La decadencia de Half-Life. ¡Esperando un milagro!
Lo recuerdo como si fuera ayer, era 1999, una tarde muy calurosa en la que ya nada lograba sorprenderme, de esas tardes de verano en las que los juegos de consola o una primitiva PC eran más que un reto, eran el trampolín de la nueva generación en la industria de los videojuegos que en ese momento estaban por venir. Sin embargo, una de esas tardes mi vida cambiaría para siempre, y la percepción de lo que yo creía que era un increíble videojuego cambió. Esto a pesar de haber tenido en años anteriores desafíos de gran importancia con títulos que hoy son grandes clásicos.
Pero como les decía, fue esa tarde de 1999, esa tarde en el que mi padre llega a casa con el videojuego más increíble de la historia, Half-Life, un videojuego que fue el trampolín de muchos de los videojuegos FPS que hoy en día marcan el primer lugar en la industria de los videojuegos. Half-Life fue como haber descubierto el universo más fascinante jamás visto, y eso que ya había tenido experiencia con títulos anteriores a Half-Life, como lo fue el mítico Unreal Tournament, la saga Quake, entre otros. Pero definitivamente Half-Life tenía la corona en esa increíble edad de oro de los videojuegos.
En ese entonces era un niño, pero mi pasión por los videojuegos era natural, adquirida, sin negociaciones. En ese entonces los recursos económicos no eran muy buenos, no podías darte el lujo de tener los videojuegos o consolas de esa generación, pero como podías te las apañabas para jugar. Cuando comencé a jugar Half-Life no podía creer la capacidad de interacción o lo que podría llamar una Inteligencia Artificial Lineal, lograba interactuar con objetos y personajes a pesar de tener ciertas secuencias de diálogo de no más de tres opciones, y aún así era sorprendente esa genialidad en Half-Life.
No pasó mucho tiempo para dar rienda suelta a la imaginación y creer que yo era el Dr. Gordon Freeman, y que podía matar bichos con una barra de hierro; tampoco sabía si podía ser Goku y Freeman al mismo tiempo. Aún así ese primer título de lanzamiento de Half-Life me rompió la cabeza, no sólo tenías que tener un nivel de razonamiento para identificar problemas, sino que era la única manera de hacerlo, no tenías una guía de primera mano para resolver los problemas en cada nivel. A todo esto le sumamos las escenas de acción donde tenías que luchar con cada bicho dimensional, jefes gigantes muy perturbadores y claro, morir mil veces durante las misiones.
Así es nuestro querido Half-Life, un videojuego inmaculado, un título que no le baja la cabeza a nadie, y con todo esto Sierra y Valve tuvieron las pelotas de sacar más versiones las cuales fueron increíbles, con misterios cada vez más profundos y que hasta hoy son temas de debate en muchos foros de Internet. Sin embargo tengo que detenerme, nuestro ilustre Half-Life 2 no es Half-Life, jamás lo fue, simplemente trataron de hacer algo que ya estaba bien hecho y lo dañaron, como esas clásicas películas que son geniales y luego hacen un remake espantoso. Bueno, así de horrible es Half-Life 2, sin nada que aportar, sólo pérdidas económicas y dolores de cabeza al jugador.
Es aquí donde le doy un poco de peso al título del artículo: La decadencia de Half-Life. ¡Esperando un milagro! Comenzó en ese punto, en Half-Life 2, y me da mucha pena con los fanáticos de la saga que hable así de Half-Life 2, pero creo que muchos de ellos no valoraron la saga desde sus inicios. Half-Life 2 no fue un desarrollo que cumplió con la industria, con bugs que dan vergüenza, con librerías de sonido que no mejoraron en lo absoluto, con un motor gráfico que para la fecha dio mucho que pensar, y para colocar la cereza sobre el pastel tenemos un guión patético, no es nada impresionante.
Sin embargo Half-Life 2 tuvo su segundo episodio, incorporó mejoras en algunos aspectos, nada del otro mundo, nada por lo que aplaudir. Y aún así con todo el desastre que Valve ha dejado en nuestros corazones todavía nosotros los que valoramos la saga esperamos con esperanza un Half-Life 3, un gran producto que pueda decirle a toda la industria que está presente y que puede darle batalla a todos los grandes títulos que hoy en día son potencia. Nosotros los jugadores esperamos cada día, con rumores en toda Internet, con bromas, con chistes en redes sociales, lo que sea necesario.
Así pues, mi mensaje no será en vano, mi mensaje es claro y fuerte, contundente a la industria, a los jugadores, al mercado, a todo lo que nos rodea en la historia de los videojuegos. No podemos olvidar de donde venimos y hacia donde podemos ir. Sólo espero que un próximo Half-Life me arrebate el alma como lo hizo esa tarde, esa tarde de verano en 1999, donde siendo un niño daba todo por hecho, sin sorpresas, sin sonrisas, sin aventuras. Pasarán algunos años, pero sé que Half-Life regresará. Si tienes algo que aportar recuerda que tienes a tu disposición la caja de comentarios.
Fuente: Medium