Monólogo "Confesiones de una Madre Primeriza"

Hola, Feliz y bendecido día, hoy les he traído un monólogo que escribí, inspirado en mis primeros meses como mamá, una nueva experiencia, una nueva aventura; fue adaptado para lectura.

                                  Confesiones de una Madre Primeriza

 Les confieso que ser madre por primera vez es, un sueño, una bendición; cuentas cada día que falta para tener ese ser que crece dentro de ti, en tus brazos. Te preguntas ¿Cómo será? ¿A quién se parecerá? Pero especialmente esperas en Dios que todo en él este bien. Piensas que cuando este fuera de tu vientre será increíble, y en verdad lo es, increíble; ¡increíblemente agotador! No duermes, no te da tiempo de bañarte, pero ni siquiera puedes ir al baño como antes ya que a tu bebe se le ocurre llorar cada vez que piensas en comer, bañarte, ir al baño o dormir.  ¿Qué si estoy exagerando? ¿Que por qué me quejo? Porque me mintieron, bueno, no me dijeron toda la verdad. 

Empezando por la cesárea. ¿Quien dijo que una mujer que escoge una cesárea es una cobarde?  Bueno yo no la escogí, la escogieron por mi; Primero te tienen que meter en la espalda una aguja como de un metro; esa que todo el mundo te ha dicho que no te vayas a mover, ni siquiera respirar porque si te mueves puedes quedar paralizada para toda la vida; así que en ese momento empiezas a sudar, pero por dentro porque el frió que hace en quirófano es intenso. Claro a partir de ese momento no sientes nada, pero sabes que te están abriendo como carnicero, te sientes un pavo relleno pero en vez de rellenarte, te sacarán el relleno. –Aunque yo creo que no me lo sacaron todo, porque este abdomen queme quedo no es normal, ¿será que tenía un gemelo que aun no ha querido nacer? – eso sí, cuando ves a tu bebe, quieres llorar, se te paraliza la respiración - quieres levantarte y tomar a tu bebe en tus brazos pero recuerdas nuevamente todos los consejos –no hables, no levantes la cabeza, porque  te puede dar algo.

En fin, la cesárea todo bien, pero cuando la anestesia dice bye bye, llega el dolor, un dolor que no es normal, sientes que el gemelo que no había querido nacer se abre paso dentro de ti y sin anestesia que cuando me dieron de alta, parecía Caldera en sus últimos días, mi esposo me decía, ven te ayudo con el bebe, y yo como perrita cuidando sus cachorros, grrrr yo puedo sola. Y a todo esto, nos queda una cicatriz para toda la vida. Luego comenzamos la cuarentena, y en verdad que le queda el nombre, no puedes salir después de las 6 –aunque con ese dolor ni pensamos en levantarnos de la cama, no puedes salir tampoco de día porque el sol te puede secar  la leche, si te bañas es con agua tibia, pero que ni se te ocurra lavarte el cabello, y no le cures el ombligo a tu bebe porque tus manos enconan, y es ahí que te comienzas a preguntar ¿será que tuve un bebe o me contagie de algún virus mortal? 

Luego, siguen mas consejos, no comas esto – una lista bien larga por cierto- porque le puede dar cólicos al bebe; no hagas aquello,  dale solo leche materna, que es lo mejor, y es verdad, pero lo hice porque no he tenido otra opción –comprenden situación país- Mi bebe al principio era como un reloj muy puntual, cada 2 horas. En la madrugada deseaba que mis pechos  pudieran desenroscarse para que ese ser con el que hice a mi bebe –si ese que estaba allí, durmiendo como un oso invernando, mientras el bebe lloraba- se despertara a darle de comer –pero no se desenrosca, creo que hasta lo intente en medio del sueño- bueno, con sueño y todo me levantaba a darle pecho. ¿Por qué no use el saca leche para que ese ser lo hiciera? Sencillo, porque nada es tan maravilloso como tenerlo en los brazos y verlo comer de tu pecho. 

La hora de dormir, los “consejos” -acuéstalo boca arriba, no de lado es mejor, debes rotarlo de lado para darle forma a la cabecita; debes crearle una rutina para que duerma; colócale un trapo con tu olor- créanme lo intente TODO pero al final terminamos mama boca arriba bebe boca abajo, aun sigue boca abajo pero en la camita; -acaso ¿no han visto que pasa cuando un bebe esta boca arriba o de medio lado, y se te viene un estornudo o algún ruido cuando por fin lo has logrado dormir? otro “consejo” –no lo cargues mucho porque se acostumbra a los brazos- ¡pero es que a este bebe no le gusta que mama este sentada! 

A medida que pasa el tiempo comenzamos hacer aquellas cosas que dijimos que no haríamos cuando fuésemos madres. Primero: -sobre preocuparnos- yo he leído mucho acerca de los bebes, yo no me preocupare por tonterías y luego estas mirándolo cada segundo para comprobar si respira, como respira, te preocupas si duerme mucho, si duerme poco, si come demasiado, si no come, y si tose ¡fin de mundo! Piensas que ya tiene el virus que está dando y al otro día estas en el pediatra;  Segundo: le hablare bien a mi bebe –soy una docente nada de hablarle media lengua-  pero luego estamos –como ta bebe, none eta mi bebe, quien es el chititito de la casa. Tercero: lo dejare llorar, porque tiene que aprender que no es cuando él quiere, apenas escuchas su llanto  ya estas corriendo a cogerlo en brazos, diciendo –perdóname mi chiquito por dejarte llorar, ¿qué quiere mi chiquito? ¿Teta? Ay venga, que son tuyas, y te das cuenta que ya estabas llorando también. Cuarto: yo sola puedo con mi bebe, si puedo con un salón de clase puedo con un pequeño bebe ¡mentira! Yo no puedo con él, él puede conmigo. Quinto: no voy a dejar que los abuelos se entrometan en su crianza y luego te ves –mamá ¿Qué hago? No se calma; suegra ayúdeme, no puedo. 

En conclusión, si aun no eres madre recuerda que le dirás adiós a dormir 8 horas diarias al día, y más si se va la luz ya que se te activa el modo ninja cuidando a tu bebe de cualquier zancudo; no volverás a bañarte tan plácidamente como antes y mucho menos ir al baño a hacer.. ustedes saben; sentirás que tus días tienes más de 24 horas, aprenderás hacer todo con una mano, se te activa la esquizofrenia ya que escucharas a tu bebe llorar cada vez que puedes hacer algo; te reconocerán como madre en la calle ya que siempre estarás, despeinada, con ojeras, con un bolso más grande que tu, vestida con lo primero que hallas encontrado, pero eso sí, tu bebe súper guapo y no olvidemos que te veras muy feliz, así como estoy yo, porque durante estos meses cada dolor, trasnocho o cansancio a valido la pena cuando tienes en tus brazos a alguien como él.