Crónicas de los Andes Venezolanos Vol.2 (Guaraque)

in #spanish7 years ago

Bienvenidos steemians a este espacio de historias sobre los páramos andinos venezolanos. A continuación una relato sobre Guaraque, uno de los pueblo del sur de los Andes Merideños.

Guaraque, Pueblo Sur Del Estado Merida.

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Guaraque

Referentes históricos señalan que la palabra ‘Guaraque’ proviene de un vocablo autóctono que significa; "gente aguerrida", por el carácter enérgico de los indígenas que vivieron en las montañas y valles circundantes al momento de la llegada del conquistador español.

La población de Guaraque la fundó Salvador Fernández de Rojas en el año 1653, como pueblo de encomiendas. Con el arribo de los nuevos pobladores ibéricos a la tierra de los guaraques y a toda la región andina, hubo un giro en la historia de las andes venezolanos.

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Engraving 15th Century. Parcels.

Las encomiendas se establecieron en América según una costumbre traída de España, era algo así como un feudo que recibía un súbdito español. El reparto de encomiendas a los hispanos, en teoría, era para favorecer a los indígenas de sus guerras internas con otras tribus, enseñarles el español y catequizarlos en la fe católica. Con la encomienda, el reino de España entregaba a un castellano denominado encomendero, un determinado número de indígenas los cuales quedaban bajo su responsabilidad, en retribución a ese favor, los indígenas debían entregar tributos al encomendero en oro, brillantes, metales preciosos y trabajo, pero, en esta región de los andes venezolanos, los conquistadores no encontraron todas las riquezas esperadas y fueron consideradas regiones pobres, los indígenas pagaban con servidumbre, trabajando en las haciendas de los encomenderos.

El régimen de la encomienda generó una serie de abusos, el sistema derivó en muchas ocasiones en trabajo obligado, los indígenas eran forzados a realizar trabajos rudos, si se oponían, eran sometidos a castigos hasta la muerte- En la práctica, la diferencia entre la encomienda y la esclavitud era mínima. Inicialmente quedo establecido, que la encomienda duraba por dos generaciones, pronto los encomenderos se acostumbraron a la tierra de los indígenas que estaban bajo su protección, y se fueron apoderando de ellas en el tiempo.

El fraile Bartolomé de las Casas dedicó su vida a escribir y ejercer presión, para abolir el sistema de la encomienda colonial que esclavizaba a los nativos del Nuevo Mundo. Bartolomé de las Casas intervino en el debate que impulsó la promulgación por el Rey Carlos I, el 20 de noviembre de 1542 las Leyes Nuevas, donde se prohibía la esclavitud de los indígenas y se ordenó que quedaran libres de los encomenderos y puestos bajo protección directa de la Corona, pero, solo doscientos años después, en 1720, se produjo el fin del sistema de encomiendas en América y a finales del siglo XVII, fue reemplazada en toda la américa española por los repartimientos.

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Productos agrícolas traídos por el colonizador español para América

A partir del siglo XVI, se llegaba a esta región de los andes desde el virreinato de Nueva Granada, iniciándose la fundación de los pueblos del sur; Guaraque, Canaguá, Guimaral, El Rincón, Acarigua, Acequias, Chacantá, EL Molino, El Morro, Mesa Quintero, Mucuchachi, Mucutuy. En este proceso, el colonizador introdujo productos agrícolas traídos de Europa, como el trigo, la caña de azúcar, limones, naranjas, arveja, cambur, ajo, cebolla, incrementándose el intercambio de mercancías con el Virreinato de Nueva Granada y el Caribe.

Igualmente los castellanos en el proceso colonizador implantaron el uso de espadas, cuchillos, machetes, yuntas de bueyes, aperos de labranza: arado, azada, azadón, guadaña, hoz, pala, rastrillo, para trabajar la tierra y trasladaron desde la Península Ibérica animales domésticos como; vacas, gallinas, caballos, mulas, burros, ovejas, perros y gatos.

Se construyeron caminos de herradura según costumbre española, estas vías las hicieron basándose en los antiguos senderos indígenas, eran caminos angostos a través de la montaña, hechos a pico y pala, por ellos avanzaban hostigadas por lo gritos y silbidos de los arrieros las bestias de carga, filas de mulas llevando fardos, a través de caminos tierra y empedrados, trepando cuestas, a veces, los senderos estaban obstaculizados por derrumbes de tierra y piedra, lo que obligaba a los viajeros a parar y despejarlos. Por estos caminos esculpidos en roca viva, arrieros, baqueanos y viajeros efectuaban su travesía caminando por las montañas andinas, acompañados de la brisa fría de la neblina de los páramos acariciando sus rostros, divisando desde las alturas, abismos profundos, saltos de agua, lagunas, riachuelos, caídas de nubes, todo conformando paisajes espectaculares, que quedaban grabados en la memoria de los viajeros que los contemplaban.

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Productos agrícolas originarios de américa

Los indígenas tradicionalmente sembraban en conucos según los diferentes pisos climáticos, en las regiones donde se fundaron los pueblos del sur. Usaban herramientas manuales como: palas de madera, hachas y palas de piedra. Cultivaban maíz, frijoles, auyama, papa, yuca dulce y amarga, arvejas, trigo, la chayota, tabaco, curas o aguacate, la arracacha o apio, el camote o batata, el ají, el cacao, frutas como: guanábana, maní, la piña, el merey, el maní, la piña, la lechosa, y otras hoy casi desconocidas como el amaranto, la quinoa, la ruba, el michiruy, la quiba, el istú, el cuyre, la navilla, la chuba. Predominaba entre los pueblos indígenas el trabajo comunitario, para la recolección de las cosechas, se convocaba un convite llamado cayapa, un tipo de organización del trabajo comunitario. Para cocinar disponían de fogones de leña y recipientes hechos de barro cocido como: múcuras, chorotes, jícaras, chirguas, moyas, y utensilios diversos hechos de totuma o tapara

Tradicionalmente los indígenas cultivaban las montañas en terrazas y andenes, canalizaban las aguas de los ríos serranos para riego, utilizando sistemas de acequias por donde conducían el agua a sus barbechos y conucos. Utilizaban estanques o quimpués para acumular y utilizar tomas para consumo y regadío de cultivos. Igualmente construían muros de piedra con el propósito de proteger las pendientes de montaña de procesos erosivos. Disponían de resguardos en cuevas para rituales, preservar sus alimentos y enterrar a sus difuntos.

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Ruinas de antigua casona cafetalera cerca de Guaraque.

En la última parte del siglo XIX, a partir de los años 1870, debido al clima de la región, sus condiciones geográficas, con alturas de más de mil metros sobre el nivel del mar, se incrementó el cultivo de café en los Andes por su creciente demanda internacional. Los habitantes de la región de Guaraque y de los Pueblos del Sur se dedican al cultivo de esta planta, lo que le aportaría a muchos de sus pobladores, prosperidad por los próximos 60 años. El café crecía muy bien en las laderas montañosas de los andes merideños, lo que lo hicieron un espacio ideal para este cultivo produciéndose cosechas abundantes.

Guaraque fue parte de esta realidad, por su frontera limítrofe con Táchira y el Norte de Colombia. Debido al auge cafetalero de esos años, Guaraque registró un crecimiento de su población, En esa época a los pueblos del sur llegaban llaneros escapados de la guerra civil, tanto oligarcas como peones. Igualmente se establecieron en estas tierras, familias italianas, franceses, y alemanes de los cuales quedan descendientes. Asimismo llegaron colombianos del Norte de Santander acostumbrados a las tareas rudas de la tierra y conocidos por su habilidad comercial. Una vez el café procesado y secado en las haciendas era transportado en fardos por recuas de mulas, por los caminos de la época, hasta Tovar y Santa Cruz de Mora, se trasladaba hasta el lago de Maracaibo, por donde era transportado a Colombia y el Caribe.

Con la ley política territorial del año 1992, se estableció que el Municipio Guaraque tendrá una extensión que abarca los quinientos cuarenta y seis kilómetros cuadrados, para ese momento contaba con una población cercana a los diez mil habitantes. El municipio quedó conformado por tres parroquias: Guaraque, Río Negro y Mesa de Quintero. Esta región está localizada en tierras de la cuenca del Capurí. Los habitantes viven de la agricultura como su principal actividad la cual les permite sustentarse cultivando; café, apio, cambur, caña de azúcar, papas, hortalizas, y un sector ganadero.

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Vías para llegar a Guaraque desde Mérida

En la actualidad hay dos vías viniendo de la Ciudad de Mérida para llegar a Guaraque por tierra. Una entrando por Tovar, pasando por la población de San Francisco, subiendo la cuesta y cruzando por el Parque Nacional de los Páramos de Batallón y La Negra. Bajando se llega al pueblo de Guaraque, situado en una ramificación de la cordillera de Los Andes. Otra vía es, viniendo de Santa Cruz de Mora, subiendo por Estanques, pasando por El Molino, Capurí, entrando por Mesa Quintero hasta llegar a Guaraque.

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Fiestas de Santa Bárbara en Guaraque

La religión cristiana es determinante en las encomiendas y en los pueblos de doctrina. Los sacerdotes procuraban educar a los indios en los principios de la fe católica. Esta tarea la asumen congregaciones religiosas como los Agustinos y los Dominicos, los cuales se establecieron en la zona montañosa de los Andes y el pie de monte del sur de Mérida hacia tierras calientes de los llanos.

La evangelización católica establece un nuevo imaginario religioso, una conformación sincrética de las creencias católicas y las tradiciones de los pobladores indígenas. En el tiempo las creencias se mimetizan en una cosmogonía dual, la cual perdura entre los habitantes de los páramos andinos. Para los descendientes de la población indígena, la nueva simbología y el sacerdote católico, de alguna manera sustituyen al piache, aunque estos no desaparecen, se mimetizan con diversos nombres: curanderos, parteras, curacas, yerbateros, pero, por las persecuciones y los prejuicios religiosos impuestos, no todos son lo que dicen ser y se mantienen reservados en las montañas andinas.

En estos pueblos el trabajo de los sacerdotes está marcado durante el año, para atender a los parroquianos según la distancia y movilidad disponible, pero las cofradías en pueblos, caseríos y aldeas, cumplen su función organizadora en las diversas celebraciones religiosas las cuales a lo largo del año corresponde a momentos de la siembra, la cosecha, la recolección y el disfrute entre familia y vecinos. Las fiestas navideñas continúan con las de nuevo año y la paradura del niño, llamada así, porque el niño se para de su cuna y visita las casas de la vecindad, se conmemora en todos los pueblos andinos hasta culminar con el festejo de la fiesta de la candelaria el 2 de febrero, estas celebraciones se acompañan con procesiones, rezos, cantos, cohetes, comidas, dulces andinos y el miche andino.

El Carnaval antecede a Semana Santa, tiene elementos agrícolas simbólicos en relación a la sexualidad por la calidez y calor de la tierra donde se germinan las plantas. Para el campesino la Semana Santa tiene un simbolismo relacionado con la agricultura, la representación de la muerte, entierro y resurrección de Cristo, tiene una representación vinculada a la fertilidad de la tierra, la conmemoración finaliza con pascua de resurrección, la buena nueva, la vida venció a la muerte se corresponde la llegada de las primeras lluvias y el renacer de la vida en las cosechas.

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Santa Bárbara y San Isidro Labrador.

Una festividad de mucho arraigo entre los habitantes de Guaraque y aldeas cercanas. Cientos de devotos llegan de distintas partes para honrarla y venerarla. Son las fiestas en honor a la Virgen Santa Bárbara. Con estas festividades se expresa la cosmovisión andina sobre el agua, el fuego, el aire y la tierra. La tradición en honor de Santa Bárbara se celebra en Guaraque con mucha emoción, música, bailes populares, jornadas culturales y deportivas. Santa Bárbara es mediadora ante la naturaleza por lluvias benéficas y es invocada para calmar tempestades, ríos desbordados, truenos, relámpagos y centellas. La historia de Santa Bárbara llegó a Guaraque con el conquistador español y tiene muchos relatos, los cuales les contare en un próximo post.

San Isidro es una celebración de los campesinos que se implantó desde la colonia. Las primeras lluvias empapan la tierra, hacen germinar las semillas y el campo vuelve a estar verde. Las cofradías en los distintos pueblos promueven los rituales a San Isidro es el santo protector. Durante la celebración los campesinos, hacen una limpia a las yuntas de bueyes, tractores, herramientas de trabajo y vehículos para el transporte de las cosechas, esta consiste en pasarles manojos de hierbas por encima, la intención de este gesto simbólico es que los instrumentos agrícolas se depuren de toda adversidad y reciban bendiciones del santo en el nuevo ciclo que comienza. En las fiestas de San Isidro los bueyes se visten de color, plazas e iglesias se adornan con arcadas de flores y frutos. Los campesinos bajan de los campos y aldeas para celebrar, todos visten sus mejores ropas. Ese día habrá conmemoración con morteros, música, algarabía, puestos de comida, no faltarán, la chicha, el miche, los pasteles, el sancocho de gallina y los dulces típicos andinos.

Hay épocas que llueve demasiado, el exceso de agua que ocasiona deslaves, crecientes de quebradas y ríos, se dañan los caminos, se inundan las vegas y los campesinos acuden a San Isidro para que medie ante los elementos descontrolados y deje llover cantándole, San Isidro Labrador, quita el agua y pon el Sol.

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Cueva Benito. Localización Google Earth: 8.1139, -71.7432

Cerca de Guaraque se encuentra La cueva Benito, está ubicada dentro del Parque Nacional Juan Pablo Peñaloza, al que pertenecen los Páramos de Batallón y La Negra. Es considerada la más grande los Andes Venezolanos y la segunda más grande de Venezuela, en su interior presenta galerías con formaciones rocosas, estalagmitas, y diferentes coloraciones de rocas. Los Espeleólogos exploraron un trecho de 2Km, sin hallar el final de la cueva. Su interior corre una quebrada que se forma una caída de agua. Hasta ahora esta caverna no ha sido explorada en su totalidad, es posible que movimientos telúricos hayan cerrado galerías y no a explorado su longitud, las galerías profundas la convierten en un laberinto, y se recomienda no aventurarse porque los inexpertos tienen posibilidades de perderse.

La Cueva de Benito a 2.200 m de altitud, está enmarcada en un paisaje de gran interés turístico conformado formaciones rocosas, sabanas de montaña, y áreas de cultivo de frutas. Desde su localización se aprecian vistas panorámicas de Guaraque, río Negro, Quebrada Seca y Huesca. Está a unos 4 kilómetros desde, se le puede en vehículo de doble tracción y luego subir por una trocha a pie. La vía es solo transitable en época de verano y el acceso a su interior de la cueva se torna difícil en época de invierno debido a la abundante vegetación.

La Cueva de Benito es una referencia sobre lo respetado para los moradores de la región. Se comenta entre los taitas, que en otra época, la cueva fue un lugar de culto de los antepasados indígenas, es un lugar de respecto que enlaza las memorias de ayer y de hoy, y requiere de un entorno de conservación adecuado. En la cueva se puede ver huellas que corroboran que en su interior se realizaron diversos ritos, confirmados a través de visualización del escenario que definen espacios marcados por huellas de cultos pasados. Dentro de la cueva se observan un sitio para rituales dedicados al agua. Cuentan relatos de campesinos que practican esta tradición de sembrar el agua durante el Viernes Santo y el 24 de diciembre.

Existe otra cueva de grandes dimensiones cerca de la población Pregonero en el Estado Táchira, en la Quebrada la Escalera, que está conectada con la Cueva Benito. La tradición oral cuenta, que los indios cambiaban por oro la sal que traían los misioneros, en estos relatos se dice que esta caverna se comunica con la Cueva Benito cerca de Guaraque. Se dice que los indígenas usaron por años estas cuevas como un camino para comerciar por trueque con los Guaraques. Igualmente se cuenta que estas cavernas están encantadas y los que intenten pasar pueden morir.

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Cuenca y represa Uribante-Caparo

En los páramos, la Negra y el Batallón están las nacientes de la cuenca de los ríos: Molino, Guaraque, río Negro, Capurí, debido a la pendiente de las montañas, el drenaje de las aguas es torrentoso, lo largo de esta cuenca hidrográfica se encuentran las poblaciones de Guaraque, Rio Negro, Mesa de Quintero, El Molino y Capurí. El agua está disponible durante todo el año confluyendo en la represa Uribante-Caparo situada en el Estado Táchira para la generación de hidroelectricidad. Paradójicamente la electricidad generada desde la represa Uribante-Caparo, beneficio a los pobladores de Guaraque y demás pueblos del sur, diez años después de su entrada en funcionamiento. A veces la división política territorial, es un impedimento para el desarrollo armónico de las regiones, durante años la división territorial entre Mérida, Barinas y Táchira, perturbó el desarrollo de los pueblos del sur, limitándoles las vías de comunicación hacia los llanos de Barinas y Pregonero. Los agricultores tienen que sacar sus productos hacia la cuenca del chama por carreteras de montaña las cuales se afectan en periodos de lluvias.

Hasta una próxima vez donde estaremos relatando más historias de los pueblos del sur.