Sócrates y la vela del tiempo...
“Cuantos misterios de vida, hasta que la luz se apaga…”
Saludos Amigos: Que culpa tienen aquellos seres que de una forma u otras le ha tocados permanecer con nosotros, hasta que la luz de su vida, se extinga. A continuación, el texto para su consideración y comentarios.


Al entrar en la casa, volví a sentir como si alguien estuviese conmigo. Desde que tengo uso de razón lo he percibido. La sala del recinto muestra un silencio extraño. Arropa mi piel, hasta tal punto, que el silencio se hace escalofriante.
Este lugar permanece a oscuras. Bueno casi todo, porque desde aquí veo una pequeña lámpara, ubicada exactamente en la pared que da al pasillo cerca de las habitaciones.
Me atrevo a dar pasos como si jugara al ciego, proyectos mis manos hacia delante tratando de conseguir el suicher para encender la luz. Alguien camina a mi lado, respira, susurra, está como si no le importara mi presencia. Me ignora. Esa sensación de estar acompañado, me perturba. Sin embargo, no siento miedo.
El farol dejó de alumbrar. La oscuridad ahora es mayor. Y las voces me atormentan aún más.
Recuerdo que días atrás, en el baúl de mi abuela, encontré una vela de color violeta, difuminada hasta un color blanco proyectado hacia la punta. Con ella me ayudaría a aplacar la oscuridad existente.
Lo importante sería llegar hasta el baúl. Se encuentra en lo más alto del closet de la despensa, en la cocina. La ruta la conozco, es fácil.
Vamos a ver. Me subo en la silla con sumo cuidado y tomo la caja de madera envejecida. Abro el maletero de la abuela, la vela sigue allí, debe tener años en ese lugar. La tomaré con el permiso de ella.
Ahora, lo que falta es conseguir unos cerillos para encenderla. Buscare algunos que dejé al lado de las hornillas de la cocina hace tiempo atrás.
Aquí están, las tengo.
Los murmullos persisten, mencionan mi nombre –“Sócrates”- cada vez son más frecuentes y fuertes, además, se escucha utensilios por todas partes.
Me dirijo a la mesa en busca de la vela. Pero no está. Tal vez, se cayó al suelo, pero con tantas voces no escuché su impacto contra el piso.

La he conseguido Estaba junto a la pared. Trato de encenderla, pero una brisa fuerte apaga el cerillo. Hago un segundo intento, aunque esta vez, lo ejecuto con tal velocidad, que pude llegar a su mecha encendiéndola.
Al iluminar la habitación, todo cambia. No son los mismos muebles. Veo a un par de personas ocupadas, conversando entre ellas. Me asusto, apago la vela. Abro los ojos nuevamente, el sitio se muestra sombrío. Volviendo a percibir la cocina de mí casa.
Nuevamente enciendo la vela y en esta oportunidad aparecen esos personajes fantasmales alrededor de mí. Me ignoran. Con mi vela en la mano, camino hacia ellos, preparan un caldo de gallina. Siento su agradable olor. Vuelcan unas arepas en un budare más grande que el nuestro.
Me atrevo a pasar hacia el comedor, están sentados tres niños casi con la misma fisonomía y trajes, parecen gemelos, acompañados de dos adultos. Apago la vela. Y ya no se encuentran, es más, ni el comedor existe. Pienso que la vela es quien me lleva a otra época en el mismo lugar.
Busco el baúl. Y saco un pequeño manuscrito de él. Leo.
-“Solo la luz de esta vela, aplacará el alma de Sócrates y sus andanzas, con ella, al terminarse, se apartará del camino de los vivos.
Amén…”-

Enhorabuena, tu post ha sido seleccionado para ser curado por @dsc-r2cornell, que es la cuenta de curador de la Comunidad de la Discordia de @R2cornell.
Saludos @dsc-r2cornell gracias por su apoyo... abrazos
Muy buen post
Saludos @truelovemom gracias por tu visita y comentario.