No hay mayores misterios que aquellos dentro de nuestra existencia
Todo nuestro ser es un completo misterio, desde la creación… hasta nuestro continuo respiro, sencillamente es inexplicable todo lo que se realiza en torno a la vida; podemos encontrar una verdad descrita en el firmamento, pero a su vez las falsedades que presenta nuestra raza, haciendo de nuestro mundo un lugar lleno de incertidumbre, que aprieta en el inicio de la vida y se desahoga en nuestro final. El preguntar por nuestra existencia, sería tener un conflicto interno, por la realidad que abarca todo ello, pero no por eso podemos dejar, que nuestra vida sea un vacío total. El decir vida, es hacer un avance increíble en nuestro universo, simplemente porque aún no hemos encontrado el secreto guardado en la creación de nuestra especie. La humanidad necesita conocer cada parte que soporta nuestra existencia y hacer de nuestro planeta una bóveda de la realidad.
En el instante donde la humanidad comenzó a ser la especie dominante del planeta, se empezó a crear una superstición entorno a ella, haciendo que cada año que pasamos en la tierra, tenga un aspecto que estudiar en el camino, ya que todo lo que vemos, mantiene un secreto vivo en su núcleo. La apariencia de que somos la mayor especie dentro del sistema solar, hace que tengamos un desarrollo existencial en nuestro haber, permitiendo que crezca aún más las oportunidades para mantener la nigromancía en nuestra vida. Siempre habrá algo que aprender en nuestro diario vivir, haciendo interesante cada día que pase en esta tierra nuestra especie; es importante que como humanos comprendamos lo grandioso que es existir por sobre todas las cosas, dejando nuestra instauración en un lugar flotante. No podemos esperar que el destino, nos mencione lo que en realidad hemos de ser, sino que debemos adelantarnos en el tiempo y descubrir todo lo que gira alrededor de nuestra entidad.
Las maravillas del mundo tienen que estar expresada, en cada hazaña lograda por la humanidad, pues desafiamos a la tierra misma cuando comenzamos a profundizar en nuestros saberes; parece imposible que seres tan pequeños e inocuos como nosotros, busquemos la manera de conquistar el universo entero, es por ello que la naturaleza coloca obstáculos enfrente nuestro, frenando el envión que tiene nuestra existencia hacia la galaxia, dejando ver cuán grande es nuestra mente para conquistar otras dimensiones, reinando más allá de nuestras fronteras y permitiendo volar nuestra querida imaginación. El día que la humanidad entienda lo inmensa que es su mente, podrá observar los misterios de la vida que han estado escondido, en su propia mirada, descubriendo un espacio aguardado por los guardianes de la existencia, haciendo de nuestra naturaleza, un infinito predecible por muchos, pero vivido por pocos.
Son tantas las preguntas que tenemos en ocasiones, acerca de lo que representamos para el cosmos o solamente si hemos conquistado los confines de nuestra tierra, aunque poseemos un raciocinio insuperable, se nos dificulta ejecutar la lógica que exige nuestro pensamiento; haciendo que el enfoque humano este en su hecatombe y no en aquello que ha de venir a nuestra morada, siendo un suspiro de cada mañana y un bostezo de la noche fría. La sociedad necesita de un nuevo rumbo, que la conduzca por senderos de aprendizajes, donde pueda realmente saber acerca de su infinito y no estar a la deriva de lo sucedido en el tiempo, esperanzados en una ayuda que nunca llegara y en una supremacía prometida, que ha de ser para pocos.