Ojalá te atropelle un tren y te muerassteemCreated with Sketch.

in #spanish6 years ago

Estaba en la calle, caminando con hambre, angustiado,

          Pensando que nada me salía bien, preguntándome por qué no surgía y la gente se alejaba de mí, después de todo, yo tenía buena actitud y merecía felicidad, merecía dinero y amor, lo merecía todo... Fue allí que vi el tren, venía a toda velocidad cuando me arrolló. Eso es lo último que recuerdo.

          Un segundo después, estaba en el piso, ensangrentado, llorando, quebrado por dentro y por fuera: el coñazo fue duro. ¿Morí? ¿Estoy vivo? La verdad es que venía pensando que nada podía estar peor y que no merecía la vida que estaba viviendo y ahora ocurre esto. Me duele moverme, me duele todo, creo que he muerto, no recuerdo quien soy.

He llegado aquí sin saberme vivo

          Padeciendo la realidad de mis problemas, echándole la culpa a los demás, al destino, a los genes, a mi estrato social, pocas veces a mí mismo y este caso particular, culpo al chofer del tren. El imbécil ese, seguro venía distraído o pasado de copas. ¡Claro! ¡Es culpa de él! Eso es lo que diré a Dios, a San Pedro, o a quien me reciba.

Creo que esto es el cielo. Eso parece…

          Voy a preguntar. Tengo que reclamarle muchas cosas a Dios o al menos que me saque de ciertas dudas.

-Hola, ¿cómo está? Me acaban de atropellar. Me llamo…
-Disculpe, usted no ha muerto, creo que no ha entendido.
-¿Cómo que no he muerto? ¿No ve que estoy todo ensangrentado?
-Sí, pero no está muerto, de hecho tampoco está vivo.
-¿Que no estoy muerto pero tampoco estoy vivo? Uhmm, ¡Qué cómico eres, vale! Muy gracioso, deberías tener tu propio reality en MTV. Dígame si me va a recibir o no, sino para resolver por mi lado, ya extraño a mi familia, incluso ya no veo tan malo todo lo que me estaba pasando.
-Eso es lo que debes hacer.
-No entiendo, ¿hacer qué cosa?
-Resolver, cambiar de actitud, valorar todo, lo bueno, lo malo y a todos. Agregaría, además, que felicite al chofer que acaba atropellarlo. Él tiene rato pasándole por encima y finalmente hoy lo logró. Adiós…

Un segundo después estoy en el piso

          Abro mis ojos, veo que no estoy golpeado ni sangrando. ¡Estoy vivo! Pero también he muerto. No entiendo mucho lo que está pasando, pero algo me ha ocurrido. Estoy llorando, pero feliz. Roto por dentro, pero completo por fuera. Sin nada de fortuna, pero con mucha suerte. Acabo literalmente de morir, pero conscientemente empiezo a vivir. Siento que una parte de mí se pudrió con la acelerada realidad, pero queda algo fresco también.

Me acabo de dar cuenta cuán pesada es en verdad

          Mi supuesta vacía existencia. Comprendo ahora que realmente estuve enfrascado en una falsa felicidad aprendida en redes sociales, medios de comunicación y malas creencias sobre lo que realmente es importante. Mi presencia ha quedado liviana por mi ego, por mi mala comunicación conmigo mismo y por ende con los demás.

          Estaba tan sucio sobre mi ambición de las cosas que consideraba que merecía, que olvidé ayudar a los otros, a los menos afortunados, se me olvidó disfrutar de los dolores, las decepciones y también el motivarme sobre lo que podría hacer estando vivo, porque estando muerto el único tiempo que tendría sería el pasado y no este presente o el futuro.

          En estos momentos me doy cuenta que mi energía no era la más adecuada para inspirar a otros, que las veces que di gracias, en verdad no eran sentidas, que ni los buenos días, los daba con la energía que debía tener ese saludo, para que otros realmente tuviesen la alegre jornada que les auguraba. Solo era la cortesía aprendida en los buenos modales, pero nunca fui más allá.

Ahora entiendo porque es que no estaba vivo

          Ni conectado con las oportunidades que me daba cada miseria y cada jubilo para adaptarme, surgir, avanzar y compartirlo cuando tenía que hacerlo. Estaba castrado de entender que la vida puede ser una mierda, pero que de la mierda se hacen los mejores fertilizantes en los que nacen los robles más fuertes. No me di cuenta que al estar conectado de forma positiva realmente con mi familia, con mis amigos e incluso con gente desconocida para mí, multiplicaría la buena vibra y es vibra volvería a mí multiplicada y lo más importante era que obraría por otro ser procurando su bienestar.

Sinceramente, ser atropellado, morir y volver a vivir, me ha dado la oportunidad de internalizar cuan podrido estaba con esta enfermedad invisible que te consume y no te deja progresar sino hasta que ves la muerte de cerca o cuando tienes la fortuna de que alguien te explique cómo emerger. Luego tendrás que ayudar a otros a que triunfen.

Doy gracias al tren y en especial al chofer

          Que finalmente hoy me derribaron, me quebraron por dentro, rompieron mi mente y liberaron mi espíritu, para así ver la vida como algo muy simple. Ahora tengo la consciencia a tono para encontrar las bellezas invisibles que existen en la más cruel o entretenida contiadianidad. Qué bueno que hoy he sido víctima de este accidente.

La vida tiene una cualidad extremista

          Cuando creas que todo está muy mal, siempre, pero siempre, se puede poner peor. Creo que todos hemos estado en situaciones adversas en las que creíamos que nos había caído una maldición por la sucesión de hechos desafortunados que nos hicieron sentir y ser miserables. Desde muertes, a bancarrotas, desde despidos de nuestros trabajos, hasta resultar traicionados y lastimados en cuerpo, alma y sentimiento. Todo pasa en un segundo.

          Sin embargo, al otro extremo de esta aventura, hay un lugar de bienestar que nos glorifica la vida mediante las metas cumplidas, con ser realmente felices, bien sea con mucho o con poco, pero ese lugar no está en un espacio físico, se trata más bien de un estado mental de conciencia que hará ver todo como eso, como un gran todo, como un gran tiempo. Luego observarás detalles que siempre han estado ahí. Luego verás como el tiempo es el único que muere y como siempre está agonizando, es algo que debemos aprovechar para procurar la felicidad tan simple que hay al respirar, al comer, al besar, abrazar, al llorar, madurar, en fin, la felicidad que hay en vivir entre la dicha y su otro extremo.

Ojalá pronto te atropelle el tren,

                                                  que mueras ese día y

          Comiences a vivir con el propósito de agradecer lo más efímero y con el propósito de ayudar a los demás. Sobre todo, para darte cuenta que teniendo lo que tienes, puedes sonreír, ser libre y sentirte, conscientemente, en este presente extremista, en el que solo tú podrás decidir cómo recibir ese coñazo y si te vas a levantar. Estoy seguro que ya te dieron unos cuantos y que el tren sigue pasando por ti cada día para atropellarte.




Espero que esta reflexión, en vísperas de la llegada del espíritu de la navidad, les sirva para mover sus energías hacia la verdadera felicidad, y sobre todo para ayudar a otros a impulsarse hacia arriba y hacia adelante.

Acá te dejo los links de las imágenes que usé FuenteFuenteFuenteFuente FuenteFuente
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Que bonita reflexión, ciertamente, no espero que a nadie lo atropelle un tren pero si es bueno estrellarse de vez en cuando, como dicen por allí. Tocar tierra y levantarse. A mi esto me pasó hace mucho y me alegra mucho, lo difícil es sobreponerse al golpe, cuando te das cuenta de la realidad en la que vives... Pero luego poco a poco se le va buscando la vuelta, con mas sinceridad y menos inventos.

ufff, muy bueno, este escrito de verdad que me dolió, me identifico con muchas situaciones, espero despertar, poner los pies sobre la tierra antes de que me atropelle el tren y me mate.

Quedé enganchado rápidamente, no entendía al principio.
No obstante fué hilarante leer "Coñazo" XD
Me hiciste el día. Un abrazo, pana.

Gracias por la reflexión amigo, se aprecia un montón.

Excelente, siempre acertando con reflexiones tan necesarias! Ojalá