El sótano de Teresa McCourtney Parte V (Relato)
PARTE V
Escuché la puerta abrirse y bajé tan rápido como pude de ése sótano, corrí por el pasillo y me encerré en mi habitación, entre mis brazos había traído la caja, y antes de que mamá entrase en mi habitación, la oculté debajo de mi cama. La cena transcurrió tranquila, a excepción de mi cabeza que estaba echa un caos, cada bocado de comida era pesado de masticar, en cada movimiento había un nuevo pensamiento sobre esa historia, había algo en todo eso que me
parecía extraño, algo me estaba faltando, y averiguaría qué era. Mi cumpleaños número trece se acercaba, esta historia debía desenredarse para ese entonces, nadie de la familia de mi padre debía enterarse que estaba mal, que algo me molestaba, aunque no eran muy perceptivos, no estaba bien que llegasen en un momento de tanto caos. Al día siguiente fui a la biblioteca de la escuela, nada, ninguna noticia de ningún tipo. Al salir de clases, en lugar de ir a casa, fui en bus hasta la biblioteca de la ciudad, aunque mis padres podrían haber estado preocupados, la verdad yo me sentía muy segura de mí, orgullosa de que había encontrado una ubicación algo lejana por mí misma. Me situé en una computadora y comencé por indagar algunas de las muertes más nombradas, pero nada, las horas pasaban y yo seguía sin saber nada, tan sólo que tenía una tía llamada Teresa que murió, y cuyo esposo se llamaba Josh, y que ambos habían tenido una hija llamada Teresa. Aquél día me sentía vencida, hasta que una mujer se acercó y me hizo una pregunta, la pregunta que me llevó a descubrir mi verdad.
-¿Teresa?...-Preguntó llevándose una mano a la boca, mientras las lágrimas inundaban sus ojos.
-¿Sabe quién soy?...- Le pregunté de regreso. Sabía que hacerse pasar por una niña muerta estaba mal, pero debía saber sobre su historia, y ésta mujer parecía ser la única dispuesta a decirme.
-Soy yo, Jessica. ¿Cómo es que estás aquí?...Escuché que tu madre había muerto. ¿Teresa? ¿Cómo es que estás viva?. Te creíamos muerta también - La mujer cada vez más se quebraba en llanto, no entendía lo que me quería decir, pero entonces le dije lo que sabía.
-Estoy viviendo con mi tía a varias calles de aquí. No recuerdo mucho, pero podrías decirme cómo murió mi mamá, es que hace poco la recordé, pero no recuerdo con detalle como pasó.
-No lo sé, yo...creo que ese papel le corresponde a tu tía.
-Por favor...mi tía no me dice nada, la muerte de mamá la ha dejado muy mal, tan sólo trabaja, ya no habla conmigo o con su esposo - Intenté lo más desesperada posible, y por fin dio frutos.
-Bueno, ven conmigo-Dijo, tomándome de la mano y dirigiéndose a la puerta.
Nos detuvimos a unos cuantos metros fuera de la biblioteca, frente a un café moderno y luego de sentarnos en una mesa al fondo, y pedir un moca para ambas, Jessica se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja, se aclaró la garganta, respiró hondo y sujetó mi mano, quizás esperando que ese gesto apaciguara un poco el dolor que traía consigo aquella historia que estaba apunto de esclarecer mis dudas.
-Yo era la mejor amiga de tu mamá, quizás no me recuerdes porque eras pequeña, tenías siete años cuando pasó.
-¿Siete años? - La pregunta salió tan rápido que no me detuve a pensarlo bien.
-Si, ahora que lo pienso...debes tener dieciocho años - Jessica me quedó mirando como buscando el mínimo rastro de dicha edad en mi cuerpo y rostro, pero no lo pudo encontrar - No eres Teresa ¿Qué edad
tienes?...¿Quién eres?.
-No soy Teresa, soy su hermana - Eso ni yo misma me lo esperaba, le había dicho que era su hermana, pero hasta ese momento esa idea no había cruzado mi mente, ¿y si la pequeña bebé en sus brazos era yo?...¿Y si resultaba cierto?...¿Mi tía Teresa en realidad era mi madre?...¿Teresa era mi hermana?...