Reinventemos la juventud
Fotografía: Javier Alburjas
SINTIEMPO UNO
He visto a mi juventud evaporarse
como el viento arrastra al humo del cigarrillo
rápido como un clic en internet,
un flash fotográfico.*
Siempre se es joven o viejo para alguien, pero siempre representan el futuro –que parece muy lejano- del país, como quien se prepara para una batalla del después, bajo la noción: estás muy joven para ello.
SINTIEMPO DOS
Se fue,
surfeando por el aire
para jamás
volver a ser, (…)*
«La juventud, tal como hoy se conoce, es producto de la posguerra, debido al surgimiento de un nuevo orden internacional que constituía una geografía política en la que los vencedores podían acceder a impensables estilos de vida e imponían sus estilos y valores. De este modo, la sociedad reconoció la presencia de niños y de jóvenes, como sujetos de derecho y de consumo»
SINTIEMPO TRES
He visto a mi juventud saltar del ascensor
y caer en un pasado muerto,
huyendo
como ondas de melodías extrañas.*
¿Y si de verdad nos dejasen inventar nuestra propia juventud?
SINTIEMPO CUATRO
Se lucha por días,
se lucha por años, cosntantemente
el desaparecer de una juventud egoísta y fuerte
puestos confortables ocupando.*
En este aspecto no sorprende que haya en la juventud –de todos los tiempos- una actitud de insubordinación, de irreverencia, de confrontación, que es el reflejo de su respuesta a esta lucha de poder, cuyo poder es el mismo productor de juventud, que en mucho de los casos la han institucionalizado y determinan a quiénes tratan como jóvenes. Las instituciones entran en disputa para decidir qué concepción y qué imaginario proyecta cada una en torno a la juventud, qué espacios están en juego, dónde se le concede la responsabilidad de los procesos, qué joven y qué tipo de juventud conviene para el poder. La juventud posee condiciones sociales-históricas con cualidades específicas que se expresan de distintos modos, por ello, no se debería hablar de una sola juventud, sino de las juventudes.
Fotografía: Daniel Escalona
SINTIEMPO CINCO
Permanecer es su plan
hasta que el enemigo,
la muerte más violenta,
ejerce su juicio
y el polvo
regresa a su origen,
la tierra.*
«la juventud es un tesoro demasiado preciado para desperdiciarla en los jóvenes»,
- ¿Cuándo dejarás de institucionalizarme?
- ¿De verdad quieres saber mis ideas, mis propuestas y mi desacuerdo con las tuyas?
- ¿Para ti soy este presente del hoy o el futuro lejanísimo de tu cansancio?
- ¿Debo seguir negociando contigo mi papel en la juventud?
- ¿Me das permiso para ser joven?
SINTIEMPO SEIS
La juventud llora
teme su destino
su travesía por el desierto
de la vejez
con la dulce rama
de la corona de espinas
en el caos
del vacío.
inquieta, atormentada.*
Fotografía: @forjonell
Soy la juventud esa la que viene de la «tierra de nadie social» y sigo dispuesta a luchar.
*Poemas del Libro: Haití, tu tierra corre, salta… de Michee Dasmar (Puerto Príncipe, República de Haití)