Mi viaje más grande
Viajar ha sido un tema que me ha enamorado desde que tengo memoria. Siempre he soñado con viajar a muchísimas ciudades del mundo, pero cuando vivía en #Venezuela esa posibilidad cada vez se veía más lejana. Mi primer trabajo me llevó a viajar a través de la lectura, ya que tenía que desarrollar artículos para páginas web y e-books sobre diversos destinos y sus curiosidades. Fue así que comencé a documentarme para emprender el viaje más grande de mi vida: #emigrar.
Luego de terminar mi universidad, como pude junté dinero para viajar con mi novio a Trinidad y Tobago, una isla donde hablan inglés. Llegamos a ese lugar sin saber mucho de la cultura ni nada, solo el idioma. Fue un buen comienzo. Esa pequeña isla del caribe nos sirvió para aprender muchas cosas. Allí experimenté varias primeras veces:
Primera vez fuera de mi país natal.
Primera vez en un país de idioma distinto al mío.
Primera vez viviendo lejos de mi familia.
Primera vez viviendo con mi novio.
Primera vez trabajando de manera no freelance (siempre había trabajado de esa manera).
De Trinidad y Tobago recordaré por siempre (y es lo que denomino imperdible en esa isla):
El mejor KFC del mundo (y lo encuentras en cada esquina, en todas partes, y todos lo aman)
Playas bonitas, tranquilas.
Carnavales. ¡Cómo aman el carnaval allí! Viven por él.
Tienen un licor con 75% grados de alcohol, y es común que lo tomen en pubs.
Después de haber experimentado la vida cerca del mar, en ese caluroso lugar, decidimos emprender un siguiente viaje mucho más ambicioso y lejano hacia el sur: #Chile.
Con una mochila cada uno y algunas otras cosas comenzamos un viaje por vía terrestre que duró 11 días hasta llegar al destino final: Concepción, Chile. Al llegar a esta ciudad yo no conocía a nadie, absolutamente nadie. Mi novio, por su parte, conocía a un chico que estudió con él en el colegio, pero que tenía mucho tiempo sin ver. Ese chico fue quien nos recibió muy amablemente en su casa y nos mostró un poco de la ciudad (siempre estaremos agradecidos por eso).
El resto es historia, ya tengo casi 2 años en Concepción. Desde la primera vez que salimos a caminar por las calles de esta ciudad, me enamoré. Así comenzamos a establecernos acá con la intención de tener una base mucho más grande para ir a otro lugar (que aún no decidimos, pero ojalá a otro continente). ¡Que vivan las primeras veces!