Manual anti-manipulación | El control a través del refuerzo

in #spanish7 years ago (edited)

Cuando somos pequeños, nuestros padres podían recompensar nuestras buenas acciones con un pequeño premio. Quien obtuviera una nota sobresaliente en algún examen podía gozar de una buena ración de helado; si nos portábamos bien en una visita, mamá nos compraba un caramelo. Son herramientas que nos permiten asociar el buen comportamiento a una recompensa tangible y que nos convierte en seres proclives a perpetuarlo en nuestra conducta. 

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Sin embargo, cualquier mecanismo positivo puede pervertirse en las manos equivocadas y éste, en particular, es frecuentemente utilizado por los controladores en entornos tóxicos para mantener una relación de dominio psicológico con sus víctimas. 

Por lo general, el victimario está en una posición de poder. A través de ella imparte el control directa, pero también indirectamente. ¿Cómo? Hay muchas maneras, pero una de ellas es el juicio: las expectativas eternamente insatisfechas, combinadas esporádicamente con halagos ambiguos, que sirven como el detonante de refuerzo. 

Imagina que, todos los días, te dedicas a cavar huecos en la tierra. No es un trabajo muy especial o complicado. No obstante, tu superior siempre encuentra defectos; al principio, son evidentes y, paulatinamente, con sus consejos, vamos superando las imperfecciones. Esperamos alcanzar el ritmo requerido en un tiempo mediano, normal en tareas mecánicas. Pero los consejos fácilmente se tornan en críticas, en quejas sobre nuestra ineptitud, sin un asidero racional y sólo basadas en elementos de juicio que parecieran originarse desde el capricho. 

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¿Qué estamos haciendo mal a estas alturas? ¿Cómo podemos mejorar? ¿Hay alguna técnica en concreto que debería practicar? No. Ninguna de estar interrogantes que nos ayuden a salir del atolladero psicológico en el que estamos son respondidas con claridad. Conseguimos sólo ira o mensajes crípticos, alusiones a nuestro poco entendimiento y, bastante después, algún elogio: "hoy lo hiciste muy bien, así debes trabajar todos los días". ¿Qué hice bien y por qué? Nada de respuestas. 

¿Hay alguna manera de salir de ese círculo vicioso, de ese mecanismo sin final en el que nuestras habilidades están siempre en tela de juicio, mientras somos castigados con el palo y recompensados con una zanahoria, cual burro de carga? 

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Sí lo hay. En primer lugar, estar consciente de la existencia de ese mecanismo de manipulación. Detectarlo nos ayuda a saber que sólo es un juego y que nuestro desempeño no tiene nada que ver con el juicio que se emite de él. 

Luego, quebrar con nuestros argumentos el mecanismo. Demostrar (acá se requiere la habilidad necesaria para hacerlo sin insultar) que no es nuestro trabajo el que falla y corroborar racionalmente los pilares en los que se fundamenta nuestra labor. 

Al principio, probablemente, seremos ignorados pero, si cada vez que somos reprochados, defendemos hábilmente nuestro trabajo, dejaremos de ser vistos a través del estigma de víctima fácil, alejando a quienes desean manipularnos.