguntan puntualmente sobre algo en concreto. Pero pienso que esta es una ocasión necesaria para dar mi opinión en un momento de tanta incertidumbre, ya que es imposible evadir la realidad.

El día 22 de Marzo de 2018, Nicolás Maduro anuncio la implementación de un nuevo cono monetario que se llevaría a cabo el 4 de Junio del presente año, con la circulación de nuevos billetes de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares, y también, el retorno de algo que desapareció de la vida cotidiana del venezolano, las monedas de níquel, que serian de 1 bolívar y 50 céntimos.

Básicamente, se implementará la misma medida, como ya lo había hecho Hugo Chávez en el 2007, con la reconversión monetaria del Bolívar (Bs) a Bolívar Fuerte (Bsf), que no solo supuso la emisión de un nuevo diseño de billetes, sino, que se le retiraran tres ceros a la moneda (Por ejemplo, 1.000 Bs, con la reconversión monetaria seria 1 Bsf), sin arreglar el problema inflacionario. Esta vez el Bolívar Fuerte, fue rebautizado como el Bolívar Soberano, volviéndole a eliminar tres ceros a la moneda (Con esto, 1.000 Bsf, pasarían a ser 1 Bolívar Soberano), aun sin arreglar el problema de fondo, la inflación.

Si bien, no soy economista, lo que gran mayoría de nosotros podemos pensar al ver esta nueva medida, el problema inflacionario, y la negligencia del Banco Central de Venezuela, que dejo de publicar datos sobre la inflación u otros indicadores (como los son la diversidad de productos, o la escasez, que afectan directamente al problema inflacionario), es que la depreciación del Bolívar aumentara en relación con otras monedas extranjeras, y la crisis humanitaria continuara llegando a niveles grotescos.

Sin embargo, ¿Qué podemos esperar a corto plazo?

Se me ocurren dos situaciones en concreto:

¿Por qué? Por el simple hecho del que país está quebrado. Con PDVSA, la empresa estatal venezolana a punto de irse a paro, produciendo 1.700.000 de barriles de petróleo diarios, y que disminuye su producción progresivamente, el aparato productor interno destruido, las reservas internacionales en mínimos históricos, y las actuales sanciones impuestas por el departamento del tesoro de los Estados Unidos, y la Comunidad Europea, es imposible llevar una reconversión monetaria.

Es factible que la reconversión monetaria se postergue, o se lleve a cabo progresivamente, por la falta de recursos, no sin antes dejar su cuota de caos a la comunidad venezolana, como ocurrió en Diciembre de 2016 con la interrupción del flujo circular de la renta al prohibir la circulación del billete de 100 Bsf (El de más alta denominación de esa época), lo cual nos llevo a una situación de histeria total, con saqueos, vandalismo, represión, y hasta casos de suicidio en la zonas rurales del país (situación que viví en primera fila al hacer un viaje a Colombia por tierra en plena crisis).

Ilustración de como funciona el flujo circular de la renta:

La fecha en la cual se va a tomar esta medida será el 4 de Junio, luego de las elecciones del 20 de Mayo. Sería ilógico presentar una nueva medida para que luego hubiese un cambio de administración, y se desaprobara. Es bien sabido que en Venezuela no habrá elecciones como tal, solo será una farsa para disminuir presión interna, y externa.

Luego del escándalo de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, y la misma empresa Smartmatic, que proveía el sistema y las maquinas al Consejo Nacional Electoral, confesara la fabricación de votos y la vulnerabilidad de los procesos electorales en Venezuela en rueda de prensa, está más que claro que hacer unas elecciones en Venezuela es inviable, sin embargo, Maduro necesita relegitimarse, cueste lo que cueste. Esto no disminuirá la presión, al contrario, la situación empeorara.

Mas de los mismo, el panorama cada vez es mas oscuro.