Quiero que me mires
Quiero que me mires, mírame completa: de pies a cabeza.
Mírame como nunca miraste a nadie. Mírame como si no existiera un ser más hermoso en este planeta, como si todos los problemas desaparecieran, como si el viento barriera la indiferencia de tus palabras. Vuélveme a besar, necesito sentir el toque de tus pestañas contra mis mejillas, esas pestañas que enmarcan tus ojos, esos ojos tan hermosos que son el motivo de mis poemas.
Tengo miedo, ¿Esto es correcto? ¿Me estoy equivocando? Mírame para sentirme completa, correcta, mírame para sentir que pertenezco a alguien. Mírame despacio, sin temores ni tristeza, deja de mirarme como si me fueras a lastimar, porque mi amor, ya lo hiciste. Átame a tu vida, envuélveme entre tus brazos.
Esta noche estoy sola, complicada, tan mujer. Tengo un cigarro en una mano y el corazón en la otra, estoy tonta, enamorada y estupefacta ante el frío que entra por las ventanas de la cocina. Una calada de nicotina, no lo sé, será tu amor el que me mate primero o esta adicción que me ha manchado los dientes, pero tú, oh mi amor, tú me manchaste el alma. Los flashback de la noche anterior azotan en mi mente. Me duele el cuerpo que me reclama tu piel, puedo sentir tus manos danzando entre mis muslos como pianista tocando una pieza de Mozart, tus dedos concisos pero con un roce ligero suben hasta la parte que nadie ha tocado antes, un pasaje prohibido para los que se encuentran fuera del matrimonio. Para, un grito ahogado emanó por mi garganta. Te he gritado que te vayas, que no te quiero ver, tú me miraste profundamente antes de tomar la manija de la puerta para salir lejos de mí, sin mirarme. No te fuiste, porque nunca te has ido y es que el jinete de nuestra pasión nunca podrá cabalgar hacia el olvido.
Hoy quiero que me mires como humana, calma este sentimiento de angustia. Mírame que estoy aquí al pie del umbral, se eriza el vello de mi piel ante al cruel lamento de tu partida. He mirado la calle, los carros no dejan de pasar y solo puedo imaginar tu cuerpo tendido ante la acera, frío, tu corazón ha dejado de latir. Solo recuerdo mis últimas palabras ante tu vacía vasija que llamamos cuerpo: solo mírame, mírame, por favorY me miraste, con tus ojos apagados inyectados en sangre, con tu piel azul, con tus labios fríos.... Me miraste, antes de soltar tu último aliento.
The best and most beautiful things in the world cannot be seen or even touched - they must be felt with the heart.
That is a very interesting reflection, we only have notice for the things that we can touch and in some cases, we waste the things that are there for us although we can not see them
sad and beautiful at the same time @ lonelygirl
Thank u
what language is this, spanish?
Yes, my dear.
excelente, me gusto mucho
Muchas gracias por tu comentario @keynerluque, me satisface saber que te ha agradado este pequeño relato, espero leerte pronto.
asi sera, saludos
Esta muy muy lindo ese escrito.
Es muy satisfactorio leer este tipo de comentarios, muchísimas gracias