Mucha gente lo contrae sin saberlo. Es, quizá, la enfermedad de transmisión sexual más común. Se puede contraer hasta secándose con una toalla húmeda. Los estudios más serios al respecto, como casi con todo, son los norteamericanos. Se estima que casi la mitad de norteamericanos que llevan una vida sexual activa han contraído el VPH, aunque la mayoría de ellos lo superaron sin tratamiento.
En muchos países europeos se está vacunando, pero sólo a las mujeres (cosas del feminismo europeo, que cada día es más radical y más irracional). La idea, que seguro que muchos aplaudirán, en realidad es muy mala. Conforme más avanzan las investigaciones más se descubre que las vacunas no son tan inocuas como se pensaba en un principio. Antes o después la OMS tendrá que recular.
Es triste que en este artículo se hable de visitar al ginecólogo, pero no de visitar al urólogo.
Por lo demás, lo del cáncer es para meterle el miedo a la gente. De todos los tipos oncológicos que hay del VPH, sólo unos pocos devienen en cáncer (se cree, no se sabe) y sólo tras años (décadas) sin tratamiento. Por supuesto, de la posibilidad de cáncer en varones, ni una palabra.
En las películas pornográficas, en los primeros planos, muchas veces pueden reconocerse condilomas.