Capítulo 2: Notificación inesperada.

in #spanish6 years ago (edited)

Capítulo 2: Notificación inesperada.


Un fin de semana yo me encontraba recostado en mi cama con el celular en la mano, me gustaba mucho tomarme fotos y publicarlas a mis redes sociales. Recién había publicado una foto en Facebook. Minutos después entra tantas notificaciones aparece su nombre, le había dado un like a esa foto la cual había publicado hacía minutos. Mi piel se erizó y la sorpresa en mi cara era indisimulable; estaba emocionado por ese like. No tanto por la cantidad de likes, sino porque podía tomarlo como una señal para acercarme más a ella. Y qué mejor manera para hablarle que por chat. Me era más fácil sacarle conversación por el chat que personalmente, me sentía más libre de hablarle de cualquier cosa, y pensé que iba a ser sencillo, pero, mi suposición fue totalmente incierta. Nos saludamos intercambiando “holas” preguntamos cómo era nuestro estado de ánimo, etc, etc, ya saben, lo convencional que la sociedad exige en las conversaciones normales. Intenté poco a poco hacerle preguntas sobre sus gustos, a las cuales ella respondía sin profundizar demasiado el tema, la cual era mi intención, pero, fracasé en ello. Nos despedimos y le di las buenas noches muy decepcionado de no haber logrado profundizar más la conversación pero logré convencerla de hablar personalmente en el colegio, lo cual era para mí otra oportunidad para conocerla mucho mejor.
Cinthya:
Pocos meses habían pasado luego de haberme mudado a una casa nueva junto a mis padres. Estaba en mi cama aburrida, revisando Facebook en mi celular. En mi inicio aparece recién publicada la foto de un chico que se me había presentado días atrás en el colegio, le dejé un like y me puse a revisar su perfil. Estaba viendo sus fotos, y otras publicaciones cuando un mensaje llega… Brinqué de mi cama al ver que se trataba de ese mismo chico que estaba stalkeando. Me dijo “hola”, una simple palabra que no sé de qué manera logró despertar muchos sentimientos encontrados en mí; ese chico me atraía, y provocó que me pusiera ansiosa, nerviosa y asustada con un solo mensaje.
Nunca pensé que me iba a escribir, me ha tomado por sorpresa, son cosas del destino las cuales nunca podré entender. Rápidamente le respondí “hola” tratando de disimular lo emocionada que estaba de tener la oportunidad de hablar con él. Me preguntó qué tal estaba, sobre mis estudios y otras cosas más así. Traté de hacerme ver un poco desinteresada para que no se diera cuenta de mi atracción hacia él. Me parecía muy lindo, me encantó que tomara la iniciativa conmigo y tenía esperanzas de poder tratarlo más y conocernos mejor.
Edgardo:
Pasan los días y mientras entablábamos conversación por chat las cuales no llegaban a nada concreto, pero poco a poco era evidente que ella también quería conocer un poco más de mí.
Llega el martes y con ansias espero de la hora de receso para finalmente dar el “movimiento” y hacerla entrar en confianza conmigo. Suena el timbre y yo salgo casi como Flash del aula de clases. Antes de ir a encontrármela, voy por un caramelo de menta (no tenía intenciones de besarla, pero no me gustaría tener mal aliento al dirigirme a ella). En fin, caminando por el pequeño patio, en un pequeño espacio, la veo caminando con su amiga, a lo cual me acerco y la saludo con un beso en la mejilla. Mi corazón estaba acelerado y mi piel erizada; era evidente que había sentido una chispa al hacer contacto físico con ella. Pregunté un poco ansioso si podía pasar la hora libre junto a mí, a lo cual no se negó. Caminábamos y dábamos vueltas por el pequeño patio del colegio, hablando poco y manteniendo silencios que, de un momento a otro se volvían un tanto incómodos. Mi desilusión volvió a aparecer luego de que el timbre que indicaba el fin del receso sonó, nos despedimos y tomamos rumbo a nuestros salones. De nuevo me entró el “algo” que me pide conocerla mejor.
Llega la tarde y la veo en línea, por lo que me propongo a saludarla de nuevo e intentar iniciar una conversación nuevamente. Las cosas iban súper bien, esa tarde, de alguna manera u otra, la pude observar más libre al hablar, por fin sentía que estábamos entrando en confianza. Decidí poner las cosas un poco más picantes en la conversación al proponerle el jugar “Verdad o Reto”, con lo cual mi intención era robarle un beso, no podía evitarlo. Sus rosados y gruesos labios provocaban morderlos, la verdad es que la pequeña sabía cómo hacerse ver irresistible. “¿Verdad o Reto?” inicié yo preguntando y ella eligió verdad las primeras veces, y, obviamente, no me quise arriesgar a nada, así que yo también. Pasaban las preguntas y cada vez la iba notando más y más interesada en mí, “¿Has dado un beso con la lengua alguna vez?”-me dijo, a lo que entre risas respondí que sí pero la verdad estaba algo sonrojado, finalmente estábamos empezando a coquetear y me sentía a gusto con ello.
Empezamos a jugar con retos, a lo cual empecé pidiéndole fotos, que bese el suelo, ya saben, lo normal; no quería ir al beso de una vez, no quería espantarla. Me pidió muy atrevidamente que la saludara la próxima que nos veamos con un beso, a lo cual tuve que salir de dudas preguntando en dónde tenía que dárselo, “Obvio que en la mejilla”- respondió, y yo acepté cumplir mi reto. Ya pasando la medianoche, estábamos quedándonos dormidos a lo que decidí imponerle un reto que nos acercara más; le dije que cada vez que me viera a partir de esa noche, me tenía que saludar con un abrazo, cosa a la que no se negó. Estaba feliz, esta chica me había conquistado con su mirada tan fría como la nieve y ahora voy cada vez acercándome más a ella.
Pero… había un gran problema. Hacía varias semanas, yo tenía una pequeña crisis existencial por haberme quedado soltero luego de que me cortara una chica con la cual prácticamente fui criado, fue muy triste para mí, y de tal tristeza, surgió una oportunidad con una chica la cual no me atraía mucho, y fue un tómalo o déjalo, así que lo tomé. Éramos pareja y ella era muy amable, pero, sinceramente no me atraía tanto como Cinthya. Ella no sospechaba nada, y Cinthya tampoco sabía que ya tenía novia, lo cual no me gustaría que llegase a sus oídos por otras bocas.
El nombre de esa chica era Valentina. Ella era muy cariñosa y amable, sólo que no mi tipo. Al fin y al cabo que tuve mi juego con ellas dos, a pesar de que Cinthya me encantaba, cada vez nos hacíamos más cercanos y cada vez se me hacía más difícil aguantarme las ganas de comérmela a besos. Llegamos a un punto de hablar más sobre nosotros profundamente sobre nuestros problemas, e incluso, amores pasados. Cinthya estaba muy interesada en mí, y era muy notable. Y creo que también era notable que me atraía de algún modo, y me tomó por sorpresa al decirme que yo le llamaba la atención, fue un momento único; mi respiración cesó, mi piel estaba completamente erizada, me sentía feliz después de mucho tiempo y fui capaz de admitir que ella también me atraía, y mucho.
Finalmente empezó el movimiento. Ambos sabemos lo que sentimos, estamos en la misma página, y es increíble saber que, de algún modo u otro tengo la oportunidad de estar junto a Cinthya, pero, aún está el enigma sobre qué pasará con Valentina, la chica con quién tenía una relación en ese entonces. Por mi mente pasaban muchas dudas: “¿qué debo hacer?” “No quiero lastimar a ninguna”. Tenía que tomar una decisión que, claramente iba a afectarme con alguna de las dos involucradas. Mientras me tomaba mi tiempo para pensar, no tenía idea de lo complicado que todo se volvería.

(Foto de portada para esta historia)