Si suena cruel el título jaja, pero la verdad es que hay oportunidades que simplemente hay que tomarlas cuando se presentan, y en nuestro caso fue así, mi esposo recibiría de parte de un familiar el regalo de un viaje a Puerto la Cruz que es una zona turística de nuestro país, para reencontrarse con unos familiares que no veía desde niño, y desde hace un tiempo habíamos planificado ir juntos como familia, pero resulta que el viaje se adelantó, y coincidió que yo enferme con amibiasis y estaba bastante afectada, y bueno él me dijo lo pospongo o voy y tuvimos que decidir juntos que debía ir y llevar consigo a nuestro hijo de dos años, yo me iría a casa de mis padres por esos días que estarían fuera.

La verdad compartía la alegría con ellos de este viaje, ya que mi esposo se encontraría con su familia, y también viajaría con su padre con quien por diversas razones no tenía muchos recuerdos de infancia muy agradables, pero yo lo veía no solo como un viaje de vacaciones si no un viaje de restauración, de nuevos inicios y de mi esposo reencontrarse con sus raíces, de veras admiro su corazón dispuesto a perdonar y a atesorar nuevos recuerdos con sus seres queridos, y que además mi hijo fuese parte de la aventura.

Compartiré algunas fotos que son parte de su viaje y que constantemente me están enviando, pues el viaje aún está en proceso, aunque ya está a punto de finalizar y estoy expectante de las historias que contaran.

Me sorprende lo mucho que mi hijo puede adaptarse a los nuevos espacios sin problema, se fue dormido cuando inicio el viaje para despertarse en nuevo hogar con personas que no conocía inmediatamente se adaptó y empezó a jugar con su prima de 6 años y a compartir con sus demás familiares.

En la siguiente foto mi hijo con su prima el primer día que llego a Puerto la Cruz.

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Al día siguiente la tía de mi esposo cumpliría año e hicieron una rica torta y mi Abdi quería comerla toda.

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Desayunando.

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Este par han compartido y jugado por todo el tiempo que no estuvieron juntos.

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Salidita por el cumple de la tía.

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Preparándose para ir a la playa con el abuelo paterno y demás familiares.

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Playitaaaaa...

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En la noche llegaron haciendo pizza y mi esposo dice que aprendió para hacer en casa, eso espero jaja.

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Mi bebe disfrutando el parque del edificio, todo un paraíso para el.

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Papa tengo mucho miedo hay mucha brisa agarrameeee

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Día de piscina.

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Sin lugar a dudas estoy feliz por este viaje que mi esposo y mi hijo han realizado aunque no pude ir con ellos, su alegría es la mía también, y creo que han podido atesorar lindos momentos con seres amados y también entre ellos como padre e hijo.

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Ahora con expectativa que lleguen a casa, y si has llegado hasta acá, gracias por leer puedes votar, compartir, comentar.