Verdad de Dios
En el artículo “Teolismo como modelo religioso” les mencioné la premisa “la verdad es absoluta y la realidad es relativa”. Con respecto a Dios la verdad es que si existe, mientras que la realidad de cada quien está basada en los paradigmas del modelo ontológico o religión que mejor se ajusta a su modo de apreciar la existencia de Dios.
La figura de Jesús de Nazaret fue utilizada hábilmente para mostrarlo como “Dios convertido en hombre” por las religiones cristológicas; de esta forma, lograron levantar grandes imperios implantando en la consciencia de las masas una imagen antropológica de Dios, respaldada con una serie de argumentos que implican la inmolación de Jesús para salvarnos de nuestros pecados y su resurrección. Millones de páginas han sido escritas para justificar estas fantásticas creencias llenas de mitologías, con la que pretenden contestar la pregunta fundamental que nos planteamos todos los seres humanos: ¿quién es Dios?
Al otro extremo se encuentran los ateos que no solo rechazan el argumento cristológico sino que descartan la existencia de Dios; pero de extremo a extremo vive sembrada la duda en más de tres cuartas partes de la humanidad: ¿existe realmente Dios?, y su consecuente afirmativo ¿Dios creó al ser humano o es Dios un invento de nosotros?
La verdad de todos los tiempos
Dios además de existir es creador del ser humano y de todo lo que existe en el Universo. No hace falta dedicar muchas líneas para explicar la existencia de alguien tan cercano a nosotros que nos hace parte de sí mismo; como tampoco hace falta utilizar un argot solo apto para eruditos. Para demostrar las premisas planteadas comenzaremos por conocer la mecánica del pensamiento.
Nuestra mente es creadora de símbolos, que representan cada estímulo que perciben nuestros sentidos por medio de los cuales nos ponemos en contacto con el mundo material. La mente al organizar estos símbolos crea códigos por medio de los cuales accedemos al “conocimiento universal” que nos provee de conceptos que sirven para identificar bajo un marco cognitivo, creado por nosotros, todo lo que vamos aprendiendo por transmisión de información. Los conceptos sirven a su vez para crear modelos ontológicos que intentan explicar cosas, fenómenos o eventos de los cuales los seres humanos no tenemos recursos materiales para demostrar su existencia empleando procedimientos que los certifiquen, como lo es el método científico.
Además de los sentidos que nos ponen en contacto con el mundo material, nuestra mente nos provee de otros como el sentido de abstracción, con el que podemos conformar estructuras epistémicas como las ciencias formales; las matemáticas son un claro ejemplo de poder desarrollar un conjunto de teorías y modelos que solo el ser humano puede alcanzar.
A cada cosa, tangible o no, le ubicamos, dentro de esta infinita base de datos, un concepto para poder incluirlo dentro de nuestro universo cognitivo; por ejemplo: todos sabemos que los árboles existen, lo sabemos porque los hemos visto, los hemos tocado, hemos probado sus frutos, olido sus flores, etc. Aún sin estar en presencia de ellos, cuando nos mencionan la palabra “árbol” nos viene el símbolo a la mente mediante la imagen de un árbol cualquiera, y un concepto implícito de todo lo que sabemos acerca del árbol: que es un ser vivo capaz de crear oxígeno a través de un proceso llamado fotosíntesis; que tiene tronco, ramas, hojas, etc. Todo un marco conceptual creado por el hombre de algo que existe millones de años antes de nuestra aparición en el mundo.
De igual forma, Dios también existe desde antes que viniéramos a formar parte del Cosmos, y eso contesta la pregunta ¿quién hizo a quién? El ser humano lo que hizo fue bautizar bajo el nombre: “Dios”, a alguien que ya existía, incluso, desde antes de la creación del Universo. La confusión que en muchos atañe es la de pensar que el ser humano ”creó” el concepto ”Dios” y con eso lo creó a Él.
En resumen al argumento anterior, Dios existe desde mucho antes de nuestra llegada al mundo, nosotros solo recreamos el concepto “Dios” y todo lo que sabemos acerca de él, gracias al elevado nivel de acceso que tenemos al conocimiento universal y a nuestro sentido de abstracción. Por tratarse de alguien intangible en nuestro mundo material, se han creado modelos ontológicos que intentan explicar la existencia de Dios y muchos de ellos se convirtieron en religiones constituidas. Las religiones cristológicas son solo modelos que ponen a Jesús como Dios encarnado jugando el papel del Hijo dentro de la hipóstasis, mejor conocida como “Santísima Trinidad”, en donde Dios es además Padre y Espíritu Santo; una tríada fundamentada bajo un “misterio divino” y por tanto sin explicación lógica.
No obstante existe la doctrina teolista que, si bien es un modelo ontológico, no debe ser considerada una religión ya que no incorpora dentro de sus contenidos historias de civilizaciones, naciones o personajes (ficticios o no); relatos mitológicos o cosmológicos; rituales litúrgicos; además de no estar institucionalizada para reclutar adeptos y lucrarse de ellos. Teolismo se fundamenta en los principios de la holística para demostrar, de forma lógica y sencilla, la existencia de Dios y otros paradigmas referentes a nuestro Padre y Señor.
Muy buen post, te sigo, un gran saludo!
Saludos a ti @mundovirtual y gracias por tu tiempo para leer mi artículo. Seguiremos en contacto