Adolescentes: Más cerca de la niñez que de la adultez.

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Un adolescente es el resultado del niño que tu criaste. Dicen que son rebeldes, difíciles, etc., pero esto no siempre ocurre; si durante su niñez, le das amor, juegas con él, lo ayudas con sus tareas, etc., entonces tu recompensa será un adolescente cariñoso, que confiará en ti, y te pedirá un consejo cuando más lo necesite. Esto es importante, para que nos hablen abiertamente sobre su intimidad y así, poder apoyarlos y orientarlos.

Todo cambia, yo recuerdo mi adolescencia, antes de salir y al llegar a casa, le pedía la bendición con un beso a mis padres. Esto, yo no lo veo hoy en día, ahora es: “hola” y “chao”, como iguales. Y cuando salía con mis amigos, debía llegar a la hora que mis padres decían o me cerraban la puerta con llave. Imagínense esta amenaza, yo no sabía si la iban a cumplir; por eso, ni loca llegaba más tarde.

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Cuando están en la adolescencia, es normal que quieran salir con amigos y compañeros de su misma edad. Tu trabajo es, saber con quién se reúne y para saberlo, la estrategia es invitarlos a una comida en nuestra casa. Pero eso no significa que compartamos con ellos, debemos dejarlos solos, ya que es un compartir entre adolescentes; pero cuando se termine la reunión, sales a despedirlos y aprovechas de preguntarles dónde viven, si se van solos o los van buscar, etc.

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Debemos estar alertas cuando el joven, amigo de tu hijo, no recibe llamadas de sus padres mientras está fuera de casa o sale tarde de cualquier sitio y no llama a sus padres. En estos casos, sin prohibirle esta amistad, coméntalo con tu hijo, para que en condiciones como esa, él no copie estas actitudes.

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Compartir información y dar buena orientación moral a su adolescente es de vital importancia para ayudarlos a entenderse a sí mismo o a sí misma; esto los puede ayudar a evitar graves errores y hasta peligros para su vida. Es fundamental, que seamos sinceros con ellos y, sobre todo, que en estos momentos de su vida siempre estemos disponibles para ellos.

No podemos dudar en enseñarles los valores, la moral y la ética con respecto al sexo (sin darles un discurso, sino orientándolos). Haciendo esto, damos un gran paso para asegurarnos que cuando él o ella se vuelva sexualmente activo será con el conocimiento, preparación y madurez necesaria para dar ese paso a la actividad sexual.

El hecho de que sea un “hombrecito” o una “mujercita”, no quiere decir que puedan hacer lo que quieran, ellos deben respetar las reglas de la casa, esto siempre hay que aclararlo.

Finalmente, les digo, por más adulto que parezcan, los adolescentes están más cerca de la niñez que de la adultez, así que ellos necesitan nuestra guía continua para prepararlos para la edad adulta.