CUANDO LA IRA TE ATACA....

Actualmente vivimos en constante movimiento siempre mantenemos una conducta predispuesta,malas caras, sujeto a varios cambios que se nos presentan diariamente ya sean situaciones de estrés en los autobuses, problemas familiares o de pareja, problemas en el trabajo, situaciones que nos van afectando en nuestra rutina diaria.

la forma en la que reaccionamos diariamente habla por si solo de nuestra madurez emocional, se trata de comunicar de la forma más clara posible lo que necesitas sin avergonzar ni acusar a la pareja,a un familiar, compañero de trabajo amigo, sin sarcasmos, sin cinismo, sin chillar y mucho menos sin insultar.

Siempre se ha hablado de que las personas en sus relaciones se comportan o de un modo pasivo o de un modo agresivo, o una mezcla de ellas pendiendo de las situaciones a las que se deben de enfrentar, a raíz de estas dos conducta aparecido con mucha fuerza la postura de ser asertivo, se encuentra justo en medio de ser pasivo y ser agresivo. Si eres pasivo, nunca podrás expresar tus necesidades. Por otro lado, si eres agresivo, te verás como un gran matón y probablemente dirigirás tus frustraciones de la manera equivocada. Sin embargo, si eres asertivo, podrás expresar tus deseos y al mismo tiempo respetar las necesidades de los demás, lo que te dará una mejor oportunidad de obtener lo que quieres y mereces.

Ambas conductas son generadoras de estrés, ser pasivo significa realmente está a merced de lo que los demás desean, con lo que está siempre a la expectativa de lo que pueda pasar, en cambio ser agresivo genera estrés dado que siempre está a la expectativa para emprender una acción combativa, a discutir, gritar, humillar, entre otras cosas.

Cuando las personas empleamos una postura asertiva ante cualquier situación, se trata de defender los derechos e ideas de la mejor forma posible pero siempre con la perspectiva de no perjudicar a los demás,siempre esta dispuesto al diálogo, a la negociación. No obstante con esto, se quiere decir que no se produzca una confrontación, porque en tal caso puede producirse, pero es mínima, estando siempre abierta al diálogo, a la negociación y por lo tanto a la consecución de un compromiso.