Redacción para Web: 3 elementos a tener en cuenta antes de iniciar
Para todos aquellos que inician en este mundo de la redacción Web (o que simplemente escribimos a diario) siempre es bueno revisar algunos elementos para poder insertar con éxito tanto para el ojo humano como para el ámbito 2.0 ese texto que tanto esfuerzo le pusimos.
Si bien esto no garantiza su impacto en Internet (llámese monetización o lo que lleve a viralizar) al menos nos asegura una buena lectura por parte de quien termine en esas líneas.
Estas premisas que presento las hice en base a clases a estudiantes de redacción periodística y periodismo digital pero bien puede aplicarse a todo aquel que ingresa en Internet. Ahondaremos en cada una:
- Revisar las nociones de narración
- Asegurar el contenido a difundir
- Verificar la estructura y jerarquización de la información
La narración como médula espinal
Si hay algo que debemos considerar es que el éxito de una publicación se puede conseguir al narrar una historia o “echar el cuento”. No por nada las redes sociales y las grandes presentaciones de buenos oradores se basan en el llamado Storytelling para mostrar un producto o servicio.
¿Qué debe tener una buena narración? Al menos dos de tres elementos que lo conforman: personajes, acción y ambiente. La ausencia de uno de estos hace que nuestra mesa pueda estar firme para los comensales pero se tambaleara al colocar encima la entrada, el plato principal o ese postre que escribimos.
Lo ideal es hacer un breve conteo e identificar quién es quién en nuestro texto. No nos lleva mucho tiempo y nos ayuda a llevar a buen puerto nuestras ideas.
Revisar el contenido
No creo ser el único en emocionarse al ver el tráiler de una película y perder el encanto tras ver completa la producción cinematográfica. Ese es el efecto de una idea potente con un pobre desarrollo. No pasa en todos los casos pero puede ser en parte por su planificación, por muy sencillo que podamos ver la ejecución.
En el caso de los textos en la Web, son varias las preguntas a hacerse: ¿Sabemos a quién está digirido? Esto implica conocer el público y en cuál contexto escribirle. No es lo mismo escribir de usted que de tu para un público joven a uno mayor, por ejemplo.
Otra interrogante es sobre su formato. ¿Qué se ha hecho hasta ahora sobre lo que quiero escribir y cómo? Esto me parece que es lo más importante. De repente la temática ha llevado más plancha que camisa de funcionario público pero si utilizamos recursos multimedia u otro tipo de enfoque podríamos cautivar mucho más que quien escribió originalmente sobre el tópico.
Estructurar la información
Definidos los picos de ese valle, toca revisar su planicie. Esto se refiere a ensamblar todas las piezas de forma que se entienda tanto para el humano como para esa máquina que usualmente suele ser el buscador- PapáGoogle (nuestro mayor aliado en la difusión de contenidos en la Web).
Aquí nos podríamos perder en la enumeración de lo más resaltante pero me gustaría mencionar al menos tres:
Revisar el anclaje. Esto se refiere a la idea principal de nuestra narración. No puede ser presentada al final del mismo porque desviaríamos la atención sobre el objetivo principal del texto. Lo recomendable es que sea al principio y luego jugar con ella en todo el desarrollo.
Cada palabra cuenta. en redacción una repetición de palabra significa pobreza del vocabulario pero en redacción para Web (al igual que la radio) hay que ser reiterativo hasta cierto punto simplemente por reconocimiento de palabras clave o keywords. Lo bueno es que estas deben estar en lugares puntuales: en el título, en el sumario (o descripción de la entrada), en el primer párrafo y en la imagen compartida. Esto por cuestión de posicionamiento en Web. Fuera de estas ubicaciones ya es redundancia.
Buenas prácticas del lenguaje. Los signos de puntuación y la acentuación son importantes. Ya es fastidioso decir que nombres propios no tienen errores ortográficos pero la acentuación incide en cómo se lee o escribe. No es lo mismo Maria a María, por ejemplo.
Pero también tiene que ver con los párrafos bloques (de 10 a 5 líneas sin una coma, un punto y aparte o alguna separación entre párrafos) o la larga extensión del texto que no ayudan a mejor lectura.
Hay mucho más material para seguir escribiendo sobre el tema, pero para no contradecir lo que escribo, lo dejo para otra oportunidad.