Canta poemas de amor, odio y zozobra.
Lo estoy intentando, tú no me estas ayudando.
Si quiero saber algo se lo preguntaré al que esta al mando.
Quisiera comenzar gritando pero siento que realmente esto no es necesario,
si no te gusta mi vecindario puedes ir al del otro barrio,
nunca me ha gustado hacerlo, así que hoy no tiene porque ser diferente,
no importa lo que diga la gente, todavía no eres consciente.
Suena deprimente el hecho de tener que olvidarte, no más viajes a marte, la luna nos quedo pendiente
pero es mejor ser fuerte y no tener que soportarte.
No soporto tener que observarte,
con tu constante semblante de idiota no provocas ni un mal pensamiento pero si un aparatoso y dulce futuro entre sueños, y muros oscuros.
Pinte ilusiones en mi paraíso y se suponía que eras el encargado de cumplirlas,
las dejaste a la deriva y ellas no tenían salvavidas,
ahora sola; andan vagando y mientras voy caminando me las ando chocando.
La ambigüedad de tus palabras destrozaron mis sentimientos,
tu aroma ya no motiva mis pisadas
las cuales eran cruzadas cuando se trataba de verte.
No me siento fuerte pero tampoco debilitada,
más bien me siento angustiada y rota por dentro,
pensando que en algún momento llegará otra persona
que motive mis neuronas y luego fracase en la jugada,
volviendo a dejarme tirada con un corazón en pedazos,
tener que recoger mis pasos,
iniciar de nuevo un camino que ya he recorrido más de diez veces,
sin la seguridad de ganarle a la vida en sus jugadas desgraciadas
me pongo en marcha con redobles para una muerte asegurada.
A veces te veo y me pregunto si realmente alguna vez me amaste
y siempre divago entre respuestas absurdas
frente a la evidente antelación de una acción para destruir un corazón, un sentimiento,
un estado de felicidad que era capaz de llegar hasta tormentosas lejanías
y que quizás sin necesidad de compañía podía llegar muy lejos,
alzando el vuelo su reflejo brilla como el sol por el este
o en su punto más alto,
ella brillo como quiso hasta que llegaste tú,
a recordar el sabor que tiene el suelo,
a hacer que tocara el piso.
Para que volviera a la realidad jugaste con sus sentimientos,
mataste su integridad, jugaste con su autoestima, lo peor, lo que quedo encima fue el permiso,
el permiso que te di para que hicieras de mi lo que soy, hoy,
ya no creo en los "te amo", ni relaciones para siempre, no confío en nadie, no creo en mi,
para ser sinceros ya venía con problemas así,
tú, solo incentivaste un fuego que se creía extinto,
solo queda mi corazón contrito,
estaba bien hasta que llegaste,
incrementaste innecesariamente mi felicidad y ahora que no estas todo se ha ido,
no se si contigo pero ya conmigo no esta.
Ahora estoy a la espera de ese alguien fulminante,
que mueva mis senderos, que cambie mi semblante,
que alegre mis días de manera exorbitante,
que me ame con pasión reconfortante,
con un cariño eminente, que abrace como si fuera el final de algo que acaba de empezar,
comenzar a actuar en base a la vida que viene pero se va, se va rápido, pronto,
no espera a nadie y a mi menos menos,
soy objeto complejo entre tanta simplicidad.
Soy algo que viene y va pero que también se detiene,
se cuestiona, llora cuando no hay que llorar y sigue cuando debe terminar,
soy poco dentro de mucho y mucho dentro de poco con su existencialidad,
que quiere saber la verdad con tanta adversidad,
que clama por la justicia pero que a veces no la practica.
Gracias a ti o los demás, soy quien soy sin más,
con todo y con nada,
soy la mitad queriendo ser otra cosa, menos tediosa y con mucha ansiedad,
con hambre y buscando paz.