El tapón del diablo (Darién, Panamá) Entrevista, Historia real III
Un cubano que viajaba con nosotros y sin duda una bendición para el momento nos paga el viaje, siempre estaremos agradecidos, estas odiseas te entregan familias nuevas que jamás vas a olvidar.
Cuatro horas en la misma posición y con la misma cantidad de personas otro viaje insoportable pero el doble de tiempo hasta llegar por fin al primer gran refugio Laja blanca, en este sitio tienes casi todo lo que necesites y en este punto sé que ya superado todos los obstáculos llegue, aquí sé que todo este esfuerzo parece llegar a puerto seguro.
Aquí me retienen cuatro días por supuestamente mi nacionalidad la única entre decenas de inmigrantes de infinidad de países, a ciencia cierta no sé qué pasa ni porque me detienen tanto tiempo, aquí nos separamos mi compañero y yo, ellos tenían que seguir la ruta no podían esperar más tiempo
De aquí me llevan a migración meteti con pasaporte retenido te dan un documento para evitar ser retenida por la policía y tienes que presentarte en migración en la ciudad de Panamá.
Salgo de la sede solo con ropa una bolsa de plástica a la calle sin nada más, al rato pasa un taxi se detiene y me dice tu eres venezolana? le digo si el dice sube, sube tranquila no tengas miedo, subo con algo de temor y me dice yo lleve a tu esposo y él me dijo que tu quedabas aquí, en ese momento comencé a llorar por que sin duda tenía que ser una bendición que dios envió, no podía ser casualidad, me llevo a la terminal de buses y el taxista le dijo al chófer que iba a ciudad de Panamá que me llevara que no se preocupara que su esposo iba a pagar en Albrook, que si no él le pagaba el pasaje, así logro por fin encaminarme a la capital de este país que me recibió con los brazos abiertos.
Nueve días del paso por el tapón del infierno logro llegar a la capital, la odisea de su vida la cual todavía tiene secuelas, un viaje que no lo desearía ni a su peor enemigo, una travesía, que hace que tu vida se convierta en antes y un después.
Recuperada de su viaje y con un semblante sereno me dice que para ella valió la pena con todos los inconvenientes, porque estando aquí a podido ayudar a su familia, velar porque sus hijos no les falte nada, que la visiten aquí y hasta tener la bendición de celebrar los 15 años de sus hijas una promesa que les había hecho a sus niñas y que en el país habría sido imposible lograrlo.
En este momento entiendo el porqué de estos viajes la gente sale de sus países con infinidad de problemas sociales y económicos, se convierte en inmigrante porque ambiciona una vida mejor, así la idea les cueste la vida, eso ni con todo el lavado de cerebro que intenten las ideologías de izquierdas o la pobreza pueden aplacar el hambre del ser humano de ser mejor, de evolucionar, lo puedo decir con propiedad por ser inmigrante.