Nuestra cruda realidad.

Hola amigos de steemit, hoy quiero abordar un tema que considero es el más importante y el más grave que estamos viviendo en Venezuela como es la súper hiperinflación.

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Desde que comencé a escribir por esta red he querido expresar mi sentimiento a cerca del tema pero no había querido hacerlo pensando que hay tantas otras cosas buenas con las que cuenta Venezuela como sus riquezas e inmensas bellezas naturales.

Pero llega el momento en que la angustia, la indignación, el dolor y el sufrimiento te agobian y llegan a lo más profundo de tu ser, que lo que te provoca es llorar, cuando te sientes con las manos atadas al ver que tu país se cae a pedazos, donde lo más importante y necesario es la alimentación y la salud, que ya no la tenemos porque un sueldo de cualquier profesional venezolano no alcanza para dos días de comida, cuando acudes a un hospital y no consigues ni un tensiómetro mucho menos una pastilla para la tensión, si el salario no alcanza para comer mucho menos para comprar ningún medicamento.

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Estamos viviendo en un país sin autoridad ni leyes, donde abunda la delincuencia y el bachaquerismo (es el nombre que se la da aquí en Venezuela a la persona que revende alimentos y medicinas a precios exagerados), aquí todo el mundo hace lo que le viene en ganas sólo hay leyes para los más incautos.

Todo esto aunado a las interminables colas para poder obtener ciertos alimentos a precio regulado y la falta de efectivo en las entidades bancarias, donde solo se pueden retirar cien mil bolívares semanal, algunas agencias sólo permiten retirar diez mil bolívares al día, los cajeros automáticos sólo puedes retirar cinco mil bolívares diarios.

La hiperinflación está acabando con los venezolanos de a pie, los que vivimos de un salario y que no tenemos grandes empresas ni negocios o que sencillamente no podemos irnos a otro país. Venezuela está quedando sin su gente, nuestros chicos deben irse para poder subsistir.

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Venezuela es hoy en día un país sin oportunidades, los jóvenes profesionales no consiguen ningún tipo de empleo, ya que las empresas básicas están prácticamente en la quiebra, donde las políticas de gobierno no han servido para nada.

Que hace un venezolano con un aumento de sueldo si antes de que se lo paguen ya todos los alimentos y medicamentos están por las nubes, ya nadie puede comprar un artefacto eléctrico para sus hogares, ya nadie puede comprar un traje para vestir, ya nadie puede comprar un simple champo para lavarse el pelo.

Señores me disculpan la rudeza de este post, pero es esto lo que estamos viviendo y mucho más, sólo estoy tocando el tema por encima, es que parece que todavía hay mucha gente ciega que espera que ocurra un milagro.

Con mucha tristeza y con el corazón en la mano les digo que no veo la salida, no veo que esta crisis llegue a su final, lo que si veo es que cada día se profundiza aun más y que ya la pobreza y la hambruna están acabando con este país. Ya somos un país de niños desnutridos, sin esperanzas ni sueños, de ancianos muriendo de hambre sin atención médica.

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Que dolor y que impotencia siento cuando veo un gobierno aumentando sueldo a cada rato sin buscar las verdaderas medidas para detener esta crisis, cuando veo la regaladera de bonos como paliativos que no ayudan en nada, son para un momento, cuando veo el subsidio de alimentos que llega cada cuatro meses o simplemente no llega.

Ninguna de las medidas implementadas a logrado servir para algo, ah! Pero a todas estas nos aproximamos a unas elecciones presidenciales amañadas que nos llevaran a la derrota final.

Aclaro que sólo soy una docente incapacitada de este país que sufre en carne propia las barbaridades que ocurren día a día, que trato siempre de ver el lado positivo de las cosas, buscando nuevas salidas, manteniéndome siempre esperanzada; Pero no, que va, ya esto está inaguantable.
¡Venezuela se nos muere!

“No tenemos que derrumbar nuestros sueños, hay que derrumbar las barreras que nos impiden cumplirlos”.

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