Vivencias de un joven creador (escritor)

in #spanish6 years ago (edited)

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“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, cómo la recuerda para contarla”

Así como lo dijo Gabriel García Márquez; he intentado ser imparcial en las anécdotas narradas sin ausentar, claro, las emociones que me produjeron.

Kabir César Francisco Pajares Garcés; escribo la identidad completa por si las dudas. Mi patria es peruana y mi afición, crear. Tengo la certeza de que siempre ha sido así, ya que mis padres guardaron algunos dibujos míos (más bien garabatos) que realicé de infante. Claro, tal vez no me acuerde qué quise expresar, pero… ¡Expresaba algo al fin y al cabo! Años después un niño sabe dominar un poco mejor sus trazos y así empezar a elaborar ilustraciones más complejas; como el hombre araña ocupaba toda mi atención, confeccionaba pecheras y máscaras en base a su traje ¿Costaba conseguir un disfraz? Sin problemas ¡Me bastaba con papeles, grapas, ligas y lápices de colores! De seguro que boceté más cosas, pero es la manualidad que más recuerdo. Tiempo después; vino la lectura:


"𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗼 𝗮𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗴𝗿𝗮𝗻 𝘀𝗮𝘁𝗶𝘀𝗳𝗮𝗰𝗰𝗶ó𝗻 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱í 𝗮 𝗹𝗲𝗲𝗿 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝟰 𝗮ñ𝗼𝘀. 𝗧𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂é𝘀 𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗮𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗼𝗻 “𝗖𝗼𝗾𝘂𝗶𝘁𝗼” 𝘆 𝗿𝗲𝗳𝗼𝗿𝘇𝗮𝗱𝗼 𝗺𝗶𝘀 𝗹𝗲𝗰𝘁𝘂𝗿𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗽𝗲𝗹í𝗰𝘂𝗹𝗮𝘀 𝘆 𝗰𝗼𝗿𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝘀𝗻𝗲𝘆 ¡𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗼𝗱í𝗮 𝗹𝗲𝗲𝗿 𝗹𝗼𝘀 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗾𝘂𝗶𝘀𝗶𝗲𝗿𝗮 𝘀𝗶𝗻 𝗮𝘆𝘂𝗱𝗮 𝗱𝗲 𝗻𝗮𝗱𝗶𝗲! 𝗣𝘂𝗲𝘀, 𝗿𝗲𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗳𝘂𝗲 𝗮𝘀í. 𝗟𝗲í 𝗺𝘂𝗰𝗵𝗼𝘀 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀, 𝗲𝘀𝗼 𝘀í, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝗶 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗿ó 𝘂𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗹𝗲𝗰𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗻𝗼𝘃𝗲𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗹á𝘀𝗶𝗰𝗮𝘀, 𝗮𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗰𝗲𝗽𝗰𝗶ó𝗻 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝗹𝗹ó 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗱. 𝗣𝗼𝗿 𝘀𝘂𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗼, 𝘀𝗮𝗯í𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗿𝗮𝗻 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 “𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲 𝘃𝗶𝗲𝗷𝗮”, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗹𝗮 𝗰𝘂𝗿𝗶𝗼𝘀𝗶𝗱𝗮𝗱 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗵𝗮 𝘀𝗶𝗱𝗼 𝗰𝗮𝗿𝗮𝗰𝘁𝗲𝗿í𝘀𝘁𝗶𝗰𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗻𝗶ñ𝗼; 𝗮𝗹 𝗵𝗼𝗷𝗲𝗮𝗿𝗹𝗼𝘀, 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝗲𝘀𝗮 𝘀𝗲𝗻𝘀𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗶𝗯𝗲𝗿𝘁𝗮𝗱 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗶ó ¡𝗧𝗲𝗻í𝗮𝗻 𝘂𝗻𝗮 𝗶𝗻𝗳𝗶𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝗮𝘀 𝘆 𝗽𝗼𝗾𝘂í𝘀𝗶𝗺𝗮𝘀 𝗶𝗹𝘂𝘀𝘁𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀!: 𝗺𝗲 𝗱𝗶𝗼 𝗺𝗮𝗿𝗲𝗼. 𝗟𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘁é 𝗺𝗶𝘀 𝗽𝗲𝗻𝘀𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗮 𝗺𝗶 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲, 𝗺𝗲 𝗽𝗿𝗼𝗽𝘂𝘀𝗼 𝗹𝗲𝗲𝗿𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗼𝗻𝗺𝗶𝗴𝗼 𝘆 𝗮𝘀í 𝗳𝘂𝗲 𝗰ó𝗺𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝟲 𝗮ñ𝗼𝘀 𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻é “𝗘𝗹 𝗽𝗿í𝗻𝗰𝗶𝗽𝗲 𝘆 𝗺𝗲𝗻𝗱𝗶𝗴𝗼”, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗹𝘂𝗲𝗴𝗼 𝘃𝗶𝗮𝗷𝗮𝗿 𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗮 “𝗔𝗹𝗶𝗰𝗶𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗽𝗮í𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗺𝗮𝗿𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹𝗮𝘀”, 𝘆 𝗹𝗹𝗼𝗿𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝘃𝗶𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗽𝗼𝗿 “𝗘𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗶𝗽𝗶𝘁𝗼”. 𝗘𝗻 𝗹𝗮 𝗮𝗰𝘁𝘂𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝘀𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗵𝗮𝗯𝗲𝗿 𝗿𝗲𝗰𝗼𝗿𝗿𝗶𝗱𝗼 𝗲𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝘆 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗼, 𝗮𝗱𝗲𝗺á𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗲𝗮𝗿 𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀. 𝗠𝗲 𝗮𝗹𝗲𝗴𝗿𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘅𝗶𝘀𝘁𝗮 𝘂𝗻 𝗱í𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗹𝗲𝘁𝗿𝗮𝘀; 𝗺𝗲 𝗵𝗮 𝗮𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮ñ𝗮𝗱𝗼 𝗶𝗻𝗰𝗹𝘂𝘀𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗽𝗲𝗾𝘂𝗲ñ𝗼, 𝘀𝗲𝗴ú𝗻 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗺𝗶 𝗺𝗮𝗱𝗿𝗲, 𝘆 𝗺𝗲 𝗵𝗮 𝗵𝗲𝗰𝗵𝗼 𝗰𝗿𝗲𝗰𝗲𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗮𝗱𝗼𝗹𝗲𝘀𝗰𝗲𝗻𝘁𝗲."

Publicación de mi fanpage  por el Día del Libro - https://www.facebook.com/kabirPajares2016/

No parece coincidencia que después de ello empiece a crear “de verdad”, aunque claro, demos el beneficio de la duda a otros factores: la inspiración que provenía de mi alrededor, como los parques, los restaurantes y las olas masivas de publicidad ¿Qué tipo de ideas se me ocurrieron? De todo: empresas, álbumes, cómics, juguetes manuales y electrónicos…y cuentos. El más importante de todos a los 6 años fue “El aventurero”, personaje capaz de hablar con una serpiente y un puma. Más bien, escribí una trilogía, al añadir “Cadadey en los pozos mágicos” y “101: el gran héroe del Perú”. 

Un día, pensé en una idea para un libro; una diferente de las que había escrito antes, con una historia más compleja (al menos para mi edad) y con la visión de publicarla después. Como se acercaba Navidad –una de mis fiestas favoritas—se me ocurrió una historia para las fiestas: un niño desea descubrir el verdadero significado de la Navidad. Al preguntarles a sus vecinos y no obtener respuestas satisfactorias se queda dormido cerca al Huascarán (un gran nevado peruano). En su sueño, unos tele transportadores lo llevarán a un lugar mágico —una mezcla entre el Polo Norte y otras fantasías—¬¬¬. Al despertar, se topa con unos duendecillos, quienes le dan un mapa con destino a la casa del mismísimo Papa Noel para que resuelva sus dudas y regrese a casa. Decidí llamarla “Tierra de paz: el verdadero significado de la Navidad”. 

La idea de un nuevo libro en ese año quedaría como un pensamiento, mas en el siguiente, ja… Mi familia y yo vimos un metraje acerca del calentamiento global interesantísimo llamado “Una verdad inconveniente”. Aparte de si la información era imparcial o no, me llevó a querer conocer más sobre el medio ambiente; cosas que me parecían de lo más mínimas si se hacían a gran escala lo dañaban, y provocó que sea más precavido (siempre me gustó la naturaleza; está determinado en la biología del hombre). 

Cuando adquieres un conocimiento, la mejor forma de recordarlo es adaptarlo en todas las actividades posibles, y eso hicimos mi familia y yo después de ver el documental. Tanto así que relacionamos el medio ambiente hasta con la Navidad. Vaya sorpresa, pues sí compartían algunos nexos, como el árbol (las bolas rojas simbolizan frutos y… ¡Por dios, es un árbol!), el nacimiento de Jesús (la vida, por supuesto) y el solsticio de verano (época de la cosecha de varios alimentos, alimentos=nutrientes=energía=vida), fenómeno meteorológico donde el sol alcanza su máximo esplendor que sucede por la semana del 25 de diciembre. 

Cuando le conté a mi padre sobre mi nueva historia, me dio la idea de poner a prueba nuestro análisis. Tal vez al principio la idea me hubiera parecido descabellada. Además, era un niño, me costaba mucho más aceptar consejos para mejorar mis obras; los cuentos eran algo que yo hacía sólo por mi cuenta, y no deseaba que nadie se entrometiera. De todas formas acepté el consejo. Empecé a hacer la historia (con algunos ligeros cambios) y sobre todo ilustré, así como en los anteriores cuentos “de prueba”, con dibujos los capítulos del libro. 

Surgió un pequeño inconveniente con el título: ya había una obra con ese nombre. Por lo tanto, se cambió a “Tierra de Paz, amor y amistad”. Y como último agregado (idea de padre e hijo) el subtítulo “Código: Papa Noel” para reemplazar al otro, ya que si no sería demasiado largo (más de lo que es, en realidad), y porque además dice mucho con poco: Papa Noel define la personalidad del libro, pues en la historia se preocupa por la felicidad de los niños en las fiestas y también en su futuro, y el lugar donde van a vivir debe ser estable para ello. Ahí es donde entra la parte ambiental. 

En cuanto a la editorial, no buscamos una: fuimos nuestra propia editorial, encargando a terceros las tareas de corrección de estilo, diseño e impresión, y hasta obtuvimos el auspicio de los ministerios de cultura y ambiente Todo este proceso era nuevo para mí, incluso para mis padres, por lo que todo culminó en dos años de producción. 

En julio del 2012 se estrenó el avance editorial y el 12/12/12 (irónico, ¿no?) se publicó. Me acuerdo de lo increíble que se sentía tener en la mano el proyecto con el que tanto te habías esmerado y a punto de ser leído por otras personas.

Lo demás fue igual de interesante. Salí a muchos medios de comunicación de mi país: era casi una novedad eso de ser un niño escritor. Buena decisión haber confiado en el consejo de mi padre, porque este primer libro no sólo me conectaría al significado de las fiestas de fin de año y a la literatura, sino también a la importancia de preservar la biodiversidad, y relacionarme con organizaciones que también velan por ella en mí país y por el mundo. Y sí, he viajado bastante.

A la colección de cuentos se sumó “Mensaje Nasca: agua cada día en los pozos mágicos”, también con un mensaje ecológico. En este caso mi mayor inspiración fue uno de mis mejores viajes, sobre todo porque en los viajes internacionales sólo he viajado con mi padre; mi madre y mi hermana son también parte del equipo, por suerte hubo muchos otros viajes donde ellas han participado: viaje familiar, así lo llamaremos. Ica es un departamento de mi país donde se desarrolló una de la civilizaciones más influyentes antes de los Incas (otra civilización trascendente): la cultura Nasca. Cerámicas polícromas, geoglifos y una teología alucinante: así la definiría. Pero aparte de ello, cabe destacar su ingenio para formar una descendencia…¡En el desierto! ¿Cómo lo hicieron? Gracias a su increíble obra hidráulica: los puquios. Trataré de definir su función: cerca al desierto se encontraba un río, mas se secaba rápido y sólo llovía en muy raras ocasiones de enero a marzo. Entre todas las capas del subsuelo, se encuentra la freática; una parte del agua de los ríos va hacia el mar y otra se almacena, por así decirlo, en ella. Ellos dirigían este tipo de agua a través de canales subterráneos desde la capa hasta la superficie y la depositaban en grandes piscinas llamadas cochas. Entre esos canales construyeron los puquios, pozos en forma de espiral –servían para su mantenimiento y como sistema de ventilación.

Aclaración: “puquio” y “cocha” son nombres quechua.

Esta construcción me dejó maravillado, sobre todo por los “ojos” en la ruta de los canales. Parecía sacado de alguna novela de fantasía. Fantasía…Pozos…Al pensar en esto, se me vino a la mente “Cadadey en los pozos mágicos” ¿Sería bueno llevar esa idea a la luz? Pensé que era hora de renovar y complejizar aquella historia para una publicación más. Una leyenda de la cultura Nasca, pero sobre la creación de los puquios. 

Los Nascas me hicieron ver la importancia del agua, un recurso que tal vez por su uso cotidiano inconscientemente esté menospreciado; sin agua, no hay vida, literal. Ellos iban a morir si no hacían algo al respecto, y todo porque el hábitat donde se desarrollaron carecía de ella.

Algo más por resaltar: su increíble ingenio, porque ante las adversidades buscaron otro ángulo al panorama. Aquello sucedió más de mil años atrás; ahora los problemas se han incrementado, pero la ciencia y la tecnología también ¿Por qué no solucionarlos? Por suerte, ese no es el caso: cada vez hay más inventos para la prolongación de este recurso natural. 

Esos dos puntos serían el código Nasca. La trama ya rondaba por mi mente: la leyenda de Yachayruna desde su infancia, creador de los puquios y salvador del pueblo nasquense; se arreglaba un poco un título y ¡Ualá! Por cierto, ¿alguno ya se ha preguntado por qué el título no lleva la palabra “código” como en el anterior? Pues, oh sorpresa, “Código Nasca” también estaba registrado. Así que se lo cambiamos a “mensaje”, lo más parecido. 

La creación del libro esta vez me tomó 3 años. Uno, no dediqué tantas horas semanales a avanzarlo, y dos, el colegio cada vez se volvía más exigente. También, aparte de la escritura, quería ganar experiencia en mis otras aficiones, como el dibujo y la música. Justo en esos años formé parte del PAENFTS (Programa de Atención para Niños con Facultades Talentosas Sobresalientes), con el fin de potenciar mis habilidades. 

La presentación de la obra se situó en la Feria del Libro de Lima. Después de ella, el patrón se repitió: entrevistas, viajes y más entrevistas e incluso el segundo apoyo del Ministerio de Cultura, pero también se añadieron conferencias acerca de mis libros y sobre la importancia del apoyo de mi familia para lograr lo que era lo que soy. 

……………….

El tercer libro surgió de las constantes crónicas sobre el terrorismo y las guerras que leía; de ahí, los niños soldados. Otro tema parecido al de alguna ficción, y de los tres, el más desagradable para mí. El hecho de saber la existencia de infantes raptados, violados, adoctrinados con ideologías extremistas y educados para matar ya es demasiado.

Narra la historia de Eimicis, a quien unos terroristas lo raptan junto a su hermano y primo. Resultan reclutados en un campo, de donde deben escapar, aunque no saben cómo, y sus esperanzas cada día descienden más. Salvo el ligero detalle del personaje 101, un espíritu que protege las almas de todos los niños arrebatadas de sus cuerpos antes de tiempo y la circunstancia, un país ficticio, esta obra se convirtió en la más objetiva de todas, además de la más cruda por hablar de algo no sólo existente en la guerra: la violencia está en todas partes, y la infantil igual, sobre todo en un país tan desequilibrado como el mío en estos momentos. Si el realismo iba a estar presente, los personajes no podían quedarse atrás. Empecé a leer libros sobre narración, como “La página escrita” de Jordi Sierra i Fabra: ello me ayudó en crear personajes con más dimensiones –si quería demostrar las consecuencias psicológicas de una guerra, los protagonistas debían ser “más humanos”--. Hasta la fecha, “Código 101: crónicas de un pequeño soldado” resulta mi proyecto más ambicioso (en realidad siempre me esmero en que el último lo sea). 

Increíble. Mi cuerpo, mente y el apoyo de mi familia dieron a la luz tres cuentos; reflejan mis vivencias e incluso mi forma de pensar a los lectores. Cada uno con su propia voz y a la vez guardan una relación. Analizando me di cuenta que mis historias transmitían mensajes acerca de los trances  de la humanidad hoy en día. Como todo en el mundo está conectado, si se soluciona uno de los tres problemas sucederá porque a los otros también. 

Salió a la luz Planeta Corazón. No nació, porque siempre estuvo ahí, aunque escondido. Un movimiento que lucha por cuatro ideales:

1-Paz

2-Cuidado del medio ambiente

3-Derechos del Niño

4-Educación

Este último recibe el puesto más importante, una herramienta poderosa y por ello usada como arma en las guerras. Por otra parte, también hay muchísimos casos sobre cómo un libro ha cambiado vidas, por ejemplo. Con ella se lograrán los otros ideales: no puedes esperar que un niño cuide las plantas si no le has enseñado cómo regarlas.

El alcance de la cruzada será internacional; por ello he viajado desde los 9 años a Argentina, Estados Unidos, México y Colombia para participar en eventos como el “World Council for Gifted and Talented Children” y también no hemos asociado a los “Scouts”, con un gran apega a la naturaleza, y la Orden DeMolay, organización de formación juvenil.

¿Proyectos de la cruzada? Producir conferencias sobre los temas tratados y obviamente los libros por ahora. Muy pronto habilitaremos las donaciones para la organización Perú Corazón (directora de la cruzada) para un sin fin de proyectos. Estamos dando los primeros pasos, y requieren de tiempo y esfuerzo.

Hoy trabajo en mi 4to libro cuya historia resaltará la importancia del maestro y la educación, pero les mentiría al decirles que sólo me dedico a ello: estudiar a distancia, cursos de teatro y diseño gráfico, tocar piano, ser un Scout y un DeMolay; estas actividades son parte de mi día a día, sin olvidar las conferencias y charlas en ferias y colegios.

Uno de los propósitos de la vida es servir; formarse a uno mismo para después guiar a los otros ¿Debería formarme primero antes que guiar? La clave para dominar algo reside en la práctica; por ello, es una gran oportunidad hacer conferencias a esta edad. Además, a los temas que expongo siempre trato de investigar su veracidad, y cosas que no domine resultan mejor tomarlas en cuenta para después. Es más, la vida siempre enseña, y hasta el más sabio puede equivocarse (aunque menos, claro).

Steemianos, añado a mi lista de deberes aportar a la comunidad, una más grande de lo que imaginé si les soy sincero.

Nos vemos en otro post :) .


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