Una historia breve de un fracasado persiguiendo el amor Parte II

Relato tragicómico N° 2: Mi amistad con S.

A propósito de mi amistad con Sabrina, quiero escribir un recuerdo.

Ella parecía también afectada pero algo distraída, algún día le preguntaré lo que pasó por su cabeza, y seguimos caminando hacia la estación del metro, mientras tanto ella hacia preguntas, me decía,

¿Entendiste lo que pasó?

-No entendí el acto

¿Tú sí?

Y otras cosas por el estilo…

Hablábamos habitualmente, pero me enamoré sin querer, otra vez, de ella... entonces tras varios sucesos, decidí preguntarle y hablamos por teléfono y ella me dijo que no le gustaba, y pude esclarecer lo que sentía, lo bueno es que seguimos hablando, siendo amigos, creo…

Y también creo que lo que me perjudicó y lo que hace que ella tampoco me quiera así es que nos enamoramos por lo que vemos, puesto que a mi ella me parece súper linda, súper inteligente, de muy lindos sentimientos y para ella yo solo tengo las dos últimas, inteligencia y buenos sentimientos… ¡JA!

Pero bueno, no sé, la naturaleza de nuestros encuentros y lo fortuitos que han sido son dignos de una historia, sea de amistad o de amor.

Recuerdo una vez haberla saludado tras involucrarme en una manifestación en el año 2013. Y cosas así que hice...

Recuerdo años antes, haber comprado un chocolate grande para dárselo a una chica alemana de un coro en el que estábamos (Sabrina y yo) y al final terminé dándoselo a ella, pero no porque haya querido, sino porque Sabrina era como una especie de bully conmigo cuando estábamos en el coro.

Recuerdo algunos viajes cortos, algunos en donde estábamos los dos y su típico comportamiento hostil, defensivo...

Recuerdo aquellos momentos en los que sentía tanta pena de cantar, de siquiera poder hablar en público solo porque ella estaba allí en primera fila, y yo tan ugly duck allá atrás, intimidado, entre los bajos, viéndola a cada pausa, me encantaba ir a los ensayos solo por poder saludarle, verla, a pesar de ser tan terrible estar allí porque era tan tímido y tan ignorante de la música, sufrí bullying allí y me costó adaptarme. Aún me cuesta mucho hablar, saludar, despedirme, de alguna forma me hice más introvertido con estas cosas.

Me encantaba su voz, su carácter, de alguna forma tuve el presentimiento de que Sabrina sería una persona fuerte, me encantan las mujeres con carácter, con firmeza, que sean buenas personas, con buenos valores y bueno caí quedé flechado de amor. Quizás sea verdad eso de que atraes lo que eres o lo que emanas por decirlo de alguna forma. Pero no los atraes a ti como tal, sino a tu vida.

Recuerdo haberle dicho a la primera novia que tuve, que estaba enamorado de ella, creo que fue un error muy grave, pero fui honesto, no sabía qué hacer, sentía mucho y era adolescente. Tendría unos 16 años cuando conocí a Sabrina.

Será una gran abogado y yo un gran médico. Oh sí...

Le deseo todo el bien y que siga adelante, con quién quiera que desee estar. Es alguien que podría admirar y deseo que el respeto entre ambos siga creciendo, espero crecer yo espiritualmente, intelectual y físicamente.

Recuerdo una vez que salimos a comer afuera en algún centro comercial cuando estaba en el coro y en uno de esos grupos estaba yo y en otro ella, el hecho es que fui porque quedé arrastrado por el grupo, por inercia, por mis simpatizantes (Martín, mi único compañero allí jaja). Yo nunca salía más allá de las avenidas circundantes a mi hogar y en esa ocasión estaba lejos, el hecho es que ellos decidieron comer en uno de esos locales de comida rápida y casi todos tenían comida menos yo, yo no tenía dinero para pagar y me faltaba para poder comprar algo mínimo y en la mesa larga en donde estábamos la única persona que me prestó dinero, fue Sabrina, claro tras gruñir un poco...

Fue uno de los momentos en que he pasado más pena en mi vida.

Qué terrible, la chica por la que me moría y a la vez la que me hacía bullying, ahora le debía dinero... En fin, luego le pagué.

Pero ahora que lo pienso, que bonito que me haya prestado dinero así no le cayera bien, mientras que los otros ni se inmutaron, es curioso. Me gustaría preguntarle algún día que piensa de esto, si es que recuerda.

Recuerdo las veces que me borró y yo la borré de Facebook...

Recuerdo cuando hablamos un rato, una vez en un café mientras ella tomaba té.

Recuerdo tiempo después cuando la invite al cine y no tenía dinero, yo estaba borracho y herido. La dejé embarcada, plantada y de alguna forma me equivoque torpemente. Solo a mí se me ocurre invitar a alguien sin tener dinero y en estado de ebriedad. Nunca pensé que me iba a decir que sí aquella vez.

Quizás a ella ni le importe nada de esto, o hayan sido eventos insignificantes, pero, yo…

Yo tengo buena memoria.

Recuerdo el abrazo largo que me dio una vez cuando le dije que quería un abrazo de esos fuertes, yo amo los abrazos y se lo pedí… (Yo sufro de trastorno bipolar y de síndrome de Asperger en ese momento estaba pasando de maníaco a depresivo de alguna forma)

…Se sintió tan bien, era la persona perfecta, me encantaría abrazarla de nuevo así. Fueron unos segundos perfectos.

Recuerdo que se enamoró de un idiota que estudia en mi facultad, vaya qué casualidad...

Y yo le asesoré y aconsejé, a pesar de haber yo pasado mi despecho.

Veamos que sucede con mi amistad con S. No sigo recordando porque faltan 5 minutos para el año nuevo.

Hoy en día Carlos sigue sumergido en sus actividades, esperando graduarse pronto, a pesar de seguir siendo un muchacho introvertido ha cambiado mucho estos últimos años. Sabrina, brillante en sus estudios le falta poco también para terminar su carrera, sin embargo decidió pausar sus estudios para viajar y emigrar con novio a Chile.

La última vez que hablaron fue cuando se encontraron en un parque, en un sitio donde los dos solían “tropezar” y tuvieron una breve charla amistosa. Desde que Sabrina inició su noviazgo su comunicación con Carlos cada vez fue menor. Carlos se dio cuenta de que Sabrina no estaba en el país cuando miraba Facebook y se encontró con la foto de ella y su novio junto a algún monumento extranjero.

Solo pensó: -le deseo el bien, donde quiera que esté.