Encuentra tu don y ¡explótalo!
¿No les ha pasado que a veces la vida les pesa?
Se sienten encerrados en cuatro paredes sin poder lograr nada, las metas y proyectos huyen cada vez más lejos, los sueños parecen achicarse y solo nos quedamos viendo desfilar uno a uno los miedos e inseguridades ante el mundo.
Todo parece ser un tanto imposible, inútil y sobrante. Resulta inverosímil pensar que hay algún lugar especial para nosotros, que nos necesitan o simplemente encajaremos. Dejamos pasar aquellos sentimientos, los escondemos bajo la almohada y seguimos como zombies persiguiendo una rutina incesante.
Estos sentimientos son regulares y comunes aunque no lo creas, los días pasan y la vida te hace sentir más y más pequeño, tanto que llegas a creer todo menos posible e intangible.
No obstante, el único responsable de sentirse así eres tú mismo, nuestra alegría recae en cómo percibimos las cosas y en cómo omitimos las verdades escondidas.
Así fue que me di cuenta.
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Hace poco días vino a a mi casa un técnico a arreglar la nevera, ya que el freezer no estaba congelando correctamente. Por simple curiosidad, me pongo a observarlo, y le pregunto: qué está haciendo exactamente. El señor me explica cómo funciona y dónde está la falla, noto que es algo complejo, pero resuelvo mis dudas.
En ese momento me alejo y me doy cuenta de la gran importancia que tiene la labor de ese señor, lo relevante —aunque parezca algo común y sencillo— que es para el mundo sus conocimientos y que es mucho más que "un técnico que arregla neveras".
Me puse a reflexionar lo importante que es para el convivir, para funcionar y para todos nosotros, las labores, las profesiones, las cosas que hacemos y lo que nos apasiona.
Tan solo imaginar un mundo donde no existan personas capacitadas para arreglar una nevera, no existan emprendedores para crear empresas que las fabriquen o donde nadie enseñe sobre ciencias para saber la raíz de los mecanismos y poder lograr repararlas. Imaginar un mundo donde nadie prepare el pan para el otro; no hayan mecánicos para acomodar los autos; médicos especializados para curar nuestras enfermedades o especialistas que conozcan cómo tratar alguna muela que nos esté doliendo; donde no existan personas que diseñen y confeccionen ropa para vestirnos acorde a nuestras preferencias; ni libros para conocer el mundo, sentir y aprender de él; ni tampoco buena música para relajarnos y pasar un buen rato; donde no haya deporte y no se pueda disfrutar de un partido en un estadio o simplemente sentada en el sillón; ni arquitectos para construir edificios en donde vivir, ciudades, centro comerciales o museos, ni mucho menos obras de arte para llenarlo; donde nadie grabe, fotografíe o comunique una noticia correctamente. Imaginé por un instante un mundo donde nadie hiciera absolutamente nada.
Justo allí, reflexioné sobre la importancia de cada uno de nosotros:
✔ Comprendí que ninguna labor es menor ni mayor que otra. Somos un conjunto, un puzzle, cada pieza es importante, sin la otra ninguna tuviera sentido, todo estaría incompleto.
✔ Valoré lo que hago, lo que me gusta hacer y en lo que puedo ser buena, en lo que puedo lograr aportar al mundo.
✔ Evalué mis destrezas, habilidades y debilidades.
✔ Entendí que hay cosas en las que sencillamente no soy buena, ni mucho menos entiendo del todo, como arreglar una nevera, pero también hay otras en las que sí, y eso es lo que todos debemos encontrar, lo que debemos perseguir y esforzarnos por lograr.
Porque aunque creas que no eres bueno para nada, o que tus días pasan en vano, y te sientes cada vez más diminuto ante el mundo y los que parecen lograrlo. Recuerda siempre que sin un señor que conozca cómo arreglar una nevera, sin un profesional que se encargue de administrar alguna empresa, sin un artista que con su magia nos adorne cualquier paisaje o sin alguna persona que simplemente haga lo que sabe hacer, el mundo no funcionaría y tú eres parte del mundo.
¡Encuentra tu don y explótalo!
No solo estarás haciendo lo que mejor sabes hacer o una de las cosas que más te gustan, sino también estarás aportando algo a tu comunidad que indudablemente te necesita, por personas como tú y como yo: el mundo puede funcionar.
¿Te gusta tomar fotos? ¡Hazlo!, queremos conocer.
¿Te gusta emprender? ¡Emprende!, los emprendedores llegan lejos.
¿Sabes crear música? ¡Crea!, la necesitamos oír.
¿Eres bueno escribiendo? No lo dudes y ¡escribe!
¿Te gusta algo y aún no lo sabes hacer bien? ¡Aprende!, para eso existen personas que ya saben hacerlo y les gusta enseñar.
¿Que ya hay muchas personas haciendo lo que te gusta? ¿Y?, somos aproximadamente siete mil millones de personas en el mundo, nos necesitamos mutuamente cada vez más.
¿Simplemente quieres ser famoso? La fama no es lo que parece, si algún día la obtienes, te darás cuenta.
¿Que solo quieres mucho dinero? En el mundo hay demasiado, solo debes hacer algo.
¿Que sientes que no haces nada? Encuentra lo que es para ti y ámalo, te aseguro que en alguna parte del mundo alguien necesita lo que tú haces.
Y si no, hazlo de todos modos, te darás cuenta que el que lo necesitaba eras tú.
por Marie Carolina Caro
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✧ Breve reflexión, por si en algún momento dudas de lo que haces ✧
Completamente de mi autoría
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“ Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo” —Eduardo Galeano.
Hermosas ilustraciones <3
¡Muchas gracias por el apoyo!
¡Te amé @cocobymarie! Disfruté mucho leerte. Sobre todo a partir de cuando te pusiste filosófica reflexionando sobre el señor que arregla neveras. Genial escrito. Todos tenemos un propósito en esta vida y muchos, para no decir todos, están basados en los dones y talentos que poseemos.
Como bien dices, todos nos necesitamos unos a otros. Por ello debemos vivir desarrollando nuestras habilidades, perfeccionando nuestros dones. A través de ellos dejaremos huella.