Chavismo la peste del siglo XXI: Un breve comentario
Comentar este documental se me hace harto difícil porque incurriré a lo mismo que el documental: una arrebato que saltará por el tiempo y el espacio forzando la lectura de la historia a mi conveniencia ya que si un documentalista puede incurrir en esto ¿por qué yo no? Así que haré esta reseña en un tono que será parecido. Forzaré la historia y los personajes, nunca justificaré mi selección de oradores y haré aparecer a gente por arte de magia porque la historia, bien lo sabía Thomas Carlyle, la historia solamente consiste en grandes hombres y los pequeños solamente pululan, a su alrededor como meros personajes en la sombra, soporte a los grandes hombres.
Chávez es Napoleón, Hitler, Bolívar, y otros próceres de la historia: se miró al espejo y se dio cuenta que era un personaje de los que hacen la historia y no de los que son hechos por la historia. Si esto les suena endiosamiento a Chávez pues encontrarán que hasta sus enemigos, sombras más extranjeras que territoriales, le miran así. Lo que para unos es el viaje del héroe para otros es el viaje del demonio. Pero este héroe no se hizo a él solo, mientras ya era lo que era: fue hecho, y era, al mismo tiempo, la bomba que destruiría a Venezuela. Este genio maligno aparece en un país destruido institucionalmente por la destrucción. Pero no aparece una referencia aunque sea vaga a la vieja noción de democracia modelo, a cómo éramos un ejemplo para la región de Democracia. La Democracia que, a nivel propagandístico, había sido vendida como fuerte resulta ser que no lo era. Pero la debilidad se resume de manera sintomática más que sistemática. La brutalidad, que sí es cierto que es tanto real como mayor, del par de eventos del 92 opaca completamente la polémica suspensión de garantías de CAP que serviría para recordarnos que la posibilidad de las medidas sangrientas estaban todavía en la memoria de las fuerzas armadas. Y que esto puede ser más importante para comprender la pérdida final de la confianza en la política nacional al ser CAP el hombre mandado a devolvernos a la Venezuela saudí de su primera gestión. Pero ojo, tampoco exploraremos en cómo fue el apoyo mediático a Chávez que parece más un brujo, un mago que impuso su imagen que un hombre que tuvo soporte, guías, compañeros. Con mencionar que un hombre como Nicolás Maduro solamente para el final del documental. Chávez, cuando se lo menciona, que este documental es más sobre Chávez que sobre eso que llamamos Chavismo, es un monstruo que si no es por Fidel Castro, no tiene más que su propia capacidad magnánima.
No esperen ver cómo Chávez hizo posible el partido suyo, sea el MBR-200, el MVR, o el PSUV. No esperen ver nada de esto: Chávez es una fuerza de la naturaleza, un monstruo mágico que obtuvo seguidores porque era puro carisma, por la magia del Carisma forzó a la historia venezolana. Por mucho que Weber insista que la dominación no aparece de manera pura: Chávez es carisma puro, es un brujo seductor, inclasificable exceptuando que por la "necrofilia ideológica" (lo mejor que sacaré del documental) o haber sido un estafador. Y acá está el problema, este documental no solamente hace parecer a Chávez como un magnánimo brujo sino que nos permite comprender que en el fondo los que lo adversan no pueden, como si fueran los mismos seguidores, profanar a la figura: Chávez se lo describe en tonos únicos, como un personaje literario que salió de un libro, un tipo ideal supremo. ¿Cómo Chávez llega y se mantiene en el poder? La respuesta es simple: violencia, dinero y drogas. Y nunca parece que hubo seguidores, defensores, apologetas. De algún modo siempre ha tenido enemigos que han luchado por la libertad, pero amigos solamente la cúpula y los seducidos. El 11 de abril es una mera referencia superficial, no hay trece, no hay mención al paro petrolero. Ariás Cardenas aparece en la etapa en la que se opuso a Chávez, pero ni mención de haber sido el candidato de oposición, no aparece la famosa gallina, ni mención de que Arias Cardenas fue parte de lo que pasó en el 92 ni de las consecuencias del golpe fuera de la capital. Es más, el dicho "Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra" se vuelve un hilo narrativo del documental, solamente está el escenario general y la única particularidad es Caracas. El resto del país si aparece es de manera anecdótica o para alegrarnos la vista con los tepuyes.
Diosdado aparece mencionado cuando hablan de Narcotráfico pero como personaje secundario de una obra de teatro desaparece en la bruma del olvido, porque la única luz, el único matiz histórico es, y fue, Chávez. No hay mundo más allá de Chávez. El documental no pasea seriamente por cosas, no mencionan tampoco la muerte de Danilo Anderson, tema que es obviable, ni tampoco de la Lista Tascón, tema imprescindible. Es un remolino que salta del 2002 al 2007 como si no hubiese historia del Chavismo en ese período o como si hubiese sido un período moderado. El alza de los precios del Petróleo pasa por arte de magia, al igual que su caída. Las imágenes son en su mayoría de la gestión de Maduro, y nunca justifican bien las menciones a países extranjeros más que como potenciales amenazas, pero de manera muy superficial.
No muchas menciones a la dinámica política venezolana exceptuando que al parecer era arrastrada por un Chávez que era como una fuerza anti prometeica. Y, en un punto extraño, aparece Leopoldo, aparece María Corina. Un orgullo extraño. Pero todo como si fuera una suerte de apología invertida a Chávez.
El hilo conductor es hecho por comentaristas que están justificados si estás claro de quiénes son y porqué comentan y aun así es confuso. Es la clase de documentales que te hace preguntarte ¿cuál es el criterio para que Mario Vargas Llosa comente sobre Venezuela más allá de que sea peruano y liberal y premio nobel de literatura? ¿Es el liberalismo? ¿Es porque es peruano? ¿Es porque es premio nobel? Felipe González, el presidente español, se pudo haber justificado pero no hay mención real a las tensiones de la política internacional del chavismo ni los roces.
Se podría decir que esto fue hecho desde el sentido común de un tipo de opositor que es afín acierta ideología y que eligió a los oradores para obtener la respuesta más autocomplaciente que pudo obtener. Es la clase de documental que hace parecer a los que acompañan a a Maduro como figuras viles que conspiraban contra la historia y que nacieron de las fauces del infierno o que salieron de la nada y que Chávez las puso ahí por capricho. No hay trasfondo de tipo alguno de nada. Es solamente una imagen tras otra para justificar un punto y no indagar en la historia, ni en las posibilidades. Es simplemente malo, y poco sirve para ilustrar bien acerca de cómo Chávez se vuelve Chávez: esencialmente lo era desde que nació en, la inexistente para el documental, Barinas. Chávez es solamente una criatura lanzada por el diablo contra el que hay que empezar una cruzada en su sentido original, una guerra sagrada.
Esto es solamente el recrudecimiento del discurso del conflicto del bien contra el mal, y por supuesto que el bien está del lado que hizo este documental. Ojala, cuando tengan el poder de hacer la historia, tengan razón
Gracias por el apoyo y la paciencia de @androidraid quien es co-autora de esta vaina
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