HOLA NUEVAMENTE COMUNIDAD

Muy buenos días a todos, hace mucho tiempo no pasaba a compartir con ustedes, lamentablemente para ustedes mi trabajo ha incrementado un poco últimamente, lamentablemente para mi la paga no ha mejorado ni un poco, pero eso es una historia para otra ocasión.

El día de hoy quiero compartir con ustedes la historia de mi mascota, que lamentablemente ya ha fallecido pero me ha dejado cerca de 13 años de maravillosos recuerdos.

CACATUA

La mejor cacatua del mundo

Cuando tenia cerca de 11 años mi familia se mudó y obviamente tuve que mudarme de escuela, dejando atrás a todos mis antiguos amigos, que por cierto, nunca volví a ver.

Mi padre hacía negocios con varias empresas, grandes y pequeñas, entre las cuales estaba una pequeña tienda de mascotas. Mi padre creyó que tener una mascota aliviaría un poco la perdida de mi antigua vida.

En mi nueva escuela después de algunos días comenzaba a adaptarme pero aún no lo suficiente, y al regresar a casa me encontré la maravillosa sorpresa de una Cacatúa pequeña, era casi un bebé.

Al principio la relación fue difícil, ya que éstos pequeños animalitos son un poco agresivos, pero con el tiempo se adaptó mucho a mi y no me picaba, de hecho le gustaba mucho subir a mi hombro, yo podía estar en mi cuarto y él llegaba volando hasta mi, razón por la cual su jaulita siempre estaba abierta, tenía la libertad de estar en cualquier parte de la casa, pero prefería estar conmigo. Incluso lo encontraba durmiendo en mi cama muchas veces.

Realmente fue una relación especial la que tuvimos.

Disculpen la pésima edición XD

LOS AÑOS PASAN

Mi amigo emplumado siempre estuvo a mi lado, y aunque aún era un poco agresivo con las personas, conmigo no lo fue, de hecho cuando me descuidaba me robaba comida de mi propio plato y le gustaba jugar a huir de mi intentando recuperarlo, el típico juego del gato y el ratón, pero organizado extrañamente por un ave y yo solo participaba.

Con el tiempo nuestros juegos fueron menos recurrentes, ya que fui admitido en la universidad y mi tiempo en casa fue reducido significativamente, aún así cada noche pasaba el tiempo con mi pequeña cacatúa.

Años después me percaté que uno de sus pequeños ojos tomaba un color mas claro, mis padres no me creyeron ya que era algo que solo yo noté, una especie de catarata se estaba formando, terminó perdiendo la vista de ese ojo.

No pasó un año antes de que su otro ojo comenzara a perder la visión de igual manera, pero el veterinario nos dijo que no había nada por hacer para salvar su ojo restante.

Pasé de tener a mi cacatúa siempre siguiéndome a una cacatúa ciega, pero de igual forma seguíamos juntos siempre que podíamos, yo iba a su casa y al hablarle reconocía mi voz y subía a mi mano (tocaba su pecho para que la encontrara fácilmente), si alguien mas lo intentaba simplemente recibía una respuesta agresiva. Seguía en mi hombro, aunque ya no subía por su cuenta, yo se lo facilitaba.

Por todo lo demás su salud siempre fue excelente, aunque perdió la visión seguía tan animado como siempre, cantaba, comía, volaba en cortos tramos (cosa que intenté evitar ya que se estrellaba algunas veces).

MOMENTO DE DECIR ADIOS

El tiempo siguió pasando, y mi pequeño amigo comenzó a perder muchas de sus plumas y las plumas que tenía eran de un color mas pálido, la edad se le notaba.

Poco a poco perdió la energía que siempre tuvo, dejó de cantar y de jugar, aún subía a mi hombro, pero yo debía tener cuidado que no moverme muy fuerte ya que temía que se lastimara, también noté que dormía mucho más y su excremento era mas líquido, yo sentía que cada vez se acercaba su muerte.

Exactamente el 28 de diciembre de 2016 en la tarde lo vi muy mal, no sé como describirlo, simplemente lo sentí dentro de mí, lo tomé en mi mano como de costumbre y le dije:
"cuando estés listo para partir, lo aceptaré, aunque te quiero mucho, me duele verte sufrir, siempre fuiste el mejor y mereces descansar, sé que siempre estarás conmigo".

El 29 de diciembre de 2016, en las horas de la madrugada, me encontraba durmiendo pero un fuerte ruido en la cama de mi amigo me despertó, corrí a verlo y me di cuenta que estaba aleteando fuertemente como si algo le doliera demasiado, como mis padres también llegaron a ver qué sucedía, mi padre lo tomó en sus manos para calmarlo, pero no pasó un minuto y mi amigo cerró sus ojos para no volverlos a abrir. Con mis 24 años y una carrera de ingeniería encima llevaba años sin llorar, pero esa noche no dormí nada llorando desconsoladamente.

Mis padres también muy tristes hicieron una pequeña ceremonia de despedida, aunque les parezca una forma de broma, para nosotros fue algo muy serio. Fue algo corto, pero le agradecimos por esos casi 13 años que nos acompañó y toda la alegría que nos dio, la despedida de un miembro más de la familia.

Un funeral simple

Hasta ahora no sé si él hacia lo posible por resistir y cuando le permití morir decidió continuar o si simplemente yo sabía que ya era el final, pero solo sé que tuvimos lo que muchos no tuvieron, el momento de decir adiós.

Hasta el día de hoy no he tenido otra mascota, en unos días se cumplen 2 años desde su muerte y aun lo quiero demasiado y lamentablemente ya no tengo el tiempo para cuidar alguna otra criatura.

Éste fue el final de la historia de mi cacatúa, a quien consideré mi mascota, mi hijo emplumado y mi mejor amigo. Espero les haya llegado y sepan que los animalitos dan amor si tu les das amor y ellos estarán contigo hasta los últimos momentos si has ganado su cariño.