Todo ser humano posee valores y creencias que va adoptando conforme va creciendo de acuerdo al entorno donde ha crecido tomando como base el comportamiento y las enseñanzas de las personas más allegadas a él. Desde niña se me han inculcado valores cristianos y la existencia de un Dios que es bueno, que es amor, bondad, esperanza, fuerza y miles de adjetivos que podamos adjuntarle a ese maravilloso Ser a quien llamo mi amigo TODOPODEROSO.

Es un Dios invencible, omnipresente, omnipotente. Para él no hay imposibles, he sido testigo de sus maravillas y del poder de su fuerza.

Es un Dios sublime, excelso, eterno, compasivo. Nos ama tal como somos sin hacer acepción de personas.

Ese Dios lo he visto sanar enfermos, levantar paralíticos, restaurar la vida de personas que han sido desechadas por la sociedad, lo he visto restaurando familias destruidas, lo he visto en jóvenes que con su poder han abandonado los vicios de la droga y el alcohol, lo he visto restaurar matrimonios a punto del divorcio. ¡Mi Dios es Magnífico!

Como he dicho antes he sido testigo del poder de ese Dios, me sanó de una enfermedad hormonal, según la ciencia no podía tener hijos y hoy tengo un hermoso bebé de 6 meses, me sanó de migraña y entre otras maravillas que Él ha hecho conmigo.

Te invito a que conozcas a ese Dios que puede sanar las heridas de tu precioso corazón y llenar ese vacío que no has podido llenar. Dios te ama y te espera.