Evio in Memoriam

La semana pasada en nuestro acostumbrado Cuento del Domingo- ¿De dónde viene tu nombre?, hablábamos acerca de los nombres y sacábamos del baúl la insigne canción de Evio Di Marzo a modo de "soundtrack". Como de no creerse, que casi 24 horas después, me enteraría del infame acto que le quitaba la vida al pana Evio. Por eso hoy hemos querido hacer este pequeño y humilde homenaje...

La Colección

Aquella tarde de domingo el calor se hacia notar en la camisa manga larga de Francisco, con sus 3/4 partes humedecidas por el sudor. Desde el frente de la casa lo llamaba el abuelo Lucas con su guardacamisa terciada en el hombro *-¡Véngase para acá amigo Fran, que aqui esta más fresco!-* Su futura esposa, la tía Saida, por fin salía del cuarto al tiempo que en la radio del viejo Pickup sonaba "Manantial de Corazón". Enseguida *"Saidita"* con su voz de malcriada N° 3 le comenta a "Fran" *¡Hay mi amor, a mi me fascinaría tener toda la colección de ese tipo... Que bellas son sus canciones!* Ismaelito, mi primo, puso un alto en su tarea de sacar las pepas del helado de jovito que se comia para acotar: *-Coño Fran, esa si te va a salir barato, porque ese tipo lo que tiene es un solo disco-* Esa si fue una gran sorpresa para Saida. Ella tenia casi dos años escuchando a Yordano por la radio, y no era posible que tuviese un solo disco, en el mismo periodo que Julio Jaramillo ya tenia más de tres. Estábamos en los inicios de la era dorada de la movida venezolana. El 1x1 promovido desde el gobierno de Luis Herrera Campins le había dado igualdad de oportunidades a muchos artistas venezolanos que ahora ocupaban un espacio mas allá de "toques" del fin de semana. Aparecieron Yordano, Franco de Vita, Ilan Chester, Karina, y Guillermo Dávila como bandera. Detrás de ellos también se dejaban colar otros mas experimentales como Colina y Adrenalina Caribe.

Mucho antes...

Yo no conocí en persona a Evio Di Marzo. Lo poco que se de él, es a través de su música. Debo confesar que su experimento de mezclas pop-latino me parecía muy a lo Daiquirí (necedades de un pre adolescente). Hasta que me deje envolver por la Selva del Tiempo