Sobre la inexistencia de Europa
Decir hoy que Europa no existe es, desde luego, una desfachatez. Pero cuando una palabra es tomada en un sentido amplio las posibilidades se abren. Esto es una respuesta a la idea de Eurocentrismo pero no al concepto en su sentido académico, ya que no he tenido la oportunidad de foguearme con estos textos sino con el uso del sentido común de los que, suposición mía, sí han consumido estos textos.
El concepto de Eurocentrismo contiene una contradicción interna y es que es un concepto eurocéntrico. Sí, la denuncia es parte del cuerpo denunciado. Esto parecerá ridículo pero hay que mirar bien algo, los libros de texto genéricos de la llamada historia universal no pueden abarcar la historia universal, llaman universal a un segmento, este segmento es Europa. Hasta acá la construcción mínima de lo que implica el concepto de Eurocentrismo. Entonces los denunciantes gritan que hay que mirar la historia de la periferia, de lo que está más allá de Europa. Y acá es donde me río y les informo que incurren en el más vergonzoso eurocentrismo: ¿Qué es Europa? La respuesta más fácil es, de manera sorprendente, la más errada, un continente. Esta afirmación tiene implicaciones que son justamente las que desnudan el eurocentrismo de los usuarios de este concepto, insisto, por lo menos los de sentido común. Europa no es un continente, Europa son Francia, Alemania e Inglaterra. Para nosotros es relevante España pero para los Europeos no. Italia es un personaje terciario, el reino de los países bajos pierde su importancia cuando se queda atrás en la competencia marítima. ¿Y el resto? Sabiendo que la historia segmentada es denunciada de ser centrada en Europa, ¿sabemos la historia de lo que actualmente es Bulgaria, Hungría, Grecia, Serbia, Chequia, Islandia, Suecia, Rusia antes de "modernizarse", etc... y paré usted de contar.
Estos son tratados de barbarie, no son parte de Europa. Pero si miramos la historia del reino de Bohemia tenemos a un personaje como Jan Hus que es precursor de la reforma protestante, lo que sirve para comprender que este es un proceso que es más allá de Lutero y de Calvino, pero también tenemos a Comenio, el autor de la didactica magna uno de los padres de la pedagogía mucho antes de que Rousseau escribiese su famoso Emilio. Pero cuando hablamos de Europa es poco convencional mencionar a estas figuras que sí son determinantes hasta para cuestionarnos cómo interpretamos a Europa. Pero miremos más hacia acá. Aun hoy, no vemos como Europa a estos países. Escapa de nuestro uso común del lenguaje pensar que eso es parte de "la Gran Europa". Y los grandes vociferadores del eurocentrismo poco se interesan por estos autores. Si un autor de la otra Europa triunfa es porque está escribiendo en la lengua de la Gran Europa, un par de ejemplos son Ionesco y Cioran. Un caso interesante es Milos Forman, su etapa en Checoslovaquia es siempre menospreciada y tratada como infantil o inconclusa, como si fuera un niño. Pero le bastó viajar a Estados Unidos para tener una etapa más acabada, clara y definida. Y "Al fuego Bomberos" es mejor y está mejor escrita y construida que Hair, por ejemplo. Pero la primera es de su etapa en Checoslovaquia.
Yo no me quedaré contento hasta que manden a leer libros de Neil deGrasse Tyson en las clases de historia "universal"