Consejos para encontrar ideas para escribir
Todo lo que te rodea puede convertirse en ficción literaria. Lo que ves, lo que sientes, lo que recuerdas o incluso lo que sueñas pasa por el filtro del imaginario. Lo primero a tener en cuenta es que todos somos creativos. La creatividad es una fuerza natural de la vida que todos podemos experimentar de un modo u otro. Cada individuo tiene una actitud diferente frente al mundo. Cada ser humano posee su propia perspectiva que le induce a una visión particular de la realidad. La vida de cada persona constituye una imaginación singular, y es por eso que, las historias que se pueden contar y escribir, son infinitas.
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Todo comienza con una idea. Puede ser un personaje, un nombre, una situación, una estructura, un diálogo, un ambiente, un tema, o incluso un sentimiento. El escritor rescata de lo que le rodea algo peculiar que le otorga sentido a la totalidad y, a partir de ella, construir una nueva realidad. El escritor se atreve a mirar la realidad a través de su propio filtro.
Muchos escritores preparan el terreno cuidadosamente durante semanas o meses, haciendo diagramas del argumento, recopilando biografías de personajes, llenando un cuaderno con ideas, escenarios, situaciones, bromas, para usarlos durante el proceso de composición. Cada escritor tiene su propia manera de trabajar.
Las ideas se encuentran en todos los rincones
Hay muchos ejemplos famosos en la historia de la literatura que corroboran este hecho. Mientras cruzaba un oscuro rincón de la catedral de Notre Dame, Victor Hugo vio la palabra griega “destino” esculpida en la piedra e imaginó el alma atormentada que se había visto empujada a tallar esa palabra. De esa semilla surgió la novela El jorobado de Notre Dame. Henry James tomó, para El expolio de Poynton, notas casi tan largas y casi tan interesantes como la novela en sí. El incidente del Ballenero Essex que fue atacado por un cachalote fue la inspiración para Moby-Dick de Herman Melville.
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El punto es que las ideas se encuentran en todos los rincones. Incluso en los menos esperados. Tu tarea como escritor es elegir los materiales para elaborar lo que deseas a partir de lo que te pasa, lo que pasa en el mundo, lo que te cuentan, lo que imaginas, y analiza si los que eliges son realmente los mejores datos, si no son tópicos o poco significativos. Lo ideal es llevar siempre consigo un bolígrafo y un cuadernito que quepa en el bolsillo, esto debido a que, la mayoría de las veces, las buenas ideas no vienen cuando uno las necesita sino en los momentos más inesperados, así que conviene estar en guardia con los instrumentos preparados.
Las cosas pequeñas de la vida pueden provocar la chispa de una historia
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Flannery O’Connor dijo: «Cualquiera que haya vivido hasta los dieciocho años tiene suficientes historias para toda una vida».
Puedes centrar tu atención sobre algunos momentos y personas de tu pasado. Puedes inspirarte en un recuerdo o en la forma en que te has sentido respecto a algo que te sucedió, o en cosas que creías haber olvidado, o en qué pudo haber pasado si hubieras tomado decisiones diferentes. ¿Recuerdas aquella chica del norte de la ciudad que nunca pensaste que podría salir contigo? ¿Te acuerdas del día en que conseguiste hablar con ella en una fiesta de un amigo en común? Ésa es una buena semilla de historia.
¿Cuáles son las cosas que más quieres? ¿Y las que más odias? Si hicieras una lista con las respuestas a estas dos preguntas tendrías una colección de ideas de gran interés para tu trabajo literario.
La verdad es que los escritores parten muchas veces de su propia realidad a la hora de escribir. Aunque escriban sobre hormigas revelándose contra saltamontes autoritarios o sobre una familia particular con un gran poder para traer equilibrio a la galaxia, todo está dentro del escritor y refleja su particular modo de ver la realidad. Cuando Franz Kafka escribió La metamorfosis, en la que Gregorio Samsa se transforma en una insecto asqueroso, no estaba contando un relato de ciencia-ficción, sino una forma que él tenía de ver la vida.
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Cuando escribas un relato de algo que sucedió de verdad, sobre todo si eres tú la o el protagonista, haz algunos cambios pequeños que no tengan demasiada importancia para lo que quieres contar, y así te resultará más fácil manejar a los personajes. Además, de esa manera puedes desarrollar la historia de distintas maneras. Puedes ponerte o quitarte años, cambiarte de ciudad, ponerte hijos, añadirte poderes, ¡las capacidades son infinitas!
Eso sí, la versión ficticia de ti mismo no tiene por qué ser toda la historia, o ni siquiera parte de la historia. Puedes observar a otras personas que te rodean e imaginarte quiénes son realmente y cómo te sentirías si te pusieras en sus zapatos, ya sean unos tacones o un calzado ortopédico. Como escritor debes ser capaz de asumir el papel de ser intérprete de tu realidad personal y social. Déjate guiar por tu intuición a la hora de percibir y sentir tu entorno. Aprende a ver y a revelar esos aspectos secretos, ya sean sobre alguien que sea como tú o totalmente diferente de lo que tú eres. Otorga a la realidad el nuevo sentido de tu interpretación personal de la misma. No temas dar rienda suelta a tu imaginación.
No dependas de la «inspiración»
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Toda persona es naturalmente imaginativa y potencialmente creativa. La diferencia entre los que no son considerados creativos y los que lo son, es que estos últimos son capaces de expresar una respuesta nueva ante un problema, o numerosas ideas en un breve lapso de tiempo.
Henry Miller dice que la mayor parte de la creación literaria se hace mientras uno pasea, conversa con alguien, juega. Lo que sueles llamar inspiración, ese súbito destello, no es un destello sino el resultado de algo que estabas rondando. Hay ideas en todos los lugares y no existe, literalmente, ningún límite a los temas sobre los que puedes escribir.
No esperes la aparición repentina de las ideas. La verdad esperar la inspiración conduce a un estado de pasividad ya que durante ese tiempo no actúas de manera constructiva, ya que en vez de ver la escritura como una actividad en la que se generan ideas, organizan pensamientos, se esquematizan y crean planes, se proponen ideas principales, etc., te pones a esperar la inspiración. ¡Grave error! Esperar la inspiración es invocar al bloqueo.
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Lo primero que debemos saber es que inventar no es sacar algo de la nada, sino que es encontrar, hallar. ¡Y solo se encuentra lo que se busca! Entonces, el deber como escritor es buscar hasta llegar a inspiración en su máximo esplendor. Para ello, debes perderle el respeto a la página en blanco, pues ella actúa siempre como el espejo de tu temor a escribir. Está allí para reflejar tu desconfianza ante tu propia capacidad creativa.
Escribe lo que te pasa por la mente. Escribe todo. Para empezar, todo cuenta. No te limites. Utiliza todas las palabras que quieras, desde las más groseras a las más simples, de las más románticas a las más desgarradoras, de las más atrevidas a las más ambiguas, de las más directas a las más impuras. Déjate llevar por ellas. ¡Escribe!
Escribe por placer
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¿Cómo sabrás que tienes la idea perfecta, la que realmente merece la pena perseguir? ¡Lo sabrás sin más!
Convierte a tu crítico interno en un aliado. Que esté vigilándote detrás de tu hombro, pero cuando sea necesario para que se aparte, ¡no lo dudes ni un segundo y hazlo!
Una vez comiences a absorber el mundo como escritor, tus problemas rápidamente pasarán de «no tengo ninguna buena idea» a «tengo tantas ideas que no sé cómo las escribiré todas». Para un escritor es un problema maravilloso.
Saludos, @j-porcupine. Excelente post, escrito con una calidad sobresaliente. Tienes razón, hay que afinar la mirada para empezar a ver post en todos lados. Una vez que la idea está presente es más fácil comenzar a escribir. Felicitaciones.
Gracias! Las ideas están en todos lados, es cuestión de saber mirar! Lo mejor de todo con la escritura es que, mientras más en juego la tomas, resulta más seria! Jeje
Excelente post!, tomaré en cuenta todos tus consejos, gracias
Gracias, espero te sirvan de mucho!