❌ VENGANZA ❌ | "Asesinato Silente". [Historias del Joven ALOIS]
Transcurrieron unos días luego de encontrar aquella perturbadora nota de sangre, había llegado el día de mi cumpleaños número 18, ese gran día, ese maldito y fatídico día dónde podría vengarme y drenar el odio que devoraba mi alma, era el día en el que el asesino aparecería.
Llevaba un cuchillo escondido, ese cuchillo que mi padre me había regalado hace años, era especial para mí y no había alguna otra arma punzante digna de cometer el asesinato que llevaría a cabo, sabía lo que debía hacer, debía volver a aquel cuarto donde mis padres fueron asesinados, posiblemente en alguna parte estaría escondido el maldito psicópata que se despediría de este plano terrenal.
Allí me encontraba, el aura de ese cuarto era repugnante para mí, las luces estaban encendidas, era irónico saber que en medio de tanta luz la muerte se deleitaba como un cinéfilo durante el rodaje de su obra favorita, sabía que allí estaba la muerte escondida, regocijándose en el aura repugnante esperando llevarse a alguno de lo dos, no se iría con las manos vacías.
En un abrir y cerrar de ojos se apagaron las luces y escuché el sonido de la puerta del cuarto seguido de una voz demoníaca que decía:
-"Alois, sabía que vendrías, es un placer verte nuevamente, has crecido bastante y eso me agrada, tengo mucha hambre y tú serías una cena perfecta."
Sentía como el miedo empezaba a apoderarse de mí, pero por otro lado la sed de venganza impedía su proliferación era un duelo entre el miedo y el deseo de venganza, por suerte para mí la sed de venganza fue mucho mayor y pudo erradicar y opacar aquel miedo que pude comenzar a sentir.
Todo estaba oscuro, estaba atrapado, me encontraba en medio del juego de un psicópata, pero ese cuchillo que llevaba conmigo era mi única salida, el único fin a este mal, así que me aferré a confiar en lo que podía hacer con esa arma. Escuchaba los pasos cautelosos de aquel asesino, yo sabía que si hacía ruido o algún movimiento erróneo moriría, así que estaba muy concentrado pensando como atacar.
De pronto tropecé con la cama dándole mi ubicación al psicópata, pensé que era mi fin, pude escuchar la carcajada satisfactoria de la muerte, comencé a sentir sangre sobre mi cuerpo, pero al percatarme, se encontraba mi mano apuñando aquel cuchillo que estaba clavado en el cuello del psicópata, de allí provenía la sangre, la muerte reía y reía, y yo también me uní a ese festín de risa, había logrado mi cometido, había vengado a mis padres, había cometido un asesinato silente guiado por ese cuchillo, ahora para terminar le ofrecería esa maldita sangre al Señor de la Noche en agradecimiento por permitirme realizar mi cometido.