Se descubrió el primer planeta gigante orbitando alrededor de una enana blanca, algo que pensábamos prácticamente imposible y que podría predecir cuál va a ser el futuro del sistema solar.

Las enanas blancas representan el final de la vida de una estrella, estas una vez que su suministro de combustible se ha agotado, se hacen cientos de veces más grandes, envolviendo a los planetas cercanos, para luego colapsar bajo su propia gravedad y dar lugar a estos pálidos remanentes.

La enana blanca que nos ocupa tiene aproximadamente el mismo tamaño que la tierra, pero conserva un planeta, unas cuatro veces más grande que esta que la orbita una vez cada diez días, debido a esta rápida órbita está dejando un rastro de gas compuesto de hidrógeno, oxígeno y azufre a su paso, formando un disco de gas de la estrella, lo que de hecho permite su descubrimiento.

Lo relevante de este hallazgo es que hasta ahora no había evidencia de ningún planeta que hubiera sobrevivido la transición de una estrella a una enana blanca, cómo diantres se lo hizo para sobrevivir y si esto se trata de una anomalía o de la norma, es algo que por ahora no sabemos.