Vamos a bailar un Fandango!
Esta es una historia de la vida real que ocurrió en Venezuela, en 1796, es el caso de una pareja Dominga Ases y su esposo Luis Sousa.
"Iba Dominga como todos los días a realizar las compras para la comida y necesidades de la casa, y ese día pasa por la tienda de víveres y conversa con el pulpero que le gustaba charlar con los clientes que llegaban al establecimiento.
Contenta Dominga con las compras, llega a su casa e inicia las labores cotidianas para esperar como debe ser a su marido Luis, con la comida y la casa lista luego del trabajo; al caer la tarde llega Luis y le dice en tono jocoso a su mujer, que se arregle porque esa noche iban a bailar un fandango !bien bueno!
Ella emocionada por tan rara invitación decide hacer lo que se le indica; Cuando van en camino Dominga nota con rareza que el sendero hacia donde la conduce Luis, los llevaría a las orillas del rió Gamboa, por lo que le pregunta, y el en tono cortante le dice que no se preocupe que todo esta arreglado.
Al llegar a las ribera del río, le dice a su mujer que se desnudara y ella asombrada y confundida le pregunta las razones de tan poca decorosa petición, y el amenazante le grita que obedezca sino seria obligada a golpes, ella pese a la amenaza le dice que no, a lo que el la vuelve a coaccionar pero esta vez con una navaja, !Si no te desvistes ahora mismo te cortare hasta que desangres! ella aterrada por la furia en la cara de Luis cumple con lo ordenado y acto seguido Luis la azota con un látigo de cuero de dos ramales y a la vez le decía que esto se merecía por hablar con el pulpero.
Como resultado Dominga quedo con cortes en la piel desde la espalda hasta las piernas; indignada por tan inmerecido, injusto e inhumano acto, decide denunciarle ante los cuerpos de seguridad y la ley.
Y para no hacer mas largo el cuento, la justicia de aquella época, convirtió a Dominga de victima a victimaria bajo el influjo de la ley que acorde con los principios y normas, ella debía respeto y obediencia a su marido, y el hecho de hablar con otros hombre sin su consentimiento lo autorizaba a corregirla; infiriendo que ella lo obligo a esa acción".
La sentencia dictada, decide que las partes deben reconciliarse y mantener el sagrado vinculo del matrimonio, sin embargo por los excesos cometidos; Luis Sousa fue condenado a prisión por corto tiempo y al destierro por seis meses en La Guaira.
El fin de esta historia devela como la legalidad no siempre es justa. Una ley puede violentar los derechos de otros y con mayor énfasis
cuando el otro sujeto es invisibilizado, lo mismo ocurre con todos los grupos vulnerables. Este es uno de los casos que sustenta la Ley Orgánica del Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia en Venezuela.
La sentencia fue dictada por el Capitán General el 6 de diciembre de 1797. Recuerden que para la época Venezuela era una Capitanía.
Hoy quise traerles este tema en función que ayer me encontraba hablando con un grupo de personas y entre ellas había un hombre que se burlaba con prepotencia de esta Ley, y lo hacia por el desconocimiento de la historia del maltrato hacia la mujer, que ademas es un tema tan delicado, vigente y pertinente que ha dado como resultado convenios internacionales, planes mundiales determinados por la organización mundial de la salud, entre otros.
Han sido las luchas de las victimas que han originado las transformaciones en los documentos jurídicos para tratar de disminuir tan silenciosos delitos.
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