Ahora sí, continuemos con lo que nos ocupa hoy... Mis queridos amigos como en anteriores presentaciones les recalco que la valorización de temas y patrones estéticos del arte clásico antiguo, es una característica del neoclasicismo. Héroes y seres de la mitología griega, por ejemplo, fueron temas recurrentes en las esculturas neoclásicas.

Igualmente debo resaltar como otra de sus características, que fue un movimiento de oposición al Barroco y al Rococó, pues existía la valorización de la simplicidad y pureza estética en contraste con los rebuscos, dramaticidades y complejidades del Barroco y del Rococó. También se observa el uso de la proporción y la claridad, así como la imitación de la naturaleza.

En las publicaciones anteriores les refería que entre las manifestaciones artísticas está la escultura neoclásica, donde los escultores se inspiran en la serenidad y la belleza de las esculturas clásicas. Se desarrolla tanto el relieve como la escultura del bulto redondo, esta última son las que pueden ser contempladas desde cualquier punto de vista a su alrededor. Destacan sobre todo los monumentos funerarios, las figuras mitológicas, los retratos y los monumentos públicos. En la escultura, existe una fuerte influencia de las formas clásicas del Renacimiento. A diferencia de los escultores barrocos, que pintaban sus obras, los artistas neoclásicos optaron por el color blanco natural del mármol (como los escultores griegos y romanos). Por supuesto que debo mencionar que los escultores neoclásicos más representativos fueron el veneciano Antonio Cánova y el danés Bertel Thorvaldsen, de quienes les hablé en las dos últimas publicaciones y les dedique especial abordaje sobre algunas de sus obras.

En esta ocasión abordaré a dos escultores más del neoclasicismo: al español José Álvarez Cubero y al sueco Johan Tobías Sergel, para así finalizar este capítulo sobre Escultura Neoclásica.

José Álvarez Cubero

Originario de Priogo de Córdoba, España, nació en el año 1768 logrando vivir 69 años durante los que recibió importantes reconocimientos por su destacado trabajo como escultor. Algo que me gustaría destacar de José Álvarez Cubero, es que fue conocido como el "Canova español" debido a su excepcional estilo neoclásico, pues aprovechó muy bien su gran amistad con el italiano Antonio Canova, considerado el paradigma del Neoclasicismo.

Álvarez tuvo el privilegio de nutrirse de mucha preparación a través de reconocidas academias de arte, que a la edad de 22 años comenzó a recibir las bondades de la formación artística en varias academias españolas como las de Córdoba, Granada y Madrid, para luego ser aceptado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid, España). Tuvo la oportunidad de complementar su preparación y desarrollarse como escultor en París y Roma, además de asirse de varios premios e importantes reconocimientos.

Hay tanto que destacar que puedes obtener mayor información sobre José Álvarez Cubero
para ampliar la visión sobre este gran escultor español.

Algunas de sus obras:

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♠Isabel de Braganza, reina de España

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José Álvarez Cubero aunque no logró terminar esta obra, por su fallecimiento, le pertenece el crédito, pues fue un encargo de Fernando VII para que plasmara un retrato en tamaño natural de su esposa la Reina de España, Isabel de Braganza. Esta obra que data del año 1826 fue realizada en mármol blanco, como caracteriza a las esculturas del neoclasicismo.

Puedes admirarla en el Museo Nacional del Prado, en la ciudad de Madrid, capital de España.

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♠Ganímedes

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Entre las variadas versiones de Ganímedes, personaje de la mitología griega, destaca también la de José Álvarez Cubero.

El artista logró con su definido estilo esculpir en escayola (yeso) esta pieza, estando en París en el año 1804, con la cual obtuvo una medalla de oro, que recibió de parte de Napoleón Bonaparte, quien se la impuso personalmente.

Se encuentra en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid (España).

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♠La defensa de Zaragoza

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Esta obra de José Álvarez Cubero es considera la máxima expresión de la escultura neoclásica española, obtuvo la merecida aclamación de diversos artistas de la época. Y más honrado se sentía, por las circunstancias que rodean la iniciativa de la obra, en un momento particularmente difícil tanto para España como para él personalmente. Pues el país estaba acechado por la intención de José Bonaparte de apoderarse del poder durante la Guerra de la Independencia española. Fue una difícil etapa del artista quien, incluso, fue encarcelado en el Castillo de Sant´Angelo al resistirse y no reconocer a José Bonaparte.

Álvarez había hecho en principio la pieza en yeso, la cual dio como obsequió a su país a través del monarca español Fernando VII, a quien se la dio con orgullo. Éste a su vez emocionado con la pieza artística decidió dar los recursos necesarios para costear su elaboración en mármol y para 1825 se contaba con la obra terminada, para lo cual contó con la ayuda de otros escultores.

La escultura, representa a un anciano herido en un combate, amparado por su hijo, quien se interpone a fin de parar con su cuerpo la herida mortal. Simboliza el asedio de la ciudad de Zaragoza, y fue concebida durante el encarcelamiento del artista en el Castillo de Sant´Angelo por no reconocer a José Bonaparte durante la Guerra de la Independencia, siendo además una forma de reforzar su adhesión a Fernando VII. La gran novedad es la elección de una gesta épica del mundo contemporáneo y su tratamiento desde un punto de vista clásico, es decir, la síntesis entre la representación de un hecho del conflicto bélico, que ya es una elección de gran modernidad, unida al desnudo heroico, al vigor y a la sensibilidad de la tragedia griega.

La obra se encuentra en el Museo Nacional del Prado, Madrid.

Pero contemplemos esta obra en todo su esplendor...

Imágenes editadas por mí, para apreciar detalles:

Johan Tobías Sergel

Johan Tobías Sergel, escultor neoclásico sueco, nacido en 1740 en Estocolmo, fue un gran artista que se destacó también en el dibujo, la acuarela y caricaturas. Vivió 75 años y no desperdició la riqueza artística que ofrece Francia e Italia, así que por un tiempo se fue a vivir a esos países hinchados de belleza y renombre artístico cultural.

Con Sergel podemos apreciar como su estilo pasa del barroco y el rococó a la refinación del neoclasicismo. Quizás cuesta seguirle el paso en sus obras, y vaya que son variadas, entre las cuales hay monumentos y estatuas, obras de gran realismo y sensualidad. Al principio sus trabajos eran imitaciones de otras esculturas clásicas hasta que fue conquistando su propio estilo, lo que al lograrlo le garantizó una buena posición en el mundo del arte, ganándose la estima y reconocimiento de la realeza sueca.

Viajó a Francia en 1758, donde asistió durante siete meses a la Academia Real de París, y desde 1767 vivió en Roma durante once años, donde entró en contacto con el mundo clásico y estudió a los maestros del Renacimiento.

Aquí una de sus obras:

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♠Amor y Psiquis

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Hablemos un poco de esta obra de Sergel, esculpida en mármol en 1787, considerada como la obra más conocida del artista por su representación mitológica. Es una fina y sensible escena que simboliza el amor y el alma.

La pieza original se encuentra en el Museo Nacional de Estocolmo, ciudad natal de Johan Tobías Sergel. También se puede apreciar una versión reducida de la obra como parte de la Colección Real del Museo de Arte Moderno, en la ciudad de Madrid, España.

Obra original conservada en el Museo Nacional de Estocolmo

Versión reducida (Colección Real - Museo de Arte Moderno, España)

Por ahora, hemos llegado al final en nuestro viaje sobre escultura neoclásica. En una próxima entrega les hablaré de la Pintura durante el neoclasicismo, resaltando a algunos de sus artistas y obras para que también nos deleitemos con el arte plasmado sobre lienzo.

Espero te haya interesado mi publicación y que te nutra en conocimientos es lo más importante.

Podemos seguir juntos compartiendo un poco de arte.

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